Más allá de Sant Jordi: de "sufrir" por los pedidos al auge del turismo de librerías

Una radiografía del sector del libro en medio de un año convulso por los problemas de distribución, pero con la reinvención como punto de partida

La Casa Batlló durante Sant Jordi | iStock La Casa Batlló durante Sant Jordi | iStock

Presentaciones de libros con pocos ejemplares, títulos que llegan cuando no toca o alumnos sin libros de texto para empezar el curso escolar. Unos meses convulsos por el sector editorial catalán, que venía de unas ediciones de Sant Jordi deslucidas por la covid-19, junto a una tormenta sorpresa en Barcelona que provocó pérdidas económicas considerables en las editoriales que contaban con una parada en la calle. Una radiografía de los últimos meses con el trasfondo de una profesión vocacional que mira más allá de vender libros como clubs de escritura, formaciones, congresos de educación o feminismo, la apuesta por la lengua catalana y la última tendencia: el turismo de librerías.

En cuanto a la buena noticia cultural de este año, es que los catalanes son lectores. De hecho, en Catalunya se lee bastante más ahora que en 2012, hasta el extremo de que casi 7 de cada 10 catalanes confiesan leer libros en su tiempo libre, según el Barómetro de hábitos de lectura, presentado por el Ministerio de Cultura. "Es un gozo que el amor por la lectura aumente con el paso de los años y despunte, aún más, con Sant Jordi bunkerizados y confinamientos que se alargaban con el tiempo", apunta Marià Marín, secretario técnico del Gremi de Llibreters. Unas cifras que, según fuentes del sector, tienen mérito en un camino que no ha sido de rosas.

"Los libros no llegan y tengo pedidos pendientes"

Nadie se esperaba cuando en enero de 2022 se anunció el ambicioso nuevo centro logístico EntreDos, fruto de la unión de las distribuidoras Ágora y Les Punxes, que sería el gran quebradero de cabeza de los libreros. En teoría, se ponía en marcha a principios de septiembre de 2022 para mejorar la eficiencia y la rapidez en la logística del sector editorial. Ahora bien, poco después se constataba que existían graves problemas en la integración y automatización de los procesos, tal y como lamentaban desde EntreDos en varios comunicados.

7 de cada 10 catalanes confiesan leer libros en su tiempo libre

De hecho, se hacía difícil imaginar (y también encontrar) un libro en concreto mientras estaba rodeado de 18 millones de ejemplares de 210 editoriales repartidos en un espacio de 25.000 m². "Los libros no estaban donde debían estar y era todo una incógnita", explican trabajadores de EntreDos. O, tal y como apunta Marta Jové, propietaria de La Il·lustrada (librería infantil y juvenil ubicada en Manacor): “Ha sido una temporada muy difícil para las librerías que apostamos por los libros en catalán, ya que con la vuelta a la escuela no nos llegaban los ejemplares, como sucedió también con las vacaciones de Navidad”.

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“Durante septiembre de 2022, lo peor de todo era no poder dar respuesta a los afectados porque no sabías la fecha en que llegaría un ejemplar. Y, evidentemente, tampoco podías facturar los pedidos de las escuelas si no tenían los libros para empezar el curso”, destaca Jové. Poco a poco, el servicio de novedades fue normalizándose, pero no el del libro de fondo. Sin embargo, la campaña de Navidad y Reyes todavía se resintió lo suficiente. Ahora se asegura que todo funciona con normalidad y que no habrá ningún impedimento para que los editores y libreros salven Sant Jordi.

Más allá de Sant Jordi hay vida

¿Es verdad que la remontada del sector editorial comienza con Sant Jordi? El 23 de abril es una jornada primordial al representar entre un 5% y un 8% de la facturación anual. Según el Gremio de Llibreters, uno de cada tres libros vendidos en Catalunya lo hace en el marco de esta fiesta.

Llibreria La Il·lustrada a Manacor | Cedida
Librería la I·lustrada en Manacor | Cedida

Sin embargo, cabe destacar que "el sector librero es muy estacional y tiene dos temporadas muy concretas". De hecho, la primera comienza en septiembre con la vuelta a la escuela y dura hasta Navidad, mientras que la segunda se inicia con la primavera y Sant Jordi, además de la presencia de muchas ferias nacionales e internacionales. Por ejemplo, muchas de las librerías optan por hacer un descuento del 10% por Sant Jordi para captar más público en medio de una gran oferta, aunque los márgenes son reducidos.

El ambicioso nuevo centro logístico EntreDos, fruto de la unión de las distribuidoras Àgora y Les Punxes, ha sido el gran quebradero de cabeza de los libreros estos meses

"El mundo del libro es estricto porque se rige por una ley que marca unos precios fijos para evitar competencias", continúa la propietaria de la I·llustrada. “Además, es necesario tener en cuenta el impacto de un Sant Jordi con lluvia, un febrero con pocas novedades editoriales e, incluso, los problemas de distribución mencionados anteriormente”, añade Jové.

Además, desde el sector piden más ayudas para la digitalización de las librerías para poder vender electrónicamente, poder contratar a más personal (a menudo sólo están regentadas por el propio propietario), mejorar la conciliación familiar, los horarios comerciales y, sobre todo, el de verdad apuesta por lecturas de “calidad”.

Mucho más que vender libros

Las librerías no pueden plantearse sobrevivir con la venta de libros y muchas de ellas proponen actividades para convertirse en dinamizadores culturales y sociales. Por ejemplo, Jové explica que desde su librería se han adherido a la lactancia materna como punto seguro por si una madre quiere dar el pecho a su bebé. O Iolanda Batallé, directora de Ona Llibres, detalla en VIA Empresa que ellos preparan Sant Jordi desde enero con firmas, colaboradores, charlas, invitan a 15 periodistas de todo el mundo para descubrir Sant Jordi o hacen conciertos en directo.

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A lo largo del año, según Batallé, también realizan presentaciones de libros, tertulias literarias, mesas de poesía, debates, congresos de educación o feminismo. Y con el punto de mira con el turismo de librerías para los amantes de la cultura. Un tipo de turismo cultural que promueve las librerías independientes como destino de viaje en grupo. Proclamada como Ciudad de la Literatura por la UNESCO, Barcelona es la cuna y ciudad de acogida de numerosos autores y autoras y sede de festivales de literatura y cómic internacionales. Pero, además, la ciudad condal cuenta con más de 300 librerías para impresionar a lo largo del año. Una lucha, más allá de Sant Jordi.

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