
No necesitamos muchos argumentos para convencernos de la hiperconexión perenne en la que vivimos: ya sea en el bolsillo, en la muñeca o en los oídos, los teléfonos móviles, relojes inteligentes y auriculares inalámbricos son una prueba más que suficiente. Nos hemos acostumbrado a tener conexión en todo momento y a máxima velocidad, pero esto no es siempre así en todas partes. Las zonas rurales y aisladas no tienen las mismas infraestructuras de telecomunicaciones que las grandes ciudades, y la conectividad se convierte en una variable en zonas con conflictos bélicos. En contextos como estos, pero también en muchos más, el internet de las cosas (IoT por sus siglas en inglés) se ha posicionado como una tecnología alternativa que posibilita un nuevo mundo de soluciones: aquel en el que objetos, terrenos e incluso seres vivos aportan datos e información digitalizada y en tiempo real.
Esta industria no surge de la nada, y en Catalunya ha arraigado con fuerza, como demuestra la ya novena edición del IOT Solutions World Congress, celebrado desde este martes hasta el jueves 15 en Fira de Barcelona. El congreso de referencia internacional de una tecnología que, para el secretario de Telecomunicaciones y Transformación Digital de la Generalitat, Albert Tort, está “transformando nuestras vidas, ofreciéndonos servicios mejores, más sanos y más sostenibles”.
Un ejemplo evidente de este impacto lo encontramos en Sateliot, empresa barcelonesa especializada en la nueva economía del espacio (o new space, en inglés), es decir, en el diseño y construcción de nanosatélites para multitud de funcionalidades. El campo de experiencia de Sateliot son las comunicaciones, como destaca el mánager GMT de la empresa, Tuan Fachinetti: “Sateliot es la primera empresa del mundo que ha creado una constelación de satélites de baja órbita que se comunica con el estándar de las teleoperadoras”. Este estándar, el 3GPP Narrowband IoT, permite “democratizar el acceso a la comunicación satelital” a través de conectividad 5G: “Un dispositivo que antes costaba cientos o miles de dólares, ahora cuesta 5, 10 o 15 dólares y se puede comunicar vía satélite”.
Sateliot es la primera empresa en crear una constelación de satélites de baja órbita que se comunica con el estándar de las teleoperadoras
Gracias a esta nueva accesibilidad, los dispositivos IoT pueden llegar a todos aquellos rincones hasta entonces complicados de comunicar a la red. Los satélites de Sateliot “son torres celulares en el espacio”, compara Fachinetti, unas infraestructuras que permiten, por ejemplo, operar sensores de humedad y calidad del suelo en agricultura, instalar seguidores en contenedores de logística o bien poner collares inteligentes en ganado para monitorizarlos en los pastos de alta montaña.
La empresa se dio a conocer localmente por ser los creadores del primer nanosatélite de la Estrategia New Space de la Generalitat, la Enxaneta, pero su actividad llega a operadores de 56 países de todo el mundo y a siete millones de dispositivos. “Sateliot posiciona a Cataluña como líder de España en new space y, con la cuestión de la soberanía tecnológica en Europa, será también líder a escala europea”, asegura Fachinetti.
Otro ámbito donde el internet de las cosas ha demostrado su efectividad es el de la movilidad. Da buena constancia de ello iQnos, compañía del grupo empresarial barcelonés-madrileño Flexitron especializada en la conexión de vehículos industriales. Su principal dispositivo es un simulador de tacógrafo con diversas funcionalidades, entre las cuales se encuentra la de gestionar, como si fuera una pasarela, todos los sensores IoT y Bluetooth instalados en el vehículo. El responsable de ventas de la empresa, Juan José Gómez, considera que la tecnología ha supuesto un cambio “importantísimo” para el sector: “La facilidad de instalación es el factor comercial más importante, porque facilita mucho el trabajo”. No es lo mismo, compara, tener que instalar 25 metros de cable para conectar un sensor a un camión, que colocar un dispositivo que funciona con pilas y tiene conexión satelital.
Las funcionalidades de estos sensores son de lo más variadas: desde iQnos instalan desde aforadores que miden las variaciones del nivel de combustible de un depósito, que pueden servir para avisar de posibles robos, hasta interruptores de puertas en camiones de mercancías, que indican las veces y el momento exacto en que se han abierto y cerrado las puertas del vehículo.
Pero no todo son sensores en el mundo de la IoT: cualquier objeto físico, no digital, conectado de alguna manera al mundo digital para aportar información entraría dentro de esta categoría. Un caso que encontramos en la empresa barcelonesa Retexcycle, quien trabaja en la trazabilidad digital de las cadenas de suministro de diversos sectores. La solución principal de la compañía es un código QR que permite monitorizar cada paso del proceso. “Cada transacción tiene un código único para que sea inviolable, el cual te garantiza, de inicio a fin, la integridad de masa de los lotes”, explica el responsable de marketing de la compañía, Ignacio Calderón. Todos los pasos de la comercialización del producto, desde su extracción hasta la conversión en bien de consumo, quedan registrados en un gemelo digital que permite deshacer dudas en cualquier etapa. “No puede venir alguien que te ponga una cantidad extra, todo queda de acuerdo con la parte legal”, asegura Calderón.
Retexcycle asegura la trazabilidad digital de cadenas de suministro con códigos QR, gemelos digitales y precintos especiales
Junto con el código QR, otra de las soluciones de Retexcycle para reforzar la trazabilidad de las cadenas de suministro es un precinto de seguridad diseñado específicamente para evitar manipulaciones de los pedidos. Estos precintos tienen un “pigmento inorgánico inviolable” que no se puede imitar, de manera que las empresas tienen una manera de demostrar que aquel es o no es su paquete y si se ha mantenido sellado, o bien se ha abierto y vuelto a precintar con otro tipo de cinta. “Nos ha pasado de clientes a los que les han puesto droga o lo que sea. Con esto, puedes garantizar que este precinto ha sido roto”, señala el responsable de marketing de Retexcycle.
