Las 'soft skills' de los pingüinos

Mario Alonso Puig reivindica las relaciones humanas en el entorno empresarial en un contexto donde el liderazgo se caracteriza por "un analfabetismo emocional"

Mario Alonso Puig és médico y conferenciante | Esic Mario Alonso Puig és médico y conferenciante | Esic

Colaboración, cooperación, unión, compromiso, trabajo en equipo... Son valores que aplican los pingüinos en su día a día para sobrevivir. Así, cuando los animales que se encuentran en la zona exterior y están llegando al límite de su resistencia, corriendo el riesgo de morir de frío, son sustituidos por los que hasta aquel momento se situaban en el interior, estando más abrigados. Esta fórmula de éxito es la que el prestigioso médico y cirujano especialista en el aparato digestivo, Mario Alonso Puig, ha definido como "las soft skills de los pingüinos". Estas habilidades, que el conferenciante y coach ha puesto como ejemplo durante su intervención en una charla sobre liderazgo y management en la escuela de negocios ESIC Barcelona, son las que tendríamos que tener en cuenta para lograr el éxito empresarial. En otras palabras, más allá de los conocimientos, la excelencia técnica o los resultados financieros, en la cúspide de la pirámide siempre está la cultura humana.

Ante un auditorio formado por futuros directivos y empresarios, Alonso Puig ha defendido el valor de las soft skills, desmitificando su significado, negando que sean "blandas". "Las relaciones humanas y emocionales en la empresa no son como una asignatura maria, sino más la esencia donde se tiene que poner el foco por sobresalir y diferenciarse del resto". El experto ha situado la época actual en el reino del "desconocimiento del liderazgo". Para hacer frente a este vacío, Alonso Puig ha aludido a su experiencia en Bután, el país con el índice de felicidad más alto del mundo. Allá descubrió las tres grandes dimensiones que frenan el desarrollo humano: nosotros mismos, ir contra los otros con voluntad de competir y rivalizar, y la carencia de propósito para tratar bien el planeta. Aterrizado en el mundo de la empresa, el consejo se materializa en no querer controlarlo todo, cultivar las habilidades humanas y permitir las visiones compartidas.

Alonso Puig: "Los médicos estudiamos en la carrera absolutamente todas las características de los más de 500 músculos del cuerpo, pero en ningún momento hablamos del ser humano"

El placer de comer un cruasán

Las excusas, la culpa o un falso convencimiento son aspectos que marcan la vida personal y profesional. Para entenderlo, Alonso Puig ha mencionado el mecanismo psicológico que hace que una persona que ve un cruasán en un escaparate y que sabe racionalmente que no le conviene por un tema de salud, acabe comprando un puñado. Dejando de lado la moral, la recomendación del coach ha sido clara: "Si te comes el cruasán, disfrútalo y no te sientas culpable". Trasladado de nuevo al mundo laboral, hay que impulsar conceptos como la conciencia, la responsabilidad, la motivación y la confianza. Todos ellos, valores humanos, de los cuales según ha indicado, estamos huérfanos. "Somos analfabetos emocionales", ha espetado. Alonso Puig se ha cuestionado retóricamente ante el público el porqué de este déficit. "Los médicos estudiamos en la carrera absolutamente todas las características de los más de 500 músculos del cuerpo, pero en ningún momento hablamos del ser humano".

El recuerdo de una pequeña reprimenda de su hijo pequeño, Borja, le ha servido al conferenciante para defender la necesidad de adoctrinar menos y preguntar más. Haciendo el salto a la vida empresarial, "los resultados económicos no valen tanto como la faceta humana". Para Alonso Puig, estas habilidades humanas, contempladas como una visión de pertenencia a una comunidad, son las que se acaban imponiendo y crean una cultura empresarial humanista. Como caso de éxito, la evolución de la productora cinematográfica Mear, en el cual el hecho diferencial no ha sido la capacidad técnica o la buena aceptación de sus productos, sino "generar una comunicación basada en la confianza".

Cogiendo prestada la frase del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, podríamos decir que para Mario Alonso Puig, "lo esencial es invisible a los ojos". Si para el autor, estos intangibles serían el amor y la amistad, para el conferenciante serían la cooperación y la cultura humana, las verdaderas hard skills. Después de desmontar el discurso de la ortodoxia empresarial, solo quedaría el valor de la resistencia. Es la hora de reorientar los vectores limitantes que aprendió en Bután. "El mejor regalo que le podríamos hacer a la sociedad es ser quién somos realmente".

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