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Del campo al plato: las frutas y verduras de Es im-perfect que esquivan estándares comerciales

Bajo el paraguas de la Fundació Espigoladors, la entidad catalana da salida a los alimentos descartados por el mercado con vocación de cambio sistémico

Mireia Barba, fundadora de Es im-perfect y la Fundació Espigoladors | Cedida
Mireia Barba, fundadora de Es im-perfect y la Fundació Espigoladors | Cedida
Natàlia Bosch | VIA Empresa
Periodista
Barcelona
17 de Diciembre de 2025 - 04:55

Una de cada tres alimentos que se producen en el mundo acaba tirado a la basura. Y este porcentaje, lejos de ser una cifra cerrada, se ha revisado al alza no hace mucho tiempo: un estudio del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) de 2021 estima que llega al 40%. Las pérdidas alimentarias, que representan una huella ambiental significativa, son las responsables del 8% de las emisiones globales de CO2, un indicador clave en la lucha contra el cambio climático. La paradoja golpea con fuerza cuando en Catalunya casi una cuarta parte de la población vive en situación de pobreza o riesgo de exclusión social, tal como se desprende de la Memoria de Sostenibilidad 2024 de es im-perfect.

 

Este despilfarro, a menudo invisible, tiene su origen en el sector primario: más del 15% de la fruta y la verdura que se produce no llega siquiera al mercado porque no cumple con los estándares estéticos, o porque las dinámicas actuales de la cadena agroalimentaria hacen que sean descartados. Todo ello, evidencia una realidad que fue la chispa que encendió la Fundació Espigoladors en 2014, en un contexto aún marcado por las consecuencias de la crisis de 2008.

Más del 15% de la fruta y la verdura que se produce no llega ni siquiera al mercado porque no cumple con los estándares estéticos"

Con la intención de dignificar la práctica tradicional del espigolamiento -la recolección de estos alimentos “imperfectos”-, la entidad sin ánimo de lucro puso en marcha un modelo innovador: recuperar frutas y verduras directamente del campo, a través de acuerdos con los productores y productoras locales, y hacer que lleguen en menos de 48 horas a familias vulnerables, a través de entidades sociales.

 

Once años después, la fundación y su empresa de inserción es im-perfect (que se origina en 2021) no solo recuperan toneladas de alimentos que no entran en el circuito comercial, sino que proponen un cambio profundo en la manera de producir, consumir y valorar la comida y las personas. “Nacimos para abordar un problema estructural”, resume a VIA Empresa Mireia Barba, fundadora de ambas iniciativas. “Pero sabíamos desde el principio que no se trataba solo de alimentos, sino también de personas, de dignidad y de hacer incidencia”, sentencia. El impacto va mucho más allá de las cifras. “Rompemos la desconexión entre la ciudad y el campo”, explica Barba. “Invitamos a la gente a volver a pisar la tierra y a entender el esfuerzo que hay detrás de cada alimento que recuperamos”, añade.

Inserción laboral y segundas oportunidades

Foto de familia de l'equip d'es im-perfect | Cedida
Foto de familia del equipo de es im-perfect | Cedida

El modelo de es-im-perfect se despliega a través de su nuevo centro de producción situado en El Prat de Llobregat, con un espacio de 1.000 metros cuadrados desde donde se compra fruta y verdura descartada, se paga a un precio justo a los productores y se convierte en conservas, cremas, salsas y compotas. El proceso es artesanal y respetuoso, con ingredientes 100% vegetales y naturales, sin colorantes ni conservantes artificiales, con el objetivo de promover una alimentación saludable, equilibrada y de calidad.

Actualmente, la empresa cuenta con una cuarentena de trabajadores, la mayoría “derivados de servicios sociales con certificado de exclusión”, puntualiza Barba. Una vez incorporados, estos firman contratos de entre seis meses y tres años, que es el marco legal establecido para las empresas de inserción. Durante este período, se despliega un itinerario formativo que combina competencias técnicas vinculadas a la industria alimentaria, y un acompañamiento personalizado para trabajar aspectos más personales, “descargar mochilas”, sintetiza Barba.

La empresa cuenta con una cuarentena de trabajadores, la mayoría “derivados de servicios sociales con certificado de exclusión”

La vocación de cambio sistémico se traduce en tres líneas más de acción: investigación y conocimiento (con proyectos europeos como Follow, que trabajan codo con codo para definir y medir de manera conjunta las pérdidas alimentarias), sensibilización y pedagogía (con escuelas, comedores y empresas), e incidencia política para impulsar leyes ambiciosas contra el despilfarro. Todo ello convierte es im-perfect en una empresa B Corp que combina impacto ambiental y social con un modelo reproducible.

Del balance al horizonte

Una trabajadora de es im-perfect prepara verduras en el obrador | Cedida
Una trabajadora de es im-perfect prepara verduras en el obrador | Cedida

Desde sus inicios, es im-perfect ha transformado más de 860.000 kilos de frutas y verduras, ha evitado la emisión de 1.257 toneladas de dióxido de carbono y ha ahorrado 5.729 millones de litros de agua. En 2024 sumó un nuevo capítulo a este impacto acumulado, con un balance económico que superó los 1,2 millones de euros en ingresos, con casi dos tercios provenientes de las ventas y servicios, y un 30% de subvenciones públicas que reforzaron la apuesta social. Los gastos totales se sitúan en una posición similar, con el 58% destinado a personal, lo que confirma que la inserción laboral es el núcleo del proyecto.

Barba: "El espigolamiento es una punta de lanza para que pasen cosas en un territorio, y nosotros queremos generar cambios de comportamiento"

La partida de inversiones, que superó los 200.000 euros, se concentró en la puesta en marcha del nuevo centro de producción en El Prat de Llobregat. Este espacio amplió la capacidad de transformación de alimentos descartados y consolidó la marca como referente en la economía circular. Con el 2025 aún por cerrar, es im-perfect se mueve con la mirada puesta en el futuro. De hecho, el horizonte es claro: “en 2026 queremos replicar el espigolamiento a escala estatal e internacional, con pruebas piloto en diversas comunidades autónomas y con el acompañamiento de Ashoka, la red global de emprendedores sociales”, señala Barba. “El espigolamiento es una punta de lanza para que pasen cosas en un territorio”, sentencia. “Queremos generar cambios de comportamiento”, concluye.

El reconocimiento al cambio

Mireia Barba, galardonada con el Premio a la Sostenibilidad Empresarial 2025 | Cedida
Mireia Barba, galardonada con el Premio a la Sostenibilidad Empresarial 2025 | Cedida

Recientemente, BBVA y El Periódico han distinguido a es im-perfect con el Premio a la Sostenibilidad Empresarial 2025, un galardón que reconoce la capacidad del proyecto para redefinir el impacto ambiental y social desde la práctica cotidiana. Barba también se ha llevado el Premio WAS (Women Action Sustainability) y una mención en los Premios PITA en la categoría de Innovación Agroalimentaria, que valoran el compromiso con la sostenibilidad y la innovación social.

Estos galardones se suman a un palmarés creciente: en 2024, im-perfect obtuvo los Premios Alimentos de España por su contribución a la reducción del desperdicio, y el mismo año ganó los Premios Josep M. Piñol a la mejor iniciativa innovadora a favor de la ocupación. Todo ello confirma que el proyecto ha sabido traspasar fronteras sectoriales y se ha consolidado como un referente tanto por el impacto social como por la innovación empresarial.