La compañía se presenta como las soluciones para cumplir con el futuro reglamento europeo EUDR, el cual impone una serie de condiciones a la hora de importar materias primas de fuera de la UE, principalmente vinculadas a la deforestación. De hecho, sus principales mercados son los del caucho, el café, el cacao, el aceite de palma, la soja, y el cuero, junto con la industria textil.
Una digitalización segura
Los múltiples beneficios que aportan las tecnologías IoT han quedado demostrados, pero “una gran conectividad debe ir acompañada de una seguridad digital robusta”, ha remarcado el secretario Albert Tort en la inauguración del congreso. No solo del IOT Solutions World Congress, sino también del Barcelona Cybersecurity Congress, el evento hermano organizado por Fira de Barcelona que ya hace varios años que se celebra conjuntamente con el encuentro sobre IoT. Un congreso centrado en un sector, la ciberseguridad, que “está creciendo” en Catalunya, ha recordado la directora de la Agència de Ciberseguritat de Catalunya, Laura Caballero, citando el reciente informe elaborado conjuntamente con Acció: las 557 empresas del sector facturaron 1.473 millones de euros en 2024, un 18,4% más. Sin embargo, es también un sector con un grave problema de disponibilidad de talento cualificado: el año pasado se registraron 13.500 vacantes en el Principado, una brecha del 12,8%.
De todo esto da constancia Josep Guasch, CEO de Brontobyte Cloud y presidente de la Associació de Ciberseguritat de Catalunya (Ascicat), una entidad sin ánimo de lucro nacida en junio de 2024 para promover la colaboración y contacto entre las empresas del sector. “Tenemos que hacer que las empresas del ecosistema trabajen entre ellas”, se reafirma Guasch, quien admite que “como empresario he llegado a descubrir por mi cuenta soluciones catalanas que había tenido que ir a buscar fuera”. Ascicat cuenta actualmente con 46 socios y centra su actividad en dos ámbitos principales: hacer de puente entre el mundo de la educación y el empresarial para adaptar los currículos formativos a las necesidades actuales y llevar a cabo actividades de concienciación empresarial.
Porque esta es una de las grandes problemáticas que Guasch visualiza en el mundo de la ciberseguridad, especialmente entre las pymes, que son las “grandes atacadas”: “La empresa grande tiene muy claro que se tiene que proteger, tiene tarificadas las horas de pérdidas cuando recibe un ataque, pero la empresa pequeña no lo tiene claro”. El presidente de Ascicat remarca que, hoy en día, “el activo más importante que tienes como empresa son tus datos”, que se tienen que proteger como “antes salvaguardabas el dinero en una caja fuerte”, es decir, con la ayuda de profesionales. Más teniendo en cuenta que, a raíz de normativas como la reciente NIS2, las empresas también son responsables de los datos que almacenan, aunque no sean suyos: “Si eres una gestoría que tiene datos de terceros y eres atacado, puedes pasar de ser víctima a ser culpable, porque si no hacías bien las cosas, te pueden demandar”.
Guasch (Ascicat): “La empresa grande tiene muy claro que se tiene que proteger, tiene 'tarificadas' las horas de pérdidas cuando recibe un ataque, pero la empresa pequeña no lo tiene claro”
Esta urgencia se intensifica con el avance “a pasos de gigantes” de la tecnología, particularmente la inteligencia artificial, que se ha convertido en una revolución dentro del sector, tanto para protectores como para atacantes. Esta técnica ha aportado beneficios a los profesionales, principalmente una aceleración en la detección de amenazas, pero también ha agravado los peligros, más teniendo en cuenta que los ciberdelincuentes la utilizan “de una manera posiblemente más agresiva que nosotros”. “Incluso en ponencias de Mossos d'Esquadra ya empiezan a decirte que si te llama tu hijo, vigiles, porque quizás no lo es”, alerta Guasch.
Entre las más de 500 empresas catalanas que operan en el ámbito de la ciberseguridad se encuentra Edorteam, una empresa originada en el ámbito de la ingeniería de software que a finales de los años 90, con la entrada en vigor de la primera ley de protección de datos, viró hacia la consultoría en ciberseguridad. Así lo recuerda su CEO y fundador, Roger Garray, quien recuerda que “más del 60% de incidentes de pérdida de datos son de dentro a fuera, y no de fuera hacia dentro”. “Son fugas, algunas por robo, y muchas otras por descuido: te confundes de destinatario, pierdes un USB con documentación, te roban el portátil y no llevas contraseña ni documentación cifrada…”, ejemplifica.
Para evitar este tipo de incidentes, Edorteam desarrolla desde 1999 una plataforma que hoy se conoce con el nombre de Edorteam DLP: un software comercializado como servicio (SaaS) que supervisa, detecta y responde con medidas preventivas cualquier posible fuga de información interna. “Nuestra plataforma tiene en cuenta a los usuarios y todo lo que pasa en la red”, asegura Garay. Un software que permite acciones como bloquear carpetas o archivos, de manera que se pueda trabajar sin extraer información; cifrar archivos y enviarlos por correo, con contraseñas pactadas por las dos partes; controlar los movimientos dentro del gestor y parar el sistema ante movimientos sospechosos o incluso monitorizar en tiempo real con capturas de pantalla la actividad de ciertos ordenadores.