El Hard Rock Entertainment World se ha convertido inesperadamente en la pieza clave para aprobar los presupuestos de la Generalitat y en un obstáculo para el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. Después de más de seis años de la actual reconfiguración, tanto de promotores como de proyecto, pasando de seis casinos a solo uno, aún se encontraba en los límites administrativos. Concretamente, en los relacionados con la evaluación del impacto ambiental por parte de Acció Climática (ahora también conselleria d’Agricultura, Ramaderia i Pesca, debido a la concesión arrancada por los agricultores y sus tractores). Pero el tiempo no es neutral y algunas cosas han cambiado en nuestra sociedad durante estos seis años. Hablaremos de ello a continuación
1. El accidente químico petroquímico de Iqoxe
La compatibilidad del gran complejo petroquímico de Tarragona con las instalaciones turísticas de la Costa Daurada, con PortAventura a la cabeza, sufrió la primera gran prueba con la explosión de un reactor y la fuga de óxido de etileno que experimentó la empresa Iqoxe el 20 de enero de 2020. Además de dos muertos y heridos en la misma planta, la onda expansiva provocó la caída de un edificio en el barrio de Torreforta de Tarragona y una nueva víctima mortal. Aunque no se produjo ninguna nube tóxica, todos tuvieron que refugiarse en casa y todos los servicios de transporte quedaron interrumpidos
Los sindicatos afirmaron que desde la compra de la empresa en 2014, las medidas de seguridad se habían relajado. De hecho, estos componentes básicos de la industria petroquímica tienen cada vez menos valor agregado y la producción en Europa está siendo sustituida por importaciones chinas. No es extraño el interés de las grandes empresas del polígono en cambiar a la producción de hidrógeno verde, como fórmula para evitar la creciente falta de competitividad de la producción petroquímica europea y la obsolescencia de la planta. En este momento, una de las grandes empresas tradicionales, ERCROS, que fabrica cloro, parece estar a punto de pasar a manos de competidores portugueses. Y, por cierto, tiene pendientes inversiones para garantizar la seguridad del entorno inmediato, comenzando por la zona donde está prevista la instalación del Hard Rock.
2. El desprestigio creciente del monoconreo turístico
Cuando se ha generalizado el turismo de masas, que basa su competitividad en precios bajos y salarios aún más reducidos, se ha estigmatizado no solo en Barcelona, sino especialmente también en las zonas más especializadas en la actividad. La Renta Familiar Disponible (RFD) de Lloret de Mar, por cierto, con casino de juego desde hace décadas, equivale al 65% de la media catalana, la más baja de todo el país. La de Salou, al 72%.
Cuando en 2012 el magnate estadounidense Sheldon Adelson apareció diciendo que quería implantar un gran resort basado en casinos, logró actitudes comprensivas de diversos alcaldes de la zona
Es cierto que la Renta Familiar Disponible (RFD) en los municipios de las comarcas del Ebro no es mucho mejor y que muchos encuentran trabajo en la Costa Daurada. Pero también sabemos que la mayoría de los puestos de trabajo están y estarán ocupados por extracomunitarios poco cualificados, que son casi los únicos dispuestos a trabajar con las condiciones y los salarios del sector.
La conjuntura económica, más o menos, también es más favorable. Cuando en 2012 el magnate estadounidense Sheldon Adelson apareció diciendo que quería implantar un gran resort basado en casinos en el delta del Llobregat, logró actitudes comprensivas de diversos alcaldes de la zona con el argumento de los puestos de trabajo. Cuando la iniciativa fue transformándose y se desplazó al sur, aparecieron terrenos vírgenes cerca del mar, calificados de urbanizables por los ayuntamientos de Salou y Vila-seca, con el visto bueno de la respectiva comisión de Urbanismo de la Generalitat, y propiedad de La Caixa. En estos momentos, aunque guarden un prudente silencio, son los ayuntamientos afectados los principales interesados en que el proyecto del Hard Rock salga adelante con el respaldo de los respectivos partidos, socialistas y exconvergentes.
La ávida búsqueda de crecimiento durante décadas de los ayuntamientos costeros, que contaron con la actitud benevolente de la Generalitat en nombre de la autonomía municipal, es lo que ha provocado que muchos sectores de la costa aún libres de urbanización estén ahora en peligro. En la Costa Brava es evidente, y el actual Govern de la Generalitat solo ha podido forzar la marcha atrás de una parte de las zonas afectadas porque los derechos adquiridos de los propietarios generarían en muchas ocasiones indemnizaciones inasumibles. En este momento, es el caso del hotel de 66 habitaciones previsto en Aigua Xelida, en Palafrugell. El tema de los derechos adquiridos y las indemnizaciones acaba en estos casos siempre en los tribunales, que a menudo ganan los propietarios promotores, y acabamos pagando todos. Este, el de las eventuales indemnizaciones si el proyecto se detiene, es uno de los puntos de fricción en el caso del Hard Rock.
3. El impacto ambiental
No nos detendremos, ya que discutimos en un artículo anterior, sobre los requisitos que debería cumplir el nuevo complejo turístico para minimizar el impacto ambiental de la construcción y operación del Hard Rock en términos de calidad de los edificios, uso del agua, energía, accesos del público... Ahora se ha sumado la preocupación por la sequía. Aunque la zona se beneficia del agua del minitransvase del Ebro, la susceptibilidad social ante el desarrollo de actividades intensivas en el uso del agua ha aumentado.
Mientras haya la propiedad privada de los terrenos y se mantenga la calificación de urbanizable, más tarde o más temprano alguna otra cosa se hará
La consellera de Economía, Natàlia Mas, dice que muy probablemente el proyecto no llegue a salir adelante. Podría ser. El interés por los casinos, con el desarrollo del juego en línea, quizás solo se mantiene en el sudeste asiático, donde finalmente invirtió el magnate Sheldon, que exigía una legislación laboral específica y equivalente a la de este tipo de países.
Sin embargo, mientras haya propiedad privada de los terrenos y se mantenga la calificación de urbanizable, más tarde o más temprano se hará algo en ellos. Y será difícil que no tenga que ver con la construcción y el turismo. Los defensores del proyecto cuentan con una amplia mayoría en el Parlament y mientras estos y los respectivos ayuntamientos no cambien de opinión, el Hard Rock o algo similar acabará haciéndose allí.