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Del ahogo a la oferta: Fencia, la 'proptech' catalana que digitaliza y subasta la deuda atascada

Con solo un mes de vida, la plataforma digital ya comercializa 3.000 productos y trabaja con seis fondos de inversión diferentes

Alexis Flores y David Roig, fundadores de Fencia | Cedida
Alexis Flores y David Roig, fundadores de Fencia | Cedida
Carlos Rojas | VIA Empresa
Periodista
Barcelona
23 de Mayo de 2025

En 2012, Europa estaba endeudada por todas partes. La crisis inmobiliaria golpeó con fuerza la economía y disparó la tasa de morosidad en los bancos al peligroso entorno del 14%. Para situarnos, al cierre del primer trimestre de este 2025, este mismo indicador se situaba en el 2,5% en el caso de entidades como CaixaBank. Aquel escenario dejó lecciones aprendidas que hoy se han transformado en proyectos empresariales. En Catalunya, la más reciente es Fencia, una proptech ue se dedica a comercializar productos crediticios e inmobiliarios, y que con solo un mes de vida ya ha puesto a la venta unos 3.000 activos.

 

La plataforma funciona desde principios de finales de abril, pero la idea de todo nació hace 12 años. "Los bancos europeos y españoles se vieron obligados a desprenderse de la parte de balance tóxico y vendieron grandes carteras de forma inorgánica", recuerda David Roig a VIA Empresa. Él es el cofundador de la compañía, junto con Alexis Flores. En aquel momento, los dos socios trabajaban en el sector y detectaron una necesidad, especialmente con la llegada de grandes fondos de inversión como Blackstone o Cerberus. Firmas que se dedican a cerrar acuerdos amistosos de pago y desinvertir portfolios para hacer negocio.

Precisamente, Roig trabajaba en Blackstone, lo que le permitió palpar la realidad con exactitud: "Nos dimos cuenta de que en los casos en los que no había un acuerdo amistoso, no había otra persona detrás con quien negociar o directamente no había una desinversión compensada, no se producía ningún otro escenario para desinvertir más allá de lo judicial". Y en el Estado, la justicia funciona con una lentitud que se carga el atractivo por los "altísimos costes" que supone para las compañías de inversión.

 

Hoy, ese alto ritmo de ventas inorgánicas se ha frenado porque la morosidad se ha controlado y ya se encuentra en mínimos históricos. Ahora bien, esto no ha eliminado la necesidad que tienen los bancos de dar salida a la deuda atascada. Y es aquí donde interviene Fencia. A través de un proceso completamente digital, permite la compraventa de préstamos impagados, acuerdos de postura en subasta BOE, cesión de la rematada y compraventa de inmuebles. Es decir, la plataforma recoge todo aquello que bancos y empresas no quieren tener. La idea es aprovechar el componente tecnológico para operar rápidamente y eficientemente, de forma que se reduzcan drásticamente los costes de gestión, tanto internos como externos. Todo ello, además, en formato subasta.

Una apuesta por la transparencia digital

La premisa es poner luz en un mercado "opaco y poco transparente", de un acceso tradicionalmente complicado. "Para comprar una posición tenías que tener contacto con la persona del banco de la operación o del fondo", denuncia el empresario. La alternativa eran los mercados secundarios, pero estos llevaban un hándicap asociado: la falta de visibilidad que requerían las oportunidades y necesitaban los inversores. Con Fencia, Roig y Flores pretenden acabar con esta dinámica y democratizar el mercado. La plataforma está abierta a cualquier inversor, independientemente de su tamaño.

Precisamente por su formato íntegramente digital, el cofundador señala que el gran esfuerzo se hizo con el diseño e interfaz de la plataforma, lo que se alargó año y medio. Una de las "claves" era disponer de una Intranet especializada al vendedor del producto con la que pueda seguir en todo momento qué está pasando en la plataforma. "Lo que proponemos es que entren el producto. Nosotros lo trabajamos y lo publicamos, pero ellos pueden seguir en vivo qué ofertas reciben y aprobarlas o rechazarlas a través de la propia herramienta", apunta Roig.

Actualmente, tienen un catálogo de unos 3.000 productos y trabajan con seis grandes fondos de inversión. El volumen de trabajo es tan grande que han tenido que detener la entrada de nuevos contratos. ¿El motivo? Fencia quiere consolidarse como una plataforma "100% digital y robusta". Por esta razón, lo revisan todo: desde el alta de registro de cada usuario hasta la información detallada de cada activo. Subir un producto a Fencia no es algo rápido, depende de validaciones humanas. "Tenemos un equipo de análisis de tres personas, las cuales se encargan de estudiar a fondo el producto: calculamos los tiempos de desinversión, riesgos, escenarios... y entonces le proponemos al fondo un precio mínimo", explica Roig. Si llegan a un acuerdo, firman un contrato y empiezan a comercializarlo.

Con todo, Fencia gana dinero con las transacciones. Sin embargo, lo hacen de una manera muy particular. Al visitar su sitio web, aclaran que cada producto lleva asociada (o no) una comisión, en función de cada operación. En caso afirmativo, se deberá satisfacer en el momento de la compra. "En todas las oportunidades que tenemos colgadas en el portal, hay un apartado arriba donde establecemos los precios de mercado, el precio mínimo, el depósito y la comisión", apunta Roig.

De momento, Fencia prefiere no ponerse ninguna previsión de facturación para este primer año de vida: "queremos crecer de forma sostenible"

Gracias a los contactos que Roig y Flores tenían en el sector, no fue muy complicado para ellos presentar la propuesta. La iniciativa gustó inmediatamente. De hecho, ya han contratado a dos comerciales con la intención de potenciar esta área. Ahora bien, de momento prefieren no ponerse ninguna previsión de facturación para este primer año de vida. "Queremos crecer de forma sostenible", recalca Roig, que recuerda que empezaron sin ninguna ronda de financiación y sin captar fondos. Todo con capital propio. Un inicio ambicioso para un proyecto que apunta más allá de las ganancias; busca transformar un mercado entero.