Su billete, gracias

Vuelve la actualidad empresarial valenciana en este frío enero en que tenemos nuevos ministros valencianos y menos distancia en tren con Barcelona: ¡bien!

Varios usuarios en el primero Euromed Barcelona - València del corredor del mediterráneo | ACN Varios usuarios en el primero Euromed Barcelona - València del corredor del mediterráneo | ACN

Entre zumos de naranja y pastelitos de boniato, la Asociación Valenciana de Agricultores AVA-ASAJA hace su balance del 2019 en los primeros días de enero. Son listos estos agricultores, porque convocar la prensa a finales de diciembre entre hartazgos de balances y montones de turrón resta importancia informativa a cualquier noticia: ahora en enero los periodistas estamos ávidos de contenido para llenar la información de esta nueva década. En su almuerzo, por lo tanto, asistimos muchos informadores y salen muchos temas en la conversación, desde la Xylella que amenaza los cultivos alicantinos hasta la crisis de los aranceles o la controvertida ampliación del Puerto de Valencia, en la cual Cristóbal Aguado, su presidente, se posiciona con lo que ya afirmaba el presidente de AVE Vicente Boluda y contra la demanda de Joan Ribó de una nueva declaración ambiental. Ya tenemos la fiesta.

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Pero además de esto, estamos en pleno arranque de legislatura, con nuevos ministros a punto de salir a la carrera (ensañada) del día a día. Aguado, antes de saberse que el valenciano Luis Planas repite como ministro de Agricultura, ya apunta que "necesitamos un planteamiento nuevo con la Administración central para cambiar la situación". Esta semana, ya con Planas nombrado, volvemos a preguntarles y Aguado contesta que Planas "nos parece una persona competente y capaz, buen conocedor tanto del sector agropecuario español como de los secretos de la política comunitaria. Pero tendrá que emplearse a fondo y defender la agricultura mediterránea en la Unión Europea porque está siendo la grande discriminada". Ahora a ver si este nuevo diálogo que los agricultores reclaman encuentra un camino adecuado.

Roda de premsa d'AVA-ASAJA | Cedida
Rueda de prensa de AVA-ASAJA | Cedida

Con Planas, el poder valenciano en el nuevo Gobierno español de coalición baila entre las infraestructuras y la vivienda de José Luis Ábalos y la Cultura y los Deportes de José Manuel Rodríguez Uribes. Pero sabiendo que el torrentino Ábalos ya ha comentado alguna vez que no por tener un ministro valenciano los valencianos se beneficiarían más, mis esperanzas de que conseguimos más protagonismo (y más financiación autonómica, por supuesto) no son muy altas. Con todo, de transportes y de cultura aquí, en el País Valencià, sabemos mucho. Muchísimo. Corredor Mediterráneo y peajes de la AP-7 son nuestros temas de cabecera y los dos nos han dado alegrías en este inicio del 2020. La compañera Marta Escobar se sorprendía este lunes por el retraso del primero Euromed que pasaba por la variante de Vandellòs desde Barcelona hacia València –" en serio, Neus?"-. Una anécdota más en la historia de esta anhelada infraestructura que nos tiene que permitir viajar de norte a sur (y viceversa) en menos tiempo y que ella, con paciencia y mucha profesionalidad, ha enumerado en un reportaje que estaría bien también leyera Ábalos estos días. Por eso de pensar si necesitamos algún beneficio extra, los valencianos quiero decir.

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En este sentido, estoy deseando comprar mi próximo billete (de tren) para surcar esa nueva vía rápida que no sé yo si es tan rápida como debería de... Me tenéis que permitir dudar. Los peajes ya los superé esta Navidad, que me despedí de pagar porque si volviendo de Barcelona en coche: era 30 de diciembre de 2019, un día histórico en mi biografía, os tengo que decir. Ahora nos ahorraremos dinero y sólo pagaremos los peajes de Martorell y El Vendrell, puesto que por suerte recorrer la autopista entre València y Tarragona no se tiene que pagar desde el 1 de enero.

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De transportes, en tren, coche o autobús decía que sabemos mucho los valencianos, que tenemos fama de malos conductores. Pero sobre todo quien más sabe es el Anuario Estadístico de València, que el Ayuntamiento ha puesto a disposición pública estos días y que analiza, cifra a cifra, la realidad de una ciudad que tiene un parque de vehículos de 467.754 unidades, principalmente turismos: 40,8 por cada 100 habitantes. Del tren también somos muy fans, sobre todo de Cercanías: 6.180.500 personas han viajado desde València y otros 5.912.000 han llegado a la ciudad con este servicio. Principalmente esta cifra se nutre de los miles de valencianos que viven en pueblos y trabajan en la capital y que tienen en la siempre preciosa Estació del Nord su epicentro. A ellos también los preguntan por su billete cuando suben al tren. Igual que a los turistas, numerosos y crecientes, que nos visitan para reunirse, trabajar y consensuar. De esta realidad también habla el Anuario, cómo he analizado esta semana en varias noticias.

Pero esos empresarios turísticos, esos ciudadanos que usan Cercanías, los miles de conductores valencianos necesitan más dinero, más inversiones, más protagonismo en los Presupuestos Generales del Estado. Es lo que ha pedido Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana en el desayuno convocado este miércoles, de nuevo, con la prensa, quien recuerda que los valencianos "tenemos que tener una estrategia de territorio para la toma de decisiones para posicionar la Comunitat en los diferentes estamentos". Según Navarro, con un discurso tranquilo, sosegado y conciliador –que se agradece en plena batalla dialéctica en los Parlamentos y, a menudo también en la calle- a los empresarios les preocupa la compensación de la deuda histórica con los valencianos pero también un aumento de la sensibilidad del Gobierno de Pedro Sánchez hacia Catalunya, por ejemplo. "Por eso es importante que planteemos los problemas valencianos".

Lealtad institucional, inversión en infraestructuras, ralentización económica, exportación internacional, justicia territorial, diálogo social, nuevo modelo productivo, brecha salarial, reforma laboral, déficit público... son algunos de los ítems del discurso de Navarro, que ha sido flanqueado a la mesa por Inmaculada García, directora gerente, y Miguel A. Javaloyes, secretario general de la CEV.

Roda de premsa de la CEV a València| Cedida
Rueda de prensa de la CEV en València| Cedida

Camufladas entre los periodistas, las siempre eficientes Maritxe Alemany y Patricia Rodríguez, que hacen de la comunicación en el gabinete de prensa su (buen) trabajo. Ellas a un lado y nosotros, en el otroa, como comento con Noa de la Torre, compañera de universidad y ahora presidenta de la Unión de Periodistas Valencianos, en una semana convulsa para el sector después de los despidos del diario decano valenciano Las Provincias –donde aprendí el oficio ya hace unos cuántos años- y al Diario Información. La Unión ha hecho un llamamiento a las empresas periodísticas y los poderes públicos "para garantizar la viabilidad y la fortaleza de un sector clave para la democracia".

Estamos los periodistas subidos en una barca inestable, que trampea como puede las tormentas, desde hace muchos años. Se pueden buscar soluciones personales, cómo ha hecho David Blay, con quien tomo café y hablo de su libro de teletrabajo esta semana, pero llegará una ola grande que se nos tragará a todos. Como colectivo, o encontramos la boca de la ballena, como hizo Pinocho, en plena mar o buscamos el billete de vuelta de este trayecto, que siendo cómo es el más bonito del mundo, da tantos dolores de estómago como dosis de felicidad extrema. La vida misma.

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