La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha estimado que la nueva reforma global del sistema impositivo a las empresas permitirá recaudar más de 210.000 millones de euros anuales. El llamado Pilar 2, una tasa mínima del 15% a todas las empresas en el ámbito mundial, tiene que representar unos ingresos extra de más de 200.000 millones de euros al año, cifra superior a la que el organismo vaticinó de entrada.
La otra nueva directriz, la Pilar1, que exige a las multinacionales a cotizar en aquellos mercados donde más operan, también supondrá un extra de entre 12.000 y 33.000 millones de euros anuales, la mitad de los cuales de multinacionales digitales.
Como contrapunto, los expertos también vaticinan que, a pesar de que las nuevas directrices contribuirán a la estabilización del sistema impositivo y a reducir disputas comerciales, el PIB global podría caer hasta un 1% cada año. El motivo es que los nuevos impuestos afectarán negativamente los márgenes empresariales de las corporaciones, suponiendo así un ligero freno al crecimiento de la economía.
El organismo ha indicado también que la reforma fiscal beneficiará especialmente los países con ingresos bajos y medios, mientras que los grandes perjudicados serán aquellos estados que promueven de forma intensiva la inversión, puesto que aprovechan "sus enormes beneficios para sacrificar más derechos impositivos de los que tienen asignados".