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Miquel Sàmper: "La única diferencia entre Catalunya y Alemania es el número de grandes empresas"

El conseller de Empresa i Treball analiza la salud empresarial catalana y se fija tres objetivos: más grandes empresas, fomentar la FP y evitar la Catalunya vaciada

El conseller d'Empresa i Treball, Miquel Sàmper, celebra este año su primer Día de la Empresa en el cargo | Marc Llibre
El conseller d'Empresa i Treball, Miquel Sàmper, celebra este año su primer Día de la Empresa en el cargo | Marc Llibre
Carlos Rojas | VIA Empresa
Periodista
Barcelona
25 de Junio de 2025
Act. 25 de Junio de 2025

En el año 2021, la Generalitat de Catalunya aprobó celebrar, el 27 de junio, el primer Día de la Empresa de su historia. La iniciativa buscaba reconocer la aportación de las empresas a la sociedad. Cuatro años después, la prioridad es la misma, pero la fotografía ha cambiado. La economía avanza con fuerza y, según el Idescat, el pasado 2024 Catalunya alcanzó los 316.728 millones de euros de PIB. Se trata de un incremento del 3,6% interanual. De cara al 2025, el escenario apunta a más optimismo: el Govern prevé un nuevo repunte del 2,6%. Todas las cifras están por encima de la media estatal que, al mismo tiempo, es líder en la eurozona. Esto convierte a Catalunya en el territorio que lidera el crecimiento económico en Europa.

 

Gran parte de este buen diagnóstico se debe a la aportación de las compañías. Los beneficios empresariales se encuentran en máximos en muchos casos, y la creación de startups se disparó un 9,1% durante el anterior ejercicio. El contexto, pues, es casi inmejorable. Pero aún hay retos. La tensión arancelaria y la incertidumbre geopolítica amenazan el statu quo. Para analizar los impactos y celebrar el momento actual, el conseller de Empresa i Treball, Miquel Sàmper, recibe a VIA Empresa con una sonrisa y atento, sabedor del buen momento que atraviesa una conselleria complicada de gestionar.

Es su primer Día de la Empresa como conseller de Empresa i Treball. ¿Con qué Catalunya se ha encontrado desde el punto de vista empresarial?

 

Pues con una Catalunya integrada en el mundo, que internacionaliza mucho sus productos, tanto desde la perspectiva de la exportación como con un importante componente de captación de inversión extranjera. Hay dos datos muy importantes: es el segundo año consecutivo que las exportaciones suben de los 100.000 millones de euros y, a la vez, es el primero en el que somos capaces de captar 1.000 millones de inversión extranjera con la ayuda del Govern de la Generalitat. Catalunya está de moda como destino empresarial, probablemente mucho más ahora con la guerra arancelaria.

En general, encuentro un ecosistema muy positivo. Tenemos una gran aportación tanto del mundo de la empresa como de unas universidades que suman un talento muy relevante, además de unos centros de investigación muy poderosos y de unos centros tecnológicos de primera magnitud. Estamos muy bien situados para continuar con unos índices de crecimiento económico similares a los que hemos tenido en el año 2024.

El 27 de junio será un día de fiesta para el mundo de la empresa. ¿Hay alguna reivindicación que hacer?

No, el día de la fiesta no se pueden hacer reivindicaciones, sino que se debe trasladar un sentimiento de agradecimiento. Evidentemente que todos tenemos cosas que mejorar. Los primeros, la administración. Pero lo que pretende este día es todo lo contrario. Tenemos más de 600.000 empresas que generan mucha riqueza, y eso significa, sencillamente, hacer que las familias catalanas puedan vivir bien. Estamos intentando mejorarlo y compartir esta prosperidad con todas las personas y territorios. Reivindicaciones como tales no tenemos; causas, motivos o escenarios de mejora te podré decir bastantes, seguramente.

