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La inteligencia de los robots que vienen

La nueva generación de robots no solo ejecutará órdenes, sino que aprenderá del contexto, tendrá intuición, flexibilidad y la capacidad de improvisar ante la incertidumbre

TIAGo, el robot que ejemplifica la nueva generación de robots cognitivos capaces de aprender y colaborar con los humanos | Cedida
TIAGo, el robot que ejemplifica la nueva generación de robots cognitivos capaces de aprender y colaborar con los humanos | Cedida
Daniel Serrano | Eurecat
Director de la Unidad de Robótica y Automatización del centro tecnológico Eurecat
Simona Neri
Responsable de innovación de la Unidad de Robótica y Automatización del centro tecnológico Eurecat
20 de Noviembre de 2025 - 04:55

La robótica vive una nueva revolución, en la que los robots ya no solo ejecutan órdenes, sino que comienzan a percibir, aprender y adaptarse a su entorno con una inteligencia cada vez más parecida a la humana. La combinación de sensores avanzados e inteligencia artificial generativa está dando lugar a una nueva generación de máquinas capaces de colaborar con las personas, improvisar e, incluso, razonar sobre sus acciones.

 

La robótica clásica se ha desarrollado históricamente en entornos industriales controlados, repetitivos y muy estructurados. Los robots han sido máquinas extremadamente eficientes para repetir movimientos exactos, pero sin capacidad de adaptación. Ahora bien, la industria y los servicios actuales requieren flexibilidad, adaptabilidad e inteligencia.

En este contexto, necesitamos robots que puedan responder ante la variabilidad, interpretar situaciones nuevas y colaborar con personas. Esta nueva generación no solo ejecutará órdenes, sino que aprenderá del contexto, tendrá intuición, flexibilidad y la capacidad de improvisar ante la incertidumbre y de entender entornos cambiantes e impredecibles y, por fin, aprender.

 

"La nueva generación de robots no solo ejecutará órdenes, sino que aprenderá del contexto, tendrá intuición, flexibilidad y la capacidad de improvisar ante la incertidumbre"

La combinación de sensores e inteligencia artificial es lo que está marcando la nueva era de la robótica. Los sensores actúan como los sentidos humanos, es decir, captan la vista, el oído o el tacto del mundo que rodea a la máquina. La inteligencia artificial, y en particular la IA generativa, actúa como el cerebro que procesa esta información, anticipa, aprende y genera nuevas respuestas, haciendo que los robots se acerquen cada vez más a la manera humana de percibir e interactuar con su entorno.

Esto permite que el robot ya no sea un ejecutor mecánico, sino un sistema capaz de adaptarse a cada situación. Que tenga la capacidad de modificar trayectorias y ajustar la fuerza para interactuar o manipular objetos desconocidos en entornos dinámicos y cambiantes. La aplicación de la IA que combina percepción, razonamiento y acción dentro de un entorno físico, conocida como embodied AI, representa un salto cualitativo. Así, la robótica deja de ser un conjunto de músculos programados para convertirse en un sistema inteligente, capaz de percibir, comprender y actuar de manera adaptativa.

Desde Eurecat, impulsamos este cambio como centro tecnológico de referencia, conectando la investigación y la industria para hacer llegar la robótica avanzada allí donde genera valor real. Trabajamos en proyectos que combinan percepción, aprendizaje, razonamiento y planificación y navegación autónoma, que buscan dotar a los robots de la capacidad de adaptarse a su entorno y a las personas.

"Para enseñar a un robot a hacer tareas complejas mediante la demostración de una persona, utilizamos un dispositivo sensorizado impreso en 3D capaz de registrar cientos de datos de manipulación"

Uno de los proyectos más recientes que hemos desarrollado consiste en enseñar a un robot a hacer tareas complejas mediante la demostración de una persona. Se utiliza un dispositivo sensorizado impreso en 3D capaz de registrar cientos de datos de manipulación mientras el usuario interactúa con la herramienta. A partir de estos datos, el algoritmo puede aprender a reproducir los movimientos humanos y ejecutar las tareas con naturalidad.

También estamos trabajando en pinzas robóticas con control de fuerza y sensores táctiles para manipular alimentos delicados y en sistemas para el desmontaje seguro de baterías y residuos electrónicos, donde cada componente es diferente y hay que adaptarse a cada caso. En el entorno agrícola, por ejemplo, estamos desarrollando diferentes soluciones para empresas de monitorización y cuidado del cultivo en invernaderos. Por otra parte, en ámbitos domésticos, desarrollamos robots asistenciales que pueden ayudar a personas mayores o con movilidad reducida en las tareas cotidianas.

Las primeras aplicaciones ya están llegando a sectores como la logística, donde los robots deben manipular productos muy diversos, deformables o irregulares. También en el sector de la salud, con sistemas que deben ejecutar tareas que dependen de la situación de la persona, como en el caso de las personas mayores, en un entorno cambiante. Además, deben tener la capacidad de interactuar con el ser humano de manera que puedan entenderse y adaptar el lenguaje a la situación.

Estas tecnologías también se abrirán paso en ámbitos inesperados, como el arte y la creatividad, donde la manipulación deja de ser solo precisión y pasa a ser expresión. En Eurecat, estamos explorando cómo los robots pueden aprender de una demostración humana y reinterpretar movimientos para aplicarlo a todos estos sectores.

La robótica con inteligencia artificial debe ser, por definición, centrada en las personas. Esto comienza por una ética práctica, que incluya datos auditables, sesgos evaluados en todo el ciclo de vida, explicabilidad y privacidad desde el diseño, con los humanos siempre implicados, capaces de intervenir y guiar el sistema en cualquier momento. El objetivo no es sustituir a nadie, sino ampliar capacidades y mejorar la ergonomía y la seguridad, así como la inclusivitat, mediante interfaces accesibles y control por voz o gestos.

"El objetivo no es sustituir a nadie, sino ampliar capacidades y mejorar la ergonomía y la seguridad, así como la inclusivitat, mediante interfaces accesibles y control por voz o gestos"

En pocos años veremos robots mucho más hábiles gracias a la combinación entre IA y percepción, capaces de aprender nuevas tareas con pocas demostraciones y de adaptarse en tiempo real a situaciones inciertas. Pero también serán mucho más presentes en nuestra vida cotidiana, colaborando con las personas y formando parte natural de nuestro día a día. Igual que ya pasa en países como Japón o China, la robótica dará un paso adelante hacia una convivencia más estrecha entre humanos y máquinas, con aplicaciones útiles, seguras y respetuosas. Pero siempre con el humano al mando y con plena trazabilidad de las decisiones y control responsable de la tecnología.

Veremos nuevas innovaciones disruptivas que acelerarán el desarrollo de la nueva generación de robots integrando algoritmos, sensores, materiales e inteligencia. Algunas tendencias van por incluir piel electrónica, visión hiperespectral y materiales blandos inspirados en la naturaleza, que permitirán a los robots detectar texturas, presiones o incluso olores. Su inteligencia vendrá de la combinación entre modelos fundacionales y aprendizaje continuo, con eficiencia energética y respeto por la privacidad.