
España y Francia piden a la Comisión Europea que mantenga la prohibición de vender vehículos que generan emisiones de dióxido de carbono en 2035. "La UE no alcanzará la neutralidad climática en 2050 sin sustituir progresivamente los vehículos de combustión por eléctricos, ya que los vehículos ligeros representan cerca del 15% de las emisiones europeas de CO2", afirman Madrid y París en una carta presentada durante la reunión de ministros de Medio Ambiente de la UE celebrada el martes en Luxemburgo. La misiva llega poco después de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, haya confirmado que prevé presentar antes de que acabe el año la revisión de la normativa sobre emisiones de los coches y las furgonetas, tal y como reclama la industria.
Los vehículos ligeros representan cerca del 15% de las emisiones europeas de CO2
La prohibición de vender coches y furgonetas de combustión a partir de 2035 es una normativa que la Unión Europea adoptó en 2023 con el fin de acabar con las emisiones de dióxido de carbono del sector y lograr la neutralidad climática que persigue el bloque comunitario de cara a 2050. Sin embargo, las protestas del sector en los últimos años por el aumento de la competencia de gigantes como China han reabierto el debate y, en el marco del diálogo estratégico entre la industria y el ejecutivo comunitario, Bruselas aceptó el pasado septiembre "revisar" la normativa.
Además del sector, también se han sumado a las demandas para suavizar el veto Alemania e Italia, que tienen una importante industria de la automoción. Los gobiernos de Friedrich Merz y Giorgia Meloni remitieron a principios de octubre una carta al ejecutivo de Von der Leyen en la que reclamaban flexibilizar la normativa y evitar una prohibición "de facto" de los motores de combustión.
"Italia y Alemania se unen para pedir a la Comisión Europea que cambie el rumbo con respecto al sector del automóvil de forma inmediata. Con responsabilidad, pragmatismo y visión", afirmaba el ministro de Empresa italiano, Adolfo Urso. Merz, a su vez, declaró que la prohibición de la UE es un "error" y subrayó que Alemania "no apoyará" el veto.
La presidenta de la Comisión Europea se reunió a finales de septiembre con representantes de la industria y se comprometió a revisar la regulación. La intención del ejecutivo comunitario de flexibilizar la prohibición se acabó confirmando este pasado lunes, cuando Von der Leyen envió una carta a los jefes de estado y de gobierno de la UE de cara a la cumbre del Consejo Europeo que se celebrará el jueves en Bruselas en la que avanzaba que "aceleraría" la revisión de la regulación de los estándares de gases de CO2 de los vehículos ligeros, sin dar más detalles de qué implicará.