Ahora mencionaba las más de 600.000 empresas que hay. Siempre se ha dicho que Catalunya es un territorio de pymes. Sin embargo, el otro día, en los Premios Pimec, el presidente Illa habló de la importancia de ganar dimensión. ¿Cuál es la hoja de ruta para conseguirlo?

Primero de todo, tenemos un concepto totalmente asumido, y es que la resiliencia del sector de las empresas es mucho más elevada en función de la dimensión de la empresa. Por lo tanto, si cumplimos el objetivo de la Generalitat de aumentar la cifra de 1.250 grandes empresas actuales a las 1.500 para el año 2030, habremos dado un paso que nos dotará de mucho más músculo empresarial. Parece que sean pocas, pero una gran empresa cuesta de conseguir.

"Catalunya está de moda como destino empresarial, probablemente mucho más ahora con la guerra arancelaria"

No hace mucho, un catedrático de Economía me decía que la diferencia entre Alemania y Catalunya es solo el número de grandes empresas. No estamos lejos, ni mucho menos; hoy ya los superamos en muchas cosas. Por ejemplo, en talento, tecnologías duales, investigación, desarrollo… Pero, en cambio, ellos tienen muchas más grandes empresas que nosotros.

O sea, comparte esta reflexión.

Totalmente. En cifras proporcionales, básicamente la diferencia entre Alemania y Catalunya no es más que eso. Ahora bien, creo que es bueno hacer autocrítica. Ya que hablábamos de reivindicaciones, podría hacer un listado de cosas que tenemos que mejorar como administración: vivienda, movilidad, infraestructuras… Pues todo eso es la suma de nuestros deberes para mejorar también el rol de la empresa.

¿Por qué?

El otro día me explicaba un catedrático de Harvard que se ha acreditado que los destinos donde hay los mejores servicios públicos estan allí donde sus empresas generan mejores beneficios. ¿Por qué? Porque las compañías quieren ir donde hay buenas escuelas, buena vivienda, buenos hospitales… Todo ello genera un ecosistema rico en términos generales. Los beneficios empresariales se traducen en grandes salarios.

Por lo tanto, si tuviera que decir qué dos cosas quiero poner en el mapa para que estén mucho más desarrolladas en 2030, mencionaría, por una parte, la escalabilidad de estas 1.250 grandes empresas a 1.500; y por la otra, la formación profesional.

¿Qué deberes hay que hacer con este segundo punto?

Durante muchos años hemos vivido una estigmatización de la formación profesional. Todos preferíamos que nuestros hijos hicieran carreras universitarias. Por el camino nos hemos olvidado que la cadena productiva necesita mano de obra, y que esta ha de ser muy buena para que la empresa pueda tener éxito. De momento, ya hemos generado más de 7.500 plazas de formación profesional para el próximo curso, pero esto ha de ser progresivo y exponencial. Cada año hemos de tener más, porque el talento no es solo grandes ingenieros, sino también grandes técnicos, expertos.

Hace unos días, el CEO de una empresa me comentaba que hay expertos en ciertos ámbitos de FP donde quizás solo hay 30 o 50 en todo el mundo. La gran inversión para la investigación que hizo el gobierno de la Generalitat en tiempos de Andreu Mas-Colell ha dado muy buen resultado. Ahora hemos de mantener este talento en el mundo universitario y dar el mismo paso con la FP. Si esto se hace bien, a veces sucederá que una persona que no tenga estudios superiores pueda mandar a un grupo de personas con estudios superiores. Porque sencillamente sabe más.

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Sàmper defiende que el futuro de la internacionalización de la empresa catalana implica mirar más allá de EE.UU | Marc Llibre

Otro de los retos a abordar es la internacionalización de la empresa catalana. El año pasado, 46 compañías del territorio abrieron filiales en el extranjero. ¿Cómo se conjuga este objetivo con el incierto contexto geopolítico que existe?

Como Govern nos movemos dentro de nuestras posibilidades, las cuales muchas están muy suscritas a Treball. Hemos intentado avanzar. La incertidumbre que genera la guerra arancelaria en Estados Unidos provocó que en cuatro días presentáramos el Pla Responem, con una movilización de 1.500 millones de euros. Este dinero está destinado a ayudar a aquellas empresas que tienen intereses exportadores en Estados Unidos, y van desde préstamos blandos a otro tipo de ayudas. Ya hemos empezado con uno de 35 millones de euros, el cual hemos puesto en marcha conjuntamente con Acció. El 9 de julio acabarán los 90 días de gracia que este gobierno ha dado al mundo y veremos qué radiografía queda, porque con este señor puede pasar absolutamente de todo.

De momento, ¿qué les ha enseñado este conflicto comercial?

Que no podemos hacer que nuestras empresas con intereses en Estados Unidos continúen pensando que aquel es su mercado por definición. El mundo es muy diferente de cómo era hace una década, o incluso hace un año. El mercado asiático está subiendo a una velocidad increíble. No hablo solo de China, sino de India, Corea del Sur, Taiwán, Japón, Singapur…

Hemos hecho viajes y los continuaremos haciendo porque es un mercado que debemos explorar. El mes de marzo lo hizo el Departament de Empresa; recientemente, el presidente y miembros del Departament han estado en Japón; volveremos a China en julio… El mensaje a los empresarios catalanes que exportan sería que EE.UUU continuará siendo un mercado importantísimo, pero no pongamos los huevos en la misma cesta como hacíamos antes y comencemos a diversificar, porque este señor es impredecible. Y una empresa o una economía no pueden depender del estado de ánimo de nadie.

De entre estos mercados que menciona, el pasado noviembre, en el Beyond Catalonia, Alicia García-Herrero sugirió centrar la atención en la India. ¿La Generalitat está mirando hacia algún país en concreto?

Estamos mirando todos los mercados emergentes. China, por ejemplo, ya no lo es. Hemos detectado que están 10 o 15 años por encima de Europa en el ámbito tecnológico. La India sí que es un país emergente. Precisamente, esta semana dos empresarios me han dicho que tienen muchos intereses allí, y que su capacidad de perfección en el trabajo es increíble. Esto no lo sabía. Por lo tanto, evidentemente que está en el foco. Estoy convencido de que si volvemos a hablar de aquí a un año, ya habremos hecho un viaje.

Estamos atentos a todos los informes que nos llegan de mercados que estén evolucionando y que tengan una capacidad que nos pueda encajar. Nosotros también les vamos bien a ellos, porque somos la puerta de entrada a Occidente que más les gusta. Catalunya es muy atractiva para el mercado asiático en general, y sería poco inteligente desaprovechar esta posibilidad de win-win.

"Huimos del modelo de la España vaciada en Catalunya (...) Tenemos que hacer ver a los inversores extranjeros que habrá empresas que no tienen por qué estar en Barcelona"

Por otra parte, en Catalunya también hay iniciativas ambiciosas. Hablo del Fondo de Transición Nuclear o el Plan de Impulso del Vehículo Eléctrico. ¿Qué cabe esperar a corto plazo de estos proyectos?

El Fondo de Transición Nuclear es una idea no ejecutiva, sino del Parlamento. Tenemos que disponer de un dinero para poder transformar las zonas afectadas con el cierre de las centrales nucleares y crear los mismos puestos de trabajo que perderemos. Por otra parte, los fondos no solo están pensados para ayudar a una empresa a llevar a cabo un proyecto, sino también para cuestiones de infraestructura. Por ejemplo, para facilitar que en un polígono no haya accidentes de coche porque no hay una rotonda o para que los payeses puedan tener un regadío como es debido.

La semana pasada tuvimos una interpelación en el Parlament sobre la Catalunya Sur, Tierras del Ebro y Tarragona, y haciendo cálculos, podemos decir que en nueve meses hemos ido allí 87 veces. Por lo tanto, es evidente que este Govern tiene en cuenta Tierras del Ebro y la zona afectada por los cierres de Ascó y Vandellòs. Tenemos un modelo de generación de riqueza que podemos extender al máximo número de personas y a todo el territorio.

Entiendo que habla de evitar un modelo centralista para Catalunya.

Efectivamente. La redistribución de la riqueza es un tercer objetivo que se suma a los de las 1.500 grandes empresas y la apuesta por la FP. Huimos y tenemos pánico a que se pueda reproducir en Catalunya el modelo de la España vaciada, que no es nada más que el efecto capitalidad de Madrid de forma especial, pero también de las capitales grandes del resto del Estado. Esto podría pasar aquí también, porque Barcelona tiene un efecto de atracción muy importante. Tenemos la obligación de hacer ver a aquellos inversores extranjeros que probablemente habrá empresas que no tienen por qué estar en la capital, o en Badalona, Terrassa, Sabadell, etc. y que pueden ir al sur de Tarragona, la Catalunya Central o al Pirineo.

¿Y dónde queda el Plan de Impulso del Vehículo Eléctrico?

Con este plan fuimos pioneros en el estado español. Buscábamos romper dos barreras. La primera es el precio del eléctrico, el cual aún es un 10-15% más elevado que el de combustión fósil. Esto se ha de suplir con ayudas. El Plan Moves, por ejemplo, ha tenido una incidencia positiva en el sentido que ayuda, pero negativa porque lo hace muy tarde. A veces, hasta tres años o más. Esto se ha de revertir, y es lo que pretende el nuevo Plan Moves. Se está estudiando que la incidencia sea en el momento de la compra del vehículo o que tenga una repercusión fiscal en la renta del año siguiente. Porque si no, las personas a las que realmente les vaya de este dinero, evidentemente no darán el paso.

En este sentido, Jaume Roura, presidente de Fecavem, explicó hace unos meses en VIA Empresa que el envejecimiento del parque era otra de las grandes preocupaciones de su patronal.

Sí, porque tan importante es disponer de más coches eléctricos como que los viejos se renueven. Aunque sea por otros de combustión fósil. Si usas un coche diésel de hace 15 años, no es lo mismo que si compras un diésel de ahora mismo. Su capacidad de contaminación se reduce muchísimo.

Nos quedaba por repasar la segunda barrera.

A diferencia del Plan Moves, que depende del Estado, la segunda es una en la que nosotros tenemos más que ver. No es otra que doblar los puntos de recarga rápida y ultrarrápida. En Catalunya tenemos 9.000 y hemos de llegar a los 18.000 en lugares públicos para 2030. En el caso de los privados, también hemos de iniciar los trámites para que puedan tener los suyos. Hemos de hacer que la gente pierda el miedo a quedarse tirada. Con los ultrarrápidos, por ejemplo, tenemos la posibilidad de que puedan estar en los hospitales 40 minutos y que cuando salgan tengan el coche cargado. Ahora BYD ha sacado una batería que se carga en cinco minutos. Esta no nos llegará de forma inminente, pero con toda probabilidad de aquí a poco tendremos baterías que se cargarán en este tiempo.

El secretario general de Empresa i Treball expuso el plan a la Comisión Europea. Había 18 europeos y solo se expuso el catalán. Además, hace unos meses el presidente de la Generalitat lideró una reunión tripartita con Navarra y Valencia, en tanto que somos los que tenemos intereses en los vehículos eléctricos. Desde Anfac también se nos considera los líderes en este ámbito. Hemos de dar un impulso. Antes de este plan, el eléctrico no llegaba al 12% de la penetración, incluyendo el híbrido. En Portugal, en cambio, están al 33%. ¿Cómo puede ser, si somos prácticamente iguales que ellos en todo? Pues porque ellos tienen estas dos barreras resueltas.

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El conseller de Empresa i Treball cree que el empresario catalán "tiene la capacidad de ver aquello que vendrá antes" que muchos otros empresarios extranjeros | Marc Llibre

Estamos repitiendo mucho el horizonte 2030. Saliendo estrictamente de ese año, ¿cuáles deberían ser los sectores que lideren la economía de Catalunya en un futuro?

