El miércoles pasado se supo que la autoridad bursátil española, la célebre CNMV, había dado luz verde al proceso de OPA que la familia propietaria de la aseguradora Occident -antiguamente conocida como Catalana Occident- había puesto en marcha en el mes de marzo de este año. Esta operación seguramente acabará teniendo los efectos de una OPA de exclusión, es decir, un tipo de operación mediante la cual el accionista dominante de una empresa cotizada hace una oferta para adquirir las acciones de los minoritarios y, una vez consigue el control de la totalidad (o casi) del capital, retira la empresa de la bolsa. En el caso que nos ocupa no solo hay oferta en metálico, sino que también existe la posibilidad de canje con acciones de la compañía que hace la oferta, Inocsa, de la que hablaremos a continuación.
La decisión de los gestores de la compañía se puede considerar histórica, porque Catalana Occident tiene unas raíces muy antiguas en la bolsa, que se extienden hasta el debut de La Catalana en los mercados, en el lejano 1878, aunque la etapa actual se inició a finales de los noventa del siglo XX. También es una operación de gran envergadura, porque el coste que tiene para la familia Serra conseguir el 38% del capital que todavía no tienen será de, según el precio que ellos mismos han fijado en la oferta, cerca de los 2.300 millones de euros. La sociedad a través de la cual se ha presentado la oferta de compra es Inocsa, una entidad patrimonial controlada por la familia Serra, pero donde también hay otros accionistas históricos de la compañía aseguradora, como es el caso de los Juncadella y de los Thiebaut. La matriz de esta sociedad es CO Sociedad de Gestión y Participación, controlada por las diferentes ramas de la familia Serra.
Este paso histórico coincide con la serie de cambios de peso que se han llevado a cabo en los últimos tiempos en la órbita del grupo, como la modificación de la marca, ejecutada en 2024, que dejó atrás el histórico Catalana Occident para pasar a ser un extraño Óccident, pero sin acento gráfico. También el año pasado se produjo el relevo al frente del grupo, tras la jubilación del actuario Joan Closa Cañellas, que había sido el consejero delegado de la aseguradora en los siete años anteriores y que trabajaba en ella desde 1981. El actual primer ejecutivo de la compañía aseguradora es Hugo Serra Calderón, tercera generación de la familia, y que, a diferencia de su padre, no es actuario, una titulación relacionada de manera íntima con el sector asegurador. Todo parece indicar que su estilo de gestión está más cercano al de las escuelas de negocios que al del paternalismo propio de las generaciones que lo precedieron.
La historia de la compañía es larga, porque podemos situar sus orígenes en el año 1864, año en que nació la Sociedad Catalana de Seguros contra Incendios, una aseguradora que casi un siglo después, en 1959, se fusionaría con Occidente Compañía Española de Seguros, que había sido fundada en 1903. El artífice de la fusión fue Jesús Serra Santamans, que aquel año era el máximo dirigente de ambas compañías. Su entrada en el sector asegurador vino propiciada por tradición familiar, porque su padre era agente de seguros. A finales de los cuarenta, Serra Santamans había sido nombrado director general de Occidente, mientras que en 1959 había accedido al cargo de consejero delegado de la Catalana. Por cierto, el presidente de Occidente cuando se produjo el ascenso de Serra era Remigio Thiebaut, cuyos descendientes hoy en día continúan en el capital de Catalana Occident. Una tercera entidad vinculada a Serra era la mutua Asepeyo (Asistencia Sanitaria Económica para Empleados y Obreros), nacida en 1944 como evolución del Montepío del Obrero Catalán (1915) y que en 1963 se encuadró dentro del régimen semipúblico de las mutuas laborales, que nacieron aquel año.
La historia de la compañía es larga, porque podemos situar sus orígenes en el año 1864, año en que nació la Sociedad Catalana de Seguros contra Incendios
Después de mucho tiempo ubicada en el paseo de Gràcia número 4, de Barcelona (Casa Pascual i Pons), Serra tuvo la idea de buscar un espacio al límite del área metropolitana, donde se pudiera disponer de una parcela de grandes dimensiones. Así es como en 1972 Catalana Occident se mudó a Sant Cugat del Vallès, muy cerca de Bellaterra. No hace falta decir que esta mudanza pionera creó tendencia, y cincuenta años después aquella zona es un verdadero clúster empresarial de primer nivel. Por cierto, el vecino más cercano de Catalana Occident es la mutua laboral Asepeyo, la compañía hermana. Otro de los negocios creados por Serra, ahora en manos de una de las ramas de la familia, es el de la estación de esquí de Baqueira Beret.
Ahora hay que ver si todos estos aires de cambio que soplan en la aseguradora sirven también para que la sede formal de la compañía regrese a Catalunya, un lugar del que se marchó en 2017 después de más de siglo y medio instalados en el país. Sería muy poético que el regreso de Madrid a Catalunya coincidiera con el reestreno del edificio corporativo de Sant Cugat, que en los últimos tiempos ha sido sometido a una profunda renovación.