• Economía
  • "No soy feliz" y el manual de supervivencia entre boomers y zetas

"No soy feliz" y el manual de supervivencia entre boomers y zetas

Renovación en las oficinas catalanas con el predominio de los jóvenes y el "choque generacional" que provoca más de un quebradero de cabeza

 Permanecer en una empresa es crucial para el 46% de los baby boomers, pero solo para el 21% de la generación Z | iStock
Permanecer en una empresa es crucial para el 46% de los baby boomers, pero solo para el 21% de la generación Z | iStock
Gemma Fontseca, jefa de redacción de VIA Empresa | VIA Empresa
Jefa de redacción
Barcelona
10 de Febrero de 2024

"No soy feliz y me voy". Esta es una de las frases más recurrentes pronunciadas por la generación Z en los departamentos de recursos humanos. Los nacidos a partir de 1997 están llegando en masa a las oficinas catalanas después de graduarse en la universidad y, por primera vez en la historia, superan en representación a sus progenitores, los baby boomers (nacidos entre 1946 y 1964). Los baby boomers, a las puertas de la jubilación, se identifican con la estabilidad, la presencialidad, cierto conservadurismo y la lealtad a una empresa durante toda la carrera profesional. Un "choque generacional" en las oficinas, que, aunque tiene muchos puntos a favor si se gestiona correctamente, también puede causar algún quebradero de cabeza a los empresarios: los jóvenes que dicen lo que piensan en el trabajo son la nueva normalidad y están cambiando para siempre el día a día en las oficinas.

 

¿Son los zetas antitrabajo y los baby boomers los "buenos"? Para la generación Z, "la vida no puede ser trabajar toda la semana e ir al supermercado los sábados", explican muchos de ellos a VIA Empresa. De hecho, los jóvenes ya no construyen su identidad, ni con ellos mismos ni con los demás, a través del trabajo, según los últimos estudios del sector. Muchos de ellos utilizan la primera persona del singular ("yo"), en lugar del plural ("nosotros") al referirse a la organización porque tienen muy claro que las empresas que los contratan no son suyas y su vida no depende de ninguna compañía. Por lo tanto, no son "peores trabajadores", sino que su nivel de fidelidad es menor que el resto. En estos momentos, permanecer en una empresa es crucial para el 46% de los baby boomers, pero solo para el 21% de la generación Z, según Betterfly.

Para la generación Z "la vida no puede ser trabajar toda la semana e ir al supermercado los sábados"

El gran punto de inflexión entre generaciones tiene que ver con la pandemia de la covid-19 durante el 2020, la falta de mano de obra y el fenómeno de la Gran Renuncia, en el cual durante un corto período de tiempo se aumentaron los salarios, hubo más flexibilidad laboral y se adoptó una política de prioridad hacia el trabajador. Para aquellos recién graduados, esta es la única economía que han conocido. "Y no daré ni un paso atrás", confiesan.

 

¿Las sinergias son posibles?

"En las oficinas hay trabajadores que están al final de su trayectoria profesional y otros que están comenzando", señala Fernando Calvo, director de people&culture de Hays España. "Los veteranos tienen interés por el contacto personal, la estabilidad, pocos cambios y utilizan la llamada telefónica, mientras que los jóvenes buscan la inmediatez, el aprendizaje constante, el mensaje de texto y todo es a corto plazo", continúa el experto en recursos humanos.

Permanecer en una empresa es crucial para el 46% de los baby-boomers, pero solo para el 21% de la generación Z

Por lo tanto, ¿cómo se pueden aprovechar las sinergias entre generaciones? Calvo tiene claro que "no es fácil" y que es importante que el boomer sea capaz de "empaparse de la juventud", de su fuerza y que tenga capacidad de adaptación al cambio y a los entornos digitales. Mientras que es interesante que los jóvenes aprendan "del pragmatismo y la experiencia de una persona madura", destaca el miembro de Hays.

Cuando tu jefe tiene treinta años menos

Renovación en las oficinas catalanas con el predominio de los jóvenes y el "choque generacional" | iStock
Renovación en las oficinas catalanas con el predominio de los jóvenes y el "choque generacional" | iStock

Un aspecto interesante tiene que ver con cómo algunos zetas y especialmente los millennials asumen posiciones de liderazgo y gestión de equipos. De ahí que existan casos de jefes con 20, 30 e incluso 40 años menos que alguien que está a las puertas de la jubilación. La convivencia de personas de diferentes generaciones en un mismo equipo de trabajo no es nueva. Pero hasta hace poco la regla era "a más edad, más experiencia y más probabilidad de asumir responsabilidades y ser jefe".

Personas de 30 años están liderando a miembros que a menudo llevan trabajando tantos años como los que tienen de vida

 

Ahora, la irrupción de las nuevas tecnologías, los cambios productivos que conllevan y la juventud de los fundadores de las empresas emergentes y punteras hacen que muchas compañías apuesten por jóvenes talentos para sus cargos directivos. Personas en torno a los treinta años están liderando a miembros que a menudo llevan trabajando tantos años como los que sus superiores tienen de vida.

"No siempre es fácil porque las expectativas son diferentes", continúa Calvo. Los responsables de recursos humanos también creen que la convivencia de generaciones plantea más oportunidades que problemas. Las claves para mejorar las relaciones tienen que ver con no emitir prejuicios de entrada, conocerse a fondo, identificar las fortalezas, crear complicidades y limar las resistencias al cambio.

Técnicas de seducción para los más jóvenes (y no acabar con renuncias en la oficina)

Para la generación Z, "la vida no puede consistir en trabajar toda la semana y hacer la compra los sábados" | iStock
Para la generación Z, "la vida no puede consistir en trabajar toda la semana y hacer la compra los sábados" | iStock

La generación Z no tiene un arraigo fuerte con la empresa ni piensa que será para toda la vida. "Buscan proyectos, no quieren aburrirse, necesitan flexibilidad a todos los niveles y quieren estar alineados con los valores de la empresa", explica Alejandro Sánchez, Country Manager Betterfly España. "Y, sinceramente, hay un gran drama en las compañías por este motivo". En primer lugar, es necesario que desde los departamentos de recursos humanos comprendan que los trabajadores "no son un número o salario, sino que buscan mucho más", precisa Sánchez.

Sánchez (Betterfly): "Hay un gran drama en las empresas por el poco arraigo de los zetas"

 

A menudo se califica a los más jóvenes como la "generación de cristal", mientras que Sánchez no comparte esta visión y prefiere definirlo como "una nueva forma de ver la vida personal y la vida profesional". "Si se rompe el vínculo con la empresa, tienen claro que no deben aguantar nada y tienen facilidad para construir uno nuevo". En cambio, los baby boomers tienden a soportar momentos difíciles por razones de permanencia y quieren continuar porque les da "miedo lo que hay afuera".

"Cuando era joven, hace más de 25 años, buscaba ofertas de trabajo en los especiales de La Vanguardia y El País, y en algunas ocasiones necesitaba días para llevar mi candidatura físicamente, y en pocas ocasiones se podía enviar el currículum por correo electrónico", explica Fernando Calvo, miembro de Hays. "En cambio, hoy a las 3 de la mañana puedes estar buscando trabajo desde casa porque lo estás pasando mal y necesitas un cambio". La necesidad de explorar y conocer forma parte del momento vital de los zetas. Además, últimamente destaca la importancia de la marca personal y pueden ficharlos a través de Linkedin, sus redes personales o el networking presencial y virtual.

Calvo (Hays): "A las 3 h de la madrugada puedes estar buscando trabajo desde casa porque lo estás pasando mal y necesitas un cambio"

"Antes no había manera de comparar tu salario y ahora, en cambio, puedes saber lo que cobran los miembros de tu equipo o de una nueva posición". Y la última puntualización de Calvo: "Si un zeta se encuentra con que un boomer le dice que aquí se hacen las cosas como siempre y los cambios no son bienvenidos", es normal que choquen. Porque para los más jóvenes hay alternativa: "Que no soy feliz y me voy".