Muchos. La gracia de Catalunya es que tiene una tradición muy importante con la automoción, química, siderurgia o metalurgia. A consecuencia de la fortaleza en investigación, también tenemos un sector tecnológico de primera línea, que el año pasado creció en 40.000 puestos de trabajo. Hablamos de 3.000 trabajos al mes. Una locura. Para situarnos, la empresa más grande de Catalunya, que es Seat, da trabajo a 15.000 personas. Pues el sector tecnológico hizo tres Seats en un año.

"El sector tecnológico creció en 40.000 puestos de trabajo el año pasado, es decir, se hizo tres Seats en un año"

También somos referentes mundiales con el sector farmacéutico y la salud, al mismo tiempo que el sector agroalimentario también es una barbaridad, con un 19% del PIB. O el turismo, que no lo hemos de menospreciar. Tenemos un tejido muy heterogéneo. De hecho, Catalunya ha crecido más que el resto en Europa por esta riqueza que permite compensar cuando un sector atraviesa una crisis. Por otra parte, también hay una tradición muy catalana que es la readaptación. Todos nuestros sectores lo sabrán hacer, porque el tejido empresarial de Catalunya tiene la capacidad de ver aquello que vendrá antes que muchos otros países.

Una de las principales quejas de estos empresarios es la burocracia. La receta de su conselleria fue el Plan FUE. ¿Cómo se está implementando?

Tenemos clarísimo que la burocracia es uno de los grandes problemas que hay en Catalunya, y lo identificamos nada más entrar. Ningún proyecto empresarial tiene sentido si no lo puedes hacer cuando lo tienes en mente, sino 10 años después. Estamos haciendo una apuesta que se ha de acabar de plasmar. Estamos introduciendo muchas cosas, como la declaración responsable o el silencio positivo. Por otra parte, también estamos implementando proyectos más sectoriales o el Plan FUE, que pretende canalizar todo por un mismo conducto para que no esté disperso por 50 parcelas diferentes de la administración.

Otra cosa interesante es que somos la autoridad administrativa de la Generalitat para determinar qué proyectos empresariales son estratégicos. Aquellos que seleccionamos tienen una particularidad, que es reducir los plazos un 50%. Por lo tanto, todas las empresas que tienen proyectos que giren en torno a la descarbonización o coche eléctrico, por ejemplo, tienen un trámite preferente.

"En 15 años me gustaría leer que los índices de paro, que espero que ya sean residuales, sean idénticos en Terrassa y en cualquier pueblo lejos de Barcelona"

Ahora que está a punto de llegar a su primer año en el cargo, ¿cómo le gustaría ser recordado como conseller de Empresa i Treball? ¿Cuál ha de ser su legado?

Me gustaría dejar unas bases, porque en el tiempo que estaré en el cargo no se podrán dar los cambios que me gustaría hacer. Quiero dejar unas bases para que nuestra empresa esté muy diversificada, con unos sectores robustos. También me gustaría tener aún más ancladas las dos líneas internacionales: capacidad de exportar y de generar filiales, pero también de atraer inversión extranjera.

Y finalmente, la respuesta que creo que es más adecuada. Me gustaría mucho que cuando sea un abuelo y esté leyendo VIA Empresa, que pueda ver que en los últimos 15 años las empresas en Catalunya han optado por montar sus sedes en Viella, Amposta, Batea, Berga, etc. y comprobar que los índices de paro, que espero que ya sean residuales, sean idénticos en Terrassa y en cualquier pueblo lejos de Barcelona. Tenemos la suerte de tener una capital extraordinaria. El Financial Times ha dicho que es la capital de Europa más atractiva ahora mismo y la segunda con más capacidad exportadora, solo superada por Londres. Y esto lo hemos de aprovechar, pero de una forma generosa.