De la Sagrada Familia al Parc Güell, pasando por Playa de Palma y el cine Comèdia

Continúan las protestas contra el turismo masificado y barato, conocido por saturar lugares de costa y urbanos y degradarlos medioambientalmente, entre otros

El año pasado visitaron el Parc Güell 4,4 millones de visitantes | iStock El año pasado visitaron el Parc Güell 4,4 millones de visitantes | iStock

Parece que se aproxima el verano; llega la temporada turística más intensiva, y esta semana nos ha adelantado un aperitivo de lo que tenemos entre manos. Obra de teatro en cuatro actos y epílogo; los hechos ocurren en Barcelona y en las Islas.

Primer acto: en Mallorca investigan si la terraza del Medusa Club Beach que se derrumbó tenía el permiso de obra; en el Colegio de Arquitectos no consta. El protocolo posterior ha sido el de siempre: condolencias oficiales, minutos de silencio, lamentos, visita de las autoridades al lugar del siniestro, "el ayuntamiento abrirá una investigación...". De aquí a unos meses o unos años, ya veremos qué pasa. Entonces sabremos si el propietario o el inquilino o quien esté al frente del negocio realizó legalmente la remodelación hace unos meses; si la terraza era de uso público y se podía bailar a gusto; si la capacidad de carga estaba bien medida; quién es el responsable del desbarajuste; y quién indemniza, por tanto, a los afectados, si es que finalmente se aclara la cosa.

Las inspecciones a posteriori no sirven para nada

Lo que sí es cierto es que los cuatro muertos no podrán escuchar la sentencia y deseo que los dieciséis heridos estén presentes para conocerla. Los buenos gobernantes son aquellos que prevén, que se adelantan a los hechos, que realizan inspecciones constantes para evitar que ocurran ciertas cosas; no son aquellos que empiezan a trabajar cuando se produce un incidente, se quitan las pulgas de encima cargando el muerto a otro o crean comisiones para averiguar las causas. Las inspecciones a posteriori no sirven de nada. Un edificio de los años 60, en Playa de Palma, de uso familiar reconvertido en restaurante y pista de baile en el primer piso, bien debería haber llamado la atención hace tiempo de los buenos gobernantes. Muchos municipios de playa se encuentran en una situación similar: viejas estructuras e infraestructuras, capacidades de carga no medidas, envejecimiento general de los servicios, controles suaves, escasez de actuaciones, improvisación de casi todo cuando llegan estos meses; no estamos hablando de la recuperación del turismo; lamentablemente nos referimos al trabajo del día a día que conduce a hechos como el de la semana pasada en Playa de Palma.

Més info: Por un turismo de calidad

Segundo acto: en Barcelona, los cien manifestantes contra el desfile de Louis Vuitton en el Parc Güell hicieron ruido y paralizaron la zona, pero representan a cien familias del barrio que no están de acuerdo en atraer más visitantes al Parque. En esto coincidimos. El año pasado lo visitaron 4,4 millones, un 6% más que el ejercicio anterior. Antes de la pandemia paseaban por sus jardines, los edificios y el trencadís el doble de personas, unos nueve millones de turistas. Entonces eran demasiados; ahora, 12.000 visitantes diarios de media nos parece que también: tanta gente no ayuda a mantener y mejorar las condiciones medioambientales de este bosque modernista de 17,18 hectáreas, más aún teniendo en cuenta el importante flujo de la población de los barrios periféricos que lo tienen que atravesar. En esto tienen razón los vecinos: el turismo no puede gentrificar y masificar las calles del barrio y encarecer los precios de la vivienda convirtiéndolo en un parque temático.

El año pasado visitaron el Parc Güell 4,4 millones de visitantes

Ahora bien, el objetivo del desfile de la semana pasada no era, ni de lejos, atraer más visitantes. Se trataba de asociar el Parque con la moda, el lujo, la fantasía de los modelos; de reforzar el modernismo como icono de la ciudad al lado de lugares singulares del mundo, como las Pirámides, los Juegos Olímpicos de París o la Copa América de Vela. Y aquí discrepo absolutamente de los vecinos que protestaban. Nos interesa esta visión del Parque para revalorarlo y posicionar mejor la ciudad asociada a la cultura y a la calidad; si el sector se dedica a actividades de este nivel se podrán seleccionar mejor los turistas, reducir la presión sobre el territorio municipal, y a la vez se obtendrán márgenes de rentabilidad superiores.

Manifestants contra la desfilada de Louis Vuitton | EP
Manifestantes contra el desfile de Louis Vuitton | EP

Tercer acto: Carmen Thyssen y el Fondo de inversión Stoneweg han cerrado un acuerdo con las familias propietarias del cine Comèdia para convertirlo en un museo semejante al que tiene la baronesa en Madrid. Una noticia buena y una mala. La buena es que se reutiliza un edificio emblemático y singular de la ciudad con la presencia de un nuevo museo de calidad. La mala es que se congestiona más el centro en un nuevo activo que atraerá a más gente cuando ya está bastante lleno. Por cierto, el fondo de inversión que acompaña a Carmen Thyssen es el mismo que chocó con Ada Colau por el Hermitage; lástima que no se retomen las negociaciones para instalarlo en Barcelona; eso sí, lejos del centro de la ciudad.

Las obras de la Sagrada Familia ya tienen fecha de finalización; hay proyecto y dinero

Cuarto acto: venga o no venga el Santo Padre a bendecir la finalización de las obras de la Sagrada Familia, canonizen o no a Gaudí, estas ya tienen fecha de finalización; hay proyecto y dinero. Es hora, pues, de abordar definitivamente la indemnización a los vecinos que perderán su casa afectada por la escalinata de la fachada de la Gloria. El ayuntamiento se ha comprometido a cerrar en este mandato el tema de las dos manzanas de la calle Mallorca; hace tiempo que sabe que tiene que cambiar el Plan General Metropolitano de 1976.

Por su parte, la Junta de la Sagrada Familia conoce cuál es su responsabilidad en la financiación de las expropiaciones. La semana pasada se puso manos a la obra. Si avanzan las negociaciones al ritmo actual, tendremos viviendas dignas para los vecinos afectados y también la Sagrada Familia definitiva con el espacio necesario para un templo de esta magnitud.

Més info: Canarias como toque de alerta para el turismo barato

Epílogo. Continúan las protestas contra el turismo masificado y barato. En Barcelona, Venecia, Ibiza, Canarias, Cinque Terre, Santorini, Mykonos... y seguirán muchas otras, porque el modelo satura muchos lugares de costa y urbanos, los degrada medioambientalmente, los llena de gentrificación, aumenta los precios de los alquileres, modifica la manera de vivir de las comunidades locales, y ofrece puestos de trabajo de baja calidad. Al final, los beneficios económicos del turismo no compensan desde este prisma, aunque en muchos lugares han tentado con otro modelo y funciona.

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