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Estimular la oferta de vivienda libre y protegida, el antídoto contra la tensión residencial

Albert Martínez Lacambra, director del Centro Tecnológico del Notariado, asegura que la sensación de burbuja inmobiliaria en 2025 esconde un déficit real de oferta

    Aérea de las viviendas protegidas de la promoción Isla Glòries | Ayuntamiento de Barcelona
    Aérea de las viviendas protegidas de la promoción Isla Glòries | Ayuntamiento de Barcelona
    Natàlia Bosch | VIA Empresa
    Periodista
    06 de Agosto de 2025 - 05:30

    A solo 30 kilómetros de la ciudad de Barcelona, el precio de la vivienda cae hasta un 50%. La mitad. Es lo que revelan los datos de compraventa registrados por el Colegio Notarial de Catalunya. El sueño de la vivienda asequible existe, pero a menudo queda atrapado entre horarios de trenes y autobuses, rotondas eternas y urbanizaciones aisladas. El mapa de los precios dice una cosa, mientras que el mapa del tiempo (el del reloj, aquel que marca las horas, minutos y segundos), dice otra.

     

    Esta es una de las principales conclusiones que se extrae de la jornada La vivienda en Catalunya: ¿un derecho 'real'? Un año después, celebrada en el Colegio a principios de julio. El encuentro volvió a poner sobre la mesa la doble velocidad del mercado residencial: Barcelona y su área metropolitana están al límite, mientras que en otras latitudes hay viviendas más asequibles que, de momento, siguen siendo oportunidades que dependen de la movilidad.

    Un mercado a dos velocidades

    El Centro Tecnológico del Notariado (CT Notariado), situado en la plaza de Xavier Cugat en Sant Cugat del Vallès, es quien radiografía con precisión cómo se mueve la vivienda en Catalunya, actuando como uno de los cerebros digitales del mercado inmobiliario catalán. Entre pantallas de datos, servidores y equipos de análisis, este hub tecnológico recoge y procesa todas las compraventas notariales del país.

     

    “Todos tenemos la sensación de que la vivienda es cara, porque desde 2013 el precio ha ido aumentando”, asegura a VIA EmpresaAlbert Martínez Lacambra, director general del CT Notariado. Las cifras lo confirman: el incremento acumulado en Catalunya es del 63%, pero el experto matiza la percepción de burbuja: “Si nos comparamos con 2007, en plena burbuja, los precios aún son un 16% más bajos. Y si lo miramos en términos reales, corrigiendo con la inflación, el descenso es del 42%”, apunta.

    Martínez: “Todos tenemos la sensación de que la vivienda es cara, porque desde 2013 el precio ha ido aumentando”

    Ahora bien, la situación actual también difiere de la de entonces por un factor clave: el endeudamiento familiar. “Las burbujas se caracterizan por el endeudamiento, y hoy vemos que las familias tienen un nivel de deuda muy inferior al año 2009, donde llegamos al 85% del PIB, que actualmente se sitúa en el 43%”, señala Martínez Lacambra. Todo ello dibuja un mercado a dos velocidades. La capital catalana ya ha superado los precios máximos de 2007, con una media de 4.400 euros/m², mientras que en municipios alejados, el descenso llega a la mitad del precio, y a 60 kilómetros la rebaja es del 66%.

    Los datos de nueva construcción ilustran este déficit: en la ciudad condal, de las 17.336 viviendas vendidas el último año, solo 937 son nuevas, un 5% del total. “Si queremos evitar tensiones de precio, hay que estimular la oferta tanto de vivienda libre como de protegida”, advierte. Además, destaca otro factor determinante: los compradores extranjeros, que han pasado del 7,5% en 2007 al 34% hoy: “Uno de cada tres viviendas lo compra un extranjero, y de estos, el 27% son residentes y el 7% restante son no residentes”, asegura.

    La movilidad, el verdadero cuello de botella

    Albert Martínez Lacambra interviene durante la jornada sobre vivienda| Cedida
    Albert Martínez Lacambra interviene durante la jornada sobre vivienda | Cedida

    Ciudades como Terrassa, Sabadell, Mataró o Granollers ejemplifican el desplazamiento natural de la demanda hacia zonas donde los precios aún son asequibles. “Si nos movemos 30 kilómetros, el precio cae un 50%, y si llegamos a la segunda corona, a 60 kilómetros, la rebaja es del 66%”, precisa Martínez Lacambra.

    Pero este ahorro topa con un cuello de botella: la movilidad. Carreteras saturadas, trenes lentos y autobuses con frecuencias escasas convierten esta oportunidad en un reto diario. Por eso, el director del CT Notariado reivindica una estrategia dual: aumentar la oferta —tanto libre como protegida— y coser el territorio con una red de transporte ágil que permita hacer realidad la promesa de una vivienda asequible.

    Terrassa, Sabadell, Mataró o Granollers ejemplifican el desplazamiento natural de la demanda hacia zonas donde los precios aún son asequibles

    La comparación con otros territorios es reveladora. “Hoy vivir en Girona y trabajar en Barcelona es posible, igual que Toledo o Valladolid se han integrado al mercado madrileño gracias al AVE”, apunta. En cambio, Manresa o Igualada siguen siendo oportunidades latentes, penalizadas por desplazamientos que rozan la hora y media. “Muy a menudo se plantea la vivienda como un problema irresoluble. Pero la clave es exactamente esta: tener un transporte público de calidad, que permita vivir a 60 kilómetros y llegar a Barcelona en 45 minutos”, defiende. En un mercado residencial cada vez más tenso, el tiempo se ha convertido en el nuevo metro cuadrado.

    Tres frentes de actuación

    Con el diagnóstico sobre la mesa, la receta de Martínez Lacambra pide actuar en tres frentes: ampliar el parque de vivienda — tanto libre como protegido —, mejorar el transporte público e incentivar fiscalmente el acceso para jóvenes y primeros compradores. “Las medidas que reducen el Impuesto Sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP) a un 5% o los préstamos de emancipación para los jóvenes son positivas, pero no suficientes. Hay que estimular la oferta y hacer una apuesta clara por el transporte público, una inversión decidida para reducir los tiempos de desplazamiento”, concluye.