El apoderamiento industrial de la mujer

Barcelona Activa lanza Lidera, un centro innovador destinado a las mujeres profesionales de cualquier sector de la capital catalana

El 67% de las empresas catalanas tienen o ninguno o sólo una mujer en su dirección | iStock El 67% de las empresas catalanas tienen o ninguno o sólo una mujer en su dirección | iStock

Apoderamiento y liderazgo de la mujer en el mundo de la industria, el grande olvidado del (y por el) género femenino. Quizás porque siempre se ha dado por hecho que la mujer no pertenece en este mundo o, quizás, porque nadie ha enseñado a las niñas que ellas también pueden ejercer cargos de poder, innovar y liderar el cambio tecnológico e industrial. El panorama es desesperanzador: el 67% de las empresas catalanas tienen o ninguno o sólo una mujer en su dirección. De hecho, sólo el 9% de las mujeres catalanas ocupan lugares directivos, y teniendo en cuenta que el 60% del alumnado a las carreras universitarias son mujeres.

Més info: Existe un liderazgo femenino?

Pero, "por qué se tiene que justificar tanto que las mujeres en lugares de dirección sabemos trabajar bien?". La vicepresidenta de la Asociación 50a50, Mar Gaya, quiere hacer calar el mensaje que poner conciencia en esta problemática es el inicio del fin de la desigualdad, pero lamenta que "no trabajar en esta línea es la base del problema". Las mujeres pueden ser directivas. Y pueden serlo también en el sector de la industria. Tienen que serlo.

Mar Gaya, Anna Mercadé, Carme Poveda i Sofia Lluch

Mar Gaya, Anna Mercadé, Carme Poveda y Sofia Lluch | MEM

Precisamente para tratar esta cuestión, y de la mano de Barcelona Activa, nace la plataforma Lidera, que tiene por objetivo fomentar el autolideratge de las mujeres profesionales de cualquier ámbito. Este es el primer paso para avanzar. La plataforma ha celebrado y celebrará diferentes mesas redondas con mujeres líderes en su sector para concienciar sobre la desigualdad en todos los sectores. En esta ocasión, se centra en el liderazgo femenino en los sectores económicos.

Trabajar (igual de) bien

La plataforma, que se dirige a las más de 500.000 mujeres de la capital catalana, se establece como una herramienta porque puedan acceder en el momento en que quieran dar un paso más en su trayectoria profesional. De este modo, cualquier mujer que lo quiera, recibirá asesoramiento para sus negocios, pero también puede obtener financiación.

Según la directora de Barcelona Activa, Sara Berbel, "la visibilidad de las mujeres en el terreno laboral es capital para generar nuevos rol modelos y referentes que inspiren futuras generaciones". Precisamente en este sentido, sostiene que "la idea es que las mujeres del Lidera tengan a los suyo alcance todas aquellas herramientas para desarrollar aquellas competencias de los liderazgos modernos, flexibles, en equipo e igualitarios".

Si no se trabaja para erradicarlo, la desigualdad se enquistará. Pero es necesario hacerlo desde la vertiente femenina y también masculina. Tanto Gaya como la presidenta de la Asociación 50a50, Anna Mercadé, son conscientes que se necesitan años para revertir la situación. Pero, como dice Mercadé, "nuestras hijas verán que este es el camino a seguir y, con esto, ya me doy por satisfecha".

Campana de vidrio

Vela en mano y una campana de vidrio, Gaya lo enciende, la tapa y continúa hablante. Ninguno de las asistentes de la sala saben qué pasará. Su discurso continúa fluyendo y todas –y todos- nos sumergimos en su relato. Sólo hay dos hombres en la sala y, de hecho, uno es trabajador de Barcelona Activa y el otro el fotógrafo. La conversación los interesa y el primero se arrepiente de no haber traído todo su equipo. El mensaje cala.

Gaya: "Las mujeres directivas son más rentables"

Gaya recuerda que "las mujeres directivas son más rentables" y pone encima la mesa que la base para sumar fuerzas y talento es la inteligencia colectiva. "Además mujeres, más inteligencia".

Pero la realidad va (de momento) por otro camino y, "a medida que vamos subiendo [de cargos], las mujeres van desapareciendo". Justamente por este motivo, Gaya sostiene que "las cuotas son imprescindibles" y quiere desmitificar la idea que sirven para favorecer un colectivo porque la realidad es que su objetivo es "neutralizar que hay un colectivo que por el hecho de ser señores están favorecidos en el mundo laboral". Por todo ello, reclama que "los órganos de dirección empiecen a ser paritarios", a pesar de que quiere dejar bien claro que "este no es el objetivo, sino que tiene que ser el inicio" de todo el cambio.

