“Cuando yo estaba estudiando en la universidad había un chico que me seguía a casa casi cada día. Yo llevaba un spray de pimienta encima, pero siempre notaba que en aquellos momentos de pánico lo único que me salía era correr. No tenía la estabilidad mental para poder activar mi defensa. Empecé a investigar y en aquel momento conocí la granada de mano. Me di cuenta de que la granada de mano es superfácil de activar, pero lo que activa es ilegal", explica Julieta Rueff a VIA Empresa.
De esta experiencia personal nació FlamAid, una start-up que ha creado una granada pacífica de defensa personal, pensada para proteger a mujeres y colectivos vulnerables cuando vuelven solas a casa. El dispositivo, que se cuelga como un complemento (en un llavero, mochila o bolso), emite una alarma de 110 decibelios (2 calles urbanas) y envía la geolocalización en tiempo real a los contactos de confianza y a la policía mediante una app.
FlamAid, una start-up que ha creado una granada pacífica de defensa personal, pensada para proteger a mujeres y colectivos vulnerables cuando vuelven solas a casa
Con este propósito, Julieta Rueff, fundadora de FlamAid con 23 años y seleccionada como una de las 7 españolas en la lista Forbes Europe 30 Under 30 fundó la startup en Barcelona en 2024. Rueff explica que el producto cuesta 59,99 euros, pero en la web hay diferentes opciones. “Por ejemplo, si quieres comprar el pack familiar, que son tres granadas, entonces te sale cada unidad más barata. Después también ofrecemos opciones diferentes de fundas de colores que rondan los 14,99 euros”, apunta Rueff.
Objetivo 2025: cerrar con una cifra cercana al millón
La empresa emergente catalana, que salió al mercado en noviembre de 2024, está experimentando un importante crecimiento. El año pasado facturó 40.000 euros, y este 2025 prevé cerrar con una cifra cercana al millón. “Estamos muy contentos, no solo por la facturación, sino también por la acogida que estamos recibiendo. Nuestra propuesta ha tenido una gran aceptación entre familias, colectivos feministas y personas en situación de vulnerabilidad”, explica la fundadora.
En cuanto al futuro, les gustaría poder reducir el precio al consumidor final “porque la accesibilidad es muy importante para nosotros. Somos una empresa, pero también tenemos una misión social muy fuerte, y nos esforzamos mucho para poder bajar el precio y que sea un producto accesible para todo el mundo”. Por otro lado, también están desarrollando joyas inteligentes que funcionan muy parecidas a la granada, pero son más discretas, más pequeñas. “A largo plazