• Economía
  • Desde Nebraska: Omaha, sin conexiones. Pero con algunas lecciones empresariales

Desde Nebraska: Omaha, sin conexiones. Pero con algunas lecciones empresariales

Omaha, aparte de ser la ciudad nativa de Montgomery Clift, es conocida como la sede central de Berkshire Hathaway, la empresa de inversiones de Warren Buffett

Omaha es una ciudad de Nebraska en la que nació Warren Buffett | iStock
Omaha es una ciudad de Nebraska en la que nació Warren Buffett | iStock
Xavier Roig VIA Empresa
Ingeniero y escritor
Omaha
18 de Febrero de 2024

Ahora que está de moda discutir como tiene que crecer el aeropuerto de Barcelona -esta infraestructura con una gestión de república bananera- me ha venido a la cabeza la semana que estuve recluido en Omaha. Recuerdo bien aquellos días. Aterricé el 11 de septiembre de 2001, sin más remedio. Habíamos salido de Nueva York a las 7:30 aproximadamente. Se ve que, al sobrevolar Iowa, el capitán recibió la orden de la FAA (Agencia Aérea Federal) de aterrizar inmediatamente, cosa que cumplió con un descenso en barrena -sin dar otra explicación a los pasajeros que "problemas técnicos". Recuerdo aquel descenso como los veinte minutos más angustiosos que he pasado en mi vida.

 

Al llegar a la terminal nos explicaron lo que había tenido lugar en las Torres Gemelas de Nueva York. En las pantallas del aeropuerto pudimos ver el colapso de la primera torre. De aquel acontecimiento recuerdo varios hechos. No vi nadie en actitud pasiva. Nadie reclamando nada. Allí nos encontrábamos los pasajeros de tres vuelos que habíamos quedado atrapados por las circunstancias. No sentí ninguna voz de protesta como por ejemplo "¡Que me lleven a un hotel!", "'¡Que me vuelvan a casa!", "¡Que me paguen los daños!", etc. Todo el mundo empezó a llamar por las cabinas de teléfono (¡Todavía existían!), puesto que las comunicaciones móviles estaban saturadas, lógicamente. Para hacerlo corto: me reservé una habitación de hotel a la que me llevó un taxi. Primera lección: los americanos no acostumbran a esperar que les solucione el problema nadie. Y, menos todavía, el Papa Estado.

El señor Buffett nació en Omaha y él nunca ha visto la necesidad de cambiar de sitio la sede del grupo empresarial

Al llegar al hotel los rumores de golpe de estado eran constantes. ¡Agravados por el hecho que, según marcan los procedimientos presidenciales, el presidente Bush había sido trasladado inmediatamente a la base militar de...Omaha! Por si estábamos todos intranquilos, esta noticia todavía nos dejó más tensionados. A todo esto se sumaban las noticias sobre los ataques al Pentágono. Como que no sabía el tiempo que tenía que quedarme atrapado, opté por conocer un poco Omaha. La ciudad me sonaba, claro. La carne es excelente porque, aunque en el límite este del estado, los productos cárnicos de Nebraska son excelentes. No dejé, pues, pasar la oportunidad y cada día salía a comer o a cenar a uno de los múltiples restaurantes de la ciudad. Era mi agenda diaria: levantarme, ir al aeropuerto para preguntar -iluso de mí- si mi avión saldría aquel día, ante la negativa, ir a dar una vuelta y comer. El día siguiente volvíamos a realizar el mismo trámite. Una especie de Atrapado en el tiempo sin ni gota de sentido del humor. Omaha, aparte de ser la ciudad nativa de Montgomery Clift, es conocida como la sede central de Berkshire Hathaway, la empresa de inversiones de Warren Buffett. De hecho, su empresa es uno de los puntales del S&P 500 de la bolsa de Nueva York. El señor Buffett nació en Omaha y él nunca ha visto la necesidad de cambiar la sede de lugar.

 

Segunda lección: parece que el señor Buffet nunca ha querido escuchar los cantos de sirena del poder federal. Se hace difícil de imaginar atendiendo una llamada del presidente de los Estados Unidos recomendándole que cambiara la sede de Berkshire Hathaway. Y, mucho más difícil todavía, que Buffett le hiciera caso. Si alguna característica tiene Berkshire Hathaway es su independencia política. De mal grado que Buffett acostumbre a financiar las campañas de los demócratas, siempre ha guardado una independencia de gestión que sorprende entre nosotros. Hay que tipificar el señor Warren Buffett, como mínimo, como un hombre remarcable.

Warren Buffett, al lado del expresidente Barack Obama | Wikimedia Commons
Warren Buffett, al lado del expresidente Barack Obama | Wikimedia Commons

A principios de los 2000 se retiró de la gestión del grupo para dejarlo en manos de los ejecutivos de la empresa. De mal grado de tener descendencia, no ha querido nunca dejar la empresa en herencia y, mucho menos, colocar los hijos en el equipo de gestión. Ha creado una fundación y deja los hijos muy bien posicionados, pero no multimillonarios en el sentido estricto de la palabra. Quedan apañados, sin duda, pero la enorme fortuna queda en manos de una fundación. Con unas inversiones filantrópicas que hacen marear. Lecciones dos y tres: la capacidad de gestión no se hereda y los hijos no tienen que formar parte del equipo directivo de la empresa que deja el padre.

Buffett nunca ha querido dejar la empresa en herencia y, mucho menos, colocar a los hijos en el equipo de gestión

Además, tampoco hay que dejarles el capital de la empresa. En cierto modo, Buffett lo ha organizado todo para devolverle a la sociedad aquello que la sociedad le ha dejado ganar. Muchos empresarios nuestros se lo tendrían que hacer mirar. Les he dicho que iba cada día al aeropuerto. El aeropuerto Eppley Airfield es gestionado por la Omaha Airport Authority. Detecté que no tenía conexiones internacionales. De hecho, todavía no tiene. Esto no es obstáculo como para tener la sede de empresas importantes a nivel mundial. No tener un hub no es excusa. Tampoco lo es para Milán, por ejemplo. Y menos todavía cuando se quiere hacer pasar un aeropuerto turístico por uno de negocios. Bien, el caso es que para poder volver a casa conduje toda una noche hasta Chicago, donde pude salir en el primer vuelo de British Airways que se autorizaba para ir a Londres. Ventajas de tener la tarjeta de viajero frecuente. Y así se acabó mi semana de estancia en Omaha. Hasta la fecha, y provocado por una desgracia, no conocía su remarcable rol económico y empresarial. ¡Sin hub aeroportuario!