Cuando acaba su ponencia, Gaya nos pide si recordamos la vela. Se ha apagado. Se ha ahogado. "Esto es el que pasa: las organizaciones ahogan la ambición y la capacidad femenina", se lamenta. La solución? "Integrar". Y es que, según su parecer, "no llegaremos a una conciliación equitativa porque en economía doméstica, quien reduce horarios es quienes gana menos".

Perjuicios enquistados

El mismo Einsten decía que "cuesta más cambiar un perjuicio que la teoría de la relatividad". Pero si no se cambian los perjuicios, a duras penas cambiará la realidad y, si no se cumple la ley, la situación quedará silenciada.

Mercadé: "Hay que hacer un gran pacto para organizarnos la vida"

La fórmula Mercadé es clara y concisa. "Hay que hacer un gran pacto para organizarnos la vida y trabajar profesionalmente respetando el ciclo de vida de los hombres y de las mujeres". Ni se tiene que hacer creer a a las niñas que serán princesas porque, además, "la monarquía ya no está de moda"; ni que podrán casarse con millonarios.

Una vez excluido esto de los ideales de vida de las más pequeñas, hay que acompañarlas por el camino de su futuro. Un futuro que se abre con un montón de posibilidades por delante y en que el mundo de la industria tiene mucha importancia.

La mujer trabajadora

Una de las participantes de la mesa redonda es el economista de la Cámara de comercio Carme Poveda. Ella realizó el primer estudio sobre la mujer en el mundo de la industria en Cataluña gracias al Pacto Nacional para la Industria. Los datos ponen los pelos de punta. Si el 1908 las mujeres cobraban el 50% menos que los hombres, ahora cobran el 26% menos. 110 años con una diferencia sólo del 24%.

En el sector industrial, el panorama pinta muy negro. Según Poveda, la ocupación de la mujer en lugares de trabajo del mundo de la industria "muestra que hay una tendencia a disminuir". Y no sólo esto. La mayoría de los lugares donde trabajan tienen que ver con administración general y no con trabajos de innovación. Pero, el que es más, recuerda, "la brecha salarial es más grande en la industria que en el resto de sectores económicos", al mismo tiempo que "la industria se está dando cuenta que necesita incorporar talento femenino por el producto pensado por el cliente y la clienta, por el diseño" y por otras muchas cosas.

Poveda: "La industria es un sector muy poco atractivo por las mujeres porque a los hombres los ha interesado que sea así"

Por todo esto, el papel de la mujer en el comité de empresa es esencial porque, con sólo hombres, "no hay nadie que defienda los intereses de las mujeres como la maternidad, los turnos o la flexibilidad". La teoría de Poveda es que "la industria es un sector muy poco atractivo por las mujeres porque a los hombres los ha interesado que sea así". Si no... "por qué no atrae a las mujeres uno de los sectores que mejor paga , que más estabilidad tiene y mejores pensiones?", se cuestiona.

Para atraer las niñas, hay que darle "una utilidad social en la tecnología". Poveda defiende que "programar para programar, no engancha las niñas, pero si trabajamos por el mediambient, la salud, el control de las personas... la cosa cambia. Hay que enseñarlo en las escuelas", sentencia.

Luchar en un mundo de hombres

La Carol Daunert y Sofia Lluch son también un ejemplo de apoderamiento y liderazgo. La primera es consultora de DiverInvest Asesoramiento Financiero; la segunda CEO de Lluch Essence. "Para llegar arriba, tienes que luchar tanto que, de repente, te encuentras que ascienden en el inútil", denuncia con picaresca Duanert. "El que viste es el tio que se va de viaje y vuelve al día siguiente, no la mujer que madruga para marchar y volver el mismo día para dar de cenar los hijos".

Sofia Lluch, Carol Daunert i Mar Gaya | MEM

Sofia Lluch, Carol Daunert y Mar Gaya | MEM

Daunert estudió ingeniería industrial y su padre, de cinco hermanos que son -tres chicos y una hermana que vive en los Estados Unidos-, quería que ella trajera el departamento de marketing "después de todo el que había estudiado". Y ha conseguido ir más allá. "Hemos tenido que luchar mucho en un mundo de hombres".

Mientras tanto, la empresa de Lluch exporta el 60% de su producto y tiene 150 trabajadores. Es la tercera generación familiar que la dirige. Su comité de empresa está formado por un 60% de mujeres. Esto cuenta mucho y se le nota a la mirada. Lluch tiene experiencia en la lucha de la mujer en el mundo empresarial y sostiene que "las mujeres que lideran departamentos de recursos humanos tienen mucho más poder de empatitzar que los hombres" y entienden mucho mejor como se siendo el talento femenino de su empresa.

Y es que, como dice Mercadé, "las neuronas espejo nos hacen saber qué siendo la persona a quien miramos".

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