El presidente del Port de Barcelona, Lluís Salvadó, ha anunciado que la infraestructura prepara una nueva ordenanza para sancionar a las embarcaciones que contaminan. En una entrevista para Catalunya Ràdio, Salvadó ha asegurado que el objetivo es que esté a punto "antes del verano" y se aplicaría a toda el área portuaria, de forma que no solo afectará a los cruceros.
En esta línea, en materia de cruceros ha reivindicado que "el objetivo no es reducir la actividad turística sino el impacto que esta genera en Barcelona", y ha abogado para que lleguen a la capital catalana embarcaciones construidas después de 2016 porque, en sus palabras, contaminan muy poco.
Salvadó: "El objetivo no es reducir la actividad turística sino el impacto que esta genera en Barcelona"
Ha relatado conversaciones con la Generalitat para "mejorar el diseño de la propuesta inicial" del impuesto a los grandes buques con el objetivo de compatibilizar las exigencias ambientales -que aboga por que sean elevadas- con criterios de negocio que impulsen la competitividad de la infraestructura.
Salvadó ha valorado que el marco legal actual "no permite ni al Ayuntamiento, ni a la Generalitat, ni a ninguna institución decir: 'puede haber tantos cruceros'". En este contexto, ha apuntado la importancia de "saber cuál es el marco legal. Si nos pensamos que jugamos a básquet, quizás no ganemos ningún partido si estamos jugando a fútbol". También ha recordado que el acuerdo vigente hasta 2018 entre el Ayuntamiento y la infraestructura establece siete terminales para cruceros hasta 2028. Ante la situación de sequía, Salvadó ha subrayado que el 80% de los cruceros "no cogen agua del puerto" y se abastecen con plantas de desalinización.