Transiciones revolucionarias

La historia demuestra que aquellos países que han controlado y dominado la tecnología son los que han liderado el mundo

Estamos en constante transición, lo que nos lleva a un estado permanente de inquietud y de incertidumbre muy acusado | iStock Estamos en constante transición, lo que nos lleva a un estado permanente de inquietud y de incertidumbre muy acusado | iStock

Pocas veces se es consciente de vivir una revolución tecnológica o económica. En el pasado, la gente notaba cosas extrañas. Las cosas cambiaban, el omnipresente conservadurismo hacía pensar que íbamos a peor, muchas otras crujían, la economía se tambaleaba, etc. Incluso, una vez pasada la correspondiente revolución, la gente moría sin saber que había sido protagonista y damnificada. La información disponible era mínima y nunca global.

Ahora no. Ahora sabemos que estamos en constante transición, lo que nos lleva a un estado permanente de inquietud e incertidumbre muy acentuado ya que, junto con información válida, nos llega una montaña de noticias de las cuales no debemos hacer nada. Pero bueno, actualmente sabemos que nos hemos instalado en dos revoluciones. Una inevitable, la transición energética, la otra como evolución natural de la revolución previa, la inteligencia artificial (IA). Y ya que somos conscientes de que estamos galopando sobre la silla de estas dos revoluciones, sería bueno analizar cómo lo estamos haciendo. Y un buen termómetro es el mercado laboral. ¿Ha variado? ¿Cómo?

En general, en la Unión Europea, desde el 2021, los puestos de trabajo en la transición energética han crecido un 10%, mientras que los relativos a la IA lo han hecho en un 64%. Claro que llevamos muchos más años de revolución verde que de IA. Al principio todo va más rápido en términos porcentuales. Por otro lado, España ha crecido un 87% en temas de transición energética, porque íbamos tremendamente rezagados y las ayudas Next Generation han acelerado el proceso. En cambio, en lo que respecta a la IA, estamos en línea con el resto de la UE, un 65%. Viendo todo esto, uno se pregunta: ¿estará nuestro sistema educativo preparado para cubrir las demandas de estos puestos de trabajo?

La historia demuestra que aquellos países que han controlado y dominado la tecnología son los que han liderado el mundo

Mucha gente está convencida de que vivimos un exceso de formación tecnológica, y tal vez sea cierto. Pero debemos preguntarnos en qué nivel se produce esa formación. ¿En la escuela básica? ¿En la formación profesional? ¿En la universidad? Yo diría que hay un exceso de uso de la tecnología en un sentido banal. Tener 5G en el teléfono puede servir para ver un canal de streaming de pornografía o para comunicarse con la universidad. En cualquier caso, la historia demuestra que aquellos países que han controlado y dominado la tecnología son los que han liderado el mundo en cada época. Así fue durante los siglos XVIII y XIX en el caso del Reino Unido. Luego, los Estados Unidos tomaron el relevo. Por eso, uno de los desafíos que tiene la UE es liderar las tecnologías del futuro. Y entre estas, todas las relacionadas con las energías renovables.

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Es necesario prestar atención, sin embargo, a cómo están evolucionando estas revoluciones. ¿Qué viene primero, el huevo o la gallina? Resulta que las necesidades van por delante de la formación reglamentada. Y este es un fenómeno mundial. En el caso europeo, nos encontramos con que solo el 16% de los puestos de trabajo creados por la IA desde 2021 han requerido formación universitaria. Mientras que para la renovación "verde" solo se ha necesitado el 11% de titulación superior. Parecería ser que las empresas buscan más personas que sepan sobre temas específicos, conocimientos que a menudo han adquirido de forma autodidacta, que títulos.

Dentro de Europa hay estados que destacan en la creación de empleo en IA, mientras que otros lo hacen en tecnologías de nuevas energías. Y aún otra dimensión: países impulsadores

 

Esta es una dimensión. La otra es determinar en qué se quiere ser fuerte. Dentro de Europa hay estados que destacan en la creación de empleo en IA (Bélgica, República Checa, los países nórdicos...), mientras que otros lo hacen en tecnologías de nuevas energías. Y aún otra dimensión: países impulsadores (aquellos que crean e innovan) o arrastrados (países que solo utilizan la tecnología que otros inventan).

Como digo, estamos en plenas revoluciones y las oportunidades son muy grandes. Hay lugar para todos. ¿Para todos? Bueno, para aquellos que lo quieran y se esfuercen. Industria, sistema educativo, mercado, etc. Es decir, buenos gobiernos y sólida sociedad civil productiva. ¿Es nuestro caso?

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