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La Catalunya de las 610.000 pymes busca multiplicar las grandes corporaciones

El censo oficial demuestra el crecimiento sostenido del número de empresas, la fuerte presencia industrial y un gran peso dentro del PIB estatal, con la asignatura pendiente de aumentar las compañías de más de 250 trabajadores

    La torre Glòries y parte de Poblenou desde el mirador de la torre Mapfre | ACN
    La torre Glòries y parte de Poblenou desde el mirador de la torre Mapfre | ACN
    Jordi Ortet
    25 de Junio de 2025

    El número de empresas en Catalunya continúa creciendo a un ritmo del 2% anual y alcanza ya un total de 611.342, de las cuales menos de 8.000 tienen su sede social fuera del Principat. La inmensa mayoría (99,8%) son pymes, casi 10.000 corresponden a filiales de compañías extranjeras y las sociedades limitadas continúan ganando adeptos (un 4% más) respecto a las sociedades anónimas, que pierden fuelle reduciéndose en un 2,3%. Extrayendo conclusiones a partir de los indicadores puramente cuantitativos, el perfil de empresa catalana que más abunda actualmente sería el de una SL dedicada al comercio al por mayor —excluyendo el ramo del motor— de un máximo de nueve trabajadores. Esta es la radiografía básica del sector según la estadística elaborada periódicamente por el Idescat (con datos actualizados a 2024), que confirma a Catalunya como un país de empresas medianas, donde la proliferación de corporaciones de grandes dimensiones es aún un punto débil y el reto más inminente.

     

    Una industria en forma que hace de locomotora española

    La industria se mantiene como la indiscutible piedra angular de la economía local, con una tasa que representa el 18,6% del valor agregado bruto catalán (VAB), es decir, del valor del producto interior bruto si le restamos los impuestos indirectos y los bienes que se han usado en la producción de las mercancías. El conjunto de la industria manufacturera tradicional, los sectores emergentes y los servicios relacionados con las TIC, las finanzas, la sanidad y la logística suponen el 50% del PIB catalán, reafirmando la fortaleza de estos ámbitos.

    Por rama de actividad, los químicos y los plásticos lideran la clasificación de los que más aportan al VAB industrial catalán con un 19,1%, un punto por encima de los alimentos y las bebidas. La automoción supone un 11,4% y la metalurgia supera ligeramente el 10% (casi empatada con la maquinaria y los bienes de equipo), mientras que el sector de la salud proporciona el 8%. El top 10 lo completan el ámbito del textil y la moda (5,4%), el papel y packaging (5%), las TIC y la electrónica (4,9%) y los muebles y el hábitat (3,1%).

     

    Cuantitativamente, el retrato robot de la empresa catalana actual respondería a una SL dedicada al comercio al por mayor, con un máximo de 9 trabajadores

    El peso de las empresas catalanas dentro del Estado, además, sigue siendo capital. Aparte de representar casi la quinta parte de las compañías establecidas en España y el 22,5% de las consideradas innovadoras, Catalunya aporta el 21,7 del PIB industrial, el 26% del total de las exportaciones y un tercio de las firmas que venden sus productos internacionalmente de manera regular. Del mismo modo, es la primera región en captación de proyectos IED (de inversión extranjera directa), acapara el 35% de las solicitudes de patente europea y ha conseguido recibir casi uno de cada tres euros de los fondos que el programa Horizon Europe ha destinado a la I+I (investigación e innovación) española.

    El objetivo de las 1.500 ‘grandes empresas’

    El escenario que conforma esta serie de datos es valorado con satisfacción y esperanza desde el Gobierno, que pretende poner énfasis, durante los años venideros, en la proliferación de un mayor número de las consideradas grandes empresas, aquellas con más de 250 trabajadores en nómina. “La resiliencia del sector es mucho más elevada en función de la dimensión de la empresa. Si cumplimos el objetivo de subir la cifra de 1.250 grandes empresas actuales a las 1.500 hacia el año 2030, nos dotaremos de mucho más músculo”, explica el conseller de Empresa i Treball, Miquel Sàmper, en la entrevista concedida esta semana a VIA Empresa. “La diferencia entre Alemania y Catalunya radica solo en este aspecto. Hoy ya los superamos en muchas cosas. Por ejemplo, en talento, tecnologías duales, investigación, desarrollo… Pero ellos, en cambio, tienen muchas más grandes corporaciones”, recuerda.

    Las estadísticas indican que después del ligero descenso provocado por la pandemia —cuando una cuarentena de empresas de gran dimensión perdieron este estatus por las reducciones de plantilla— la cifra ha vuelto a remontar, especialmente en el sector de los recursos humanos, las tecnologías de la información y la industria alimentaria.

    Casi 23.000 puestos de trabajo gracias a las startups

    En el universo de las empresas emergentes, la progresión también es significativa. Catalunya sumaba un total de 2.285, según los últimos datos de la Agencia para la Competitividad (Acció), una cifra récord con un aumento del 9% respecto al año anterior. Hay que tener en cuenta, además, que el ritmo en su aparición puede haber dejado fácilmente atrás estas cifras ahora que está a punto de cerrarse el primer semestre.

    Este ecosistema innovador y tecnológico da trabajo a 22.840 personas y genera un volumen de negocio total de 2.330 millones de euros en conjunto, con un incremento anual del 10,5%. La mitad de las startups se han creado en el último lustro y un 60% tiene algún fundador con experiencia previa en la puesta en marcha de iniciativas similares, hecho que demuestra una retroalimentación de un ámbito que no para de crecer.

    El ecosistema de las startups genera actualmente un volumen de negocio de 2.330 millones de euros, con un incremento anual del 10,5%

    De estos dos millares largos, 340 se inscriben en la categoría de deep tech, empresas basadas en un descubrimiento científico, una innovación de ingeniería o una idea tecnológica original y que no comercializan productos ni servicios tradicionales. La inversión en I+D y la utilización de tecnologías vinculadas con la industria 4.0 también sigue al alza: el 62% de las emergentes trabaja con tecnologías como la inteligencia artificial, el big data, los sensores o el cloud computing.

    La inversión captada por estas empresas ha aumentado un 127% respecto a la recibida durante el quinquenio anterior, alcanzando la cota de los 6.104 millones de euros. Solo durante 2024, las startups catalanas han acumulado financiación por valor de 1.152 millones de euros (un 65,5% más que el año pasado). El sector financiero, el traveltech y el healthtech aglutinan más de la mitad. En clave geográfica, Barcelona es el segundo hub preferido por aquellos que quieren poner en marcha una empresa emergente en la Unión Europea y se sitúa, también, como la segunda ciudad en el ranking con un número mayor de fundadores procedentes de universidades locales. Un total de 287 spinoffs provienen de la comunidad universitaria o de investigación.