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El ecosistema B2B: el motor silencioso de la economía

El B2B sostiene más del 70% de la economía mundial, y ha empezado a cambiar de ritmo: ya no se trata solo de vender, sino de conectarse y colaborar

El 67% de las empresas B2B crecerá gracias a sus socios | iStock
El 67% de las empresas B2B crecerá gracias a sus socios | iStock
Toni Alés | VIA Empresa
Experto en innovación y liderazgo emocional
Barcelona
26 de Octubre de 2025 - 05:30

Todos hablan de cambio, pero no todo el cambio hace ruido. Hay una transformación silenciosa que no acapara titulares ni protagoniza congresos de innovación. Ocurre lejos del foco mediático: en los despachos industriales, en las cadenas logísticas, en acuerdos discretos entre empresas que entienden que colaborar ya no es una opción, sino una estrategia.

 

Mientras todas las miradas siguen puestas en el universo B2C - esa vitrina donde las marcas seducen al consumidor -, la verdadera revolución se está gestando entre bastidores: en el comercio entre empresas.

El B2B, ese motor silencioso que sostiene más del 70 % de la economía mundial, ha comenzado a cambiar de ritmo. Ya no se trata solo de producir o vender, sino de conectarse, colaborar y crear valor compartido. En este nuevo escenario, la pregunta clave no es si tu empresa es competitiva… sino si forma parte de un ecosistema capaz de hacerla evolucionar.

 

Cuando competir ya no basta

Durante décadas, competir fue el verbo dominante: por cuota, por precio, por talento. Pero esa lógica, tan instalada como agotada, ya no responde a los desafíos actuales. El mercado ha dejado de ser una pista de carreras para convertirse en un ecosistema interconectado. Y en un ecosistema, ganar solo no sirve de nada.

Las empresas que construyen el futuro han comprendido una verdad incómoda: el valor ya no proviene de lo que controlan, sino de lo que son capaces de compartir. Datos, talento, conocimiento, propósito… Todo suma cuando el crecimiento se construye en red. En este nuevo tablero, la pregunta no es “¿cómo gano yo?”, sino: ¿con quién puedo crecer?

De islas a redes vivas

Amazon, Apple o Tesla ya no compiten: orquestan ecosistemas | iStock
El logo de Amazon, en una de sus oficinas | iStock

Amazon, Apple o Tesla ya no compiten: orquestan ecosistemas. Pero esta lógica ya no es exclusiva de los gigantes. Cada vez más pymes y empresas industriales están dejando de operar como islas para convertirse en nodos conectados en redes vivas de colaboración.

Una de las trampas clásicas del B2B es pensar que el cliente es simplemente quien te compra. Pero ese cliente también tiene clientes: ciudadanos, pacientes, operarios. Y da igual en qué punto estés dentro de la cadena de valor: sin una visión holística, es imposible entender dónde y cómo generar valor real.

En un ecosistema B2B, cada cliente cuenta. Incluso aquel que nunca te verá… pero sentirá el impacto de lo que haces

De proveedor a orquestador

Una empresa que ignora el entorno de sus clientes y stakeholders (sus socios clave) pierde capacidad de generar valor diferencial. En un modelo ecosistémico, el cliente no es un punto final, sino una interfaz entre redes.

Y desde esa posición, se puede orquestar valor integrado: servicios, datos, mantenimiento, interoperabilidad. Todo suma cuando se piensa en clave de red.. Ejemplos hay muchos:

  • En automoción, Stellantis y BMW colaboran con startups para acelerar la movilidad eléctrica.
     
  • En manufactura, Schneider Electric y Bosch Rexroth co-diseñan soluciones de eficiencia energética.
     
  • En salud, hospitales, ingenieros y pacientes co-crean prótesis personalizadas a través de plataformas colaborativas.

Lo más inspirador es que esta lógica también es accesible para las pymes: una vía real para escalar innovación, impacto y mercados sin perder identidad.

