Ingeniero y escritor

Apagón eléctrico y bancario: ¡por favor, más Europa!

06 de Mayo de 2025
Xavier Roig VIA Empresa

En un artículo anterior (Definiendo el futuro de Europa) intenté resumir las áreas que el informe Letta abordaba (Much more than a market). Asegura el informe que, si bien la gran consecución de la Unión Europea ha sido el mercado único de bienes, servicios y personas, quedan pendientes tres sectores donde este mercado único cojea: finanzas, energía y telecomunicaciones. Tres sectores donde el ciudadano europeo sufre el nacionalismo económico de los estados. España, de los que más. Y estos días los catalanes, especialmente, estamos sufriendo por partida doble las consecuencias de las carencias que denuncia Letta.

 

Empecemos por la falta de un mercado único financiero. Actualmente guardamos un cierto nerviosismo en torno a la OPA del BBVA sobre el Banc de Sabadell. Es evidente que los catalanes preferiríamos que el Banc de Sabadell permaneciera catalán. Pero el mal sobre los catalanes y nuestro mercado financiero ya se sentenció al desaparecer las cajas de ahorro. Un 50% del sistema financiero catalán se fue al traste y, todos juntos, aún esperamos una explicación por parte de nuestros gobernantes, que ni siquiera se han dignado a comparecer en el Parlamento para aclararnos por qué tuvo lugar aquel desorden. Por qué todos ellos aseguraron al unísono que tantas cajas eran insostenibles. Mientras tanto, uno puede viajar por Europa y contemplar la existencia de centenares de cajas en Francia, Alemania, Italia, Suiza, etc.

"El mal sobre los catalanes y nuestro mercado financiero ya se sentenció al desaparecer las cajas de ahorro"

Desde entonces, como bien asegura el profesor López Casasnovas, vivimos en un mercado oligopolístico bancario, controlado por tres entidades principales -el señor López Casasnovas fue consejero del Banco de España muchos años, y lo conoce-. Nuestros gobernantes se arrugan ante las entidades que los tienen pillados por préstamos a los partidos, y préstamos personales, también. Por eso no piaron en su momento y no dan explicaciones: porque las explicaciones serían el testimonio de un sistema perverso e indefendible. En resumen, la desaparición del Banco Sabadell sería más un asunto sentimental que otra cosa. Los catalanes necesitamos un sistema financiero europeo único que nos permita desembarazarnos de una clase política que está en manos de los bancos españoles.

 

Vamos por la energía. El apagón que ha tenido lugar no es nada más que los resultados de un desgobierno que dura muchos años. A todos los niveles: español y catalán. Una mala gobernanza se tiene que acabar notando en algo. Y ahora empezamos a notarlo. Energía, transporte, servicios sociales, etc. No puede salir gratis estar gobernados por los peores.

La demostración de lo que digo se ha podido detectar en las reacciones de los políticos y gobernantes. La principal fue la reacción del primer ministro Sánchez que dejó entrever que la culpa era de las generadoras y distribuidoras privadas. Ya sabemos todos que no deja escapar ninguna oportunidad de compensar a sus socios de gobierno de la izquierda extrema con algunas pastillitas de populismo. Pero deberíamos girar la mirada hacia Red Eléctrica Española que está presidida por un crack de la energía: la señora Beatriz Corredor, que ostenta como gran mérito profesional ser militante del PSOE y que tuvo la barra de decir que el sistema eléctrico español era “el mejor de Europa” (sic; noticia de El País, aquí). ¡Yo que me pensaba que este nivel de ferocidad ignorante y patriotera había muerto con Franco! Pues no señor. En el caso eléctrico, otra vez, los catalanes necesitamos más Europa. Espero que el incidente acelere el tema y fuerce a la Unión Europea a regular y a tomarle de las manos la gestión eléctrica a España.

"Los catalanes necesitamos un sistema financiero europeo único que nos permita desembarazarnos de una clase política que está en manos de los bancos españoles"

Lo que nos pasa a los catalanes en los últimos tiempos nos tendría que empujar, de una vez por todas, a volver a las reivindicaciones de finales del franquismo: sin más Europa no hay salida. Porque los vicios hispanos continúan y, ya lo han visto, no sólo los escándalos no tienen consecuencias. Encima, como nos muestra la señora Corredor, hemos vuelto a los vientos de la arrogancia que soplaban en la Plaza de Oriente, en los tiempos del “¡Si ellos tienen ONU, nosotros tenemos dos!”.