Aprender, desaprender y volver a aprender

Todo cambio de modelo empieza en la mente. Porque ningún modelo de negocio se transforma si la cultura no evoluciona con él. Hoy, el liderazgo no se mide por lo que una organización posee, sino por su capacidad de desaprender, aprender y conectar en un entorno cambiante.

La innovación se multiplica cuando se fomenta el mestizaje de talento y se comparte con universidades, clientes e incluso competidores. Eso también es estrategia.

Las empresas que prosperan son las que moldean su cultura para hacerla abierta, adaptable y orientada al aprendizaje continuo. Porque el “factor humano” ya no es un recurso: es el motor del ecosistema.

De productos a soluciones: la era de la servitización

El logo de Rolls-Royce | Europa Press
El logo de Rolls-Royce | Europa Press

Cuando un producto o servicio se convierte en commodity - una mercancía genérica que se vende por volumen, no por valor añadido -, competir por precio deja de tener sentido. Así nace la servitización: dejar de vender productos para ofrecer soluciones, rendimiento y acompañamiento.

El ejemplo clásico: Rolls-Royce ya no vende motores, ofrece Power by the Hour. El cliente no compra propiedad, sino disponibilidad garantizada. En el contexto B2B actual se observa la misma transformación:

  • Quien fabricaba máquinas, ahora vende eficiencia.
     
  • Quien ofrecía software, ahora vende resultados.
     
  • Quien instalaba equipos, ahora ofrece mantenimiento inteligente.
     
  • Quien gestionaba operaciones, ahora vende tranquilidad.

La relación sustituye a la transacción. Y el valor ya no está en lo que vendes, sino en cómo lo acompañas

Las oportunidades superan los riesgos

Sí, integrarse en un ecosistema implica abrirse y ceder parte del control. Pero los beneficios superan los riesgos. Los datos hablan claro:

  • El 67 % de las empresas B2B crecerá gracias a sus partners (Forrester, 2025). 
     
  • Las que integran ecosistemas digitales protegen su valor (McKinsey, 2023).
     
  • Son más innovadoras y resilientes que las que actúan solas (ResearchGate, 2023).

En lógica ecosistémica, compartir no resta: amplifica.

El futuro será compartido

En los próximos años, las empresas no se dividirán entre grandes y pequeñas. Se dividirán entre conectadas y desconectadas. Las primeras aprenderán, evolucionarán y construirán futuro en red. Las segundas seguirán repitiendo lo que ya no funciona… hasta quedar fuera del juego

En los próximos años, las empresas no se dividirán entre grandes y pequeñas, se dividirán entre conectadas y desconectadas

Porque el ecosistema B2B no es una moda: es la nueva frontera del liderazgo. Y quien no empiece a explorarlo hoy, mañana jugará bajo las reglas de otro

Food for Thought

A veces una idea te obliga a detenerte y a cuestionar aquello que dabas por sentado. En el mundo B2B, donde durante años se priorizó la eficiencia y la lógica transaccional, surgen nuevas preguntas:

  • ¿Y si la ventaja no estuviera en los procesos, sino en las relaciones?

  • ¿Y si el verdadero valor se creara desde la cultura compartida y los ecosistemas B2B?

En medio de esa reflexión surgen voces, lecturas y conversaciones que no buscan ofrecer respuestas, sino provocar mejores preguntas. Entre ellas, El Ecosistema B2B, que no pretende tener la última palabra, sino abrir un nuevo marco para entender cómo las empresas pueden, y deben, construir futuro desde la colaboración y el propósito compartido. Porque, quizás, el verdadero cambio empiece ahí: en quien se atreve a mirar el B2B con otros ojos


Este artículo forma parte de la sección Food for Thought, un espacio para abrir conversaciones que vayan más allá del día a día. Aquí no damos recetas cerradas, sino ideas que invitan a pensar distinto sobre innovación, liderazgo y economía de impacto. Porque a veces, lo que más alimenta no son las respuestas… sino las buenas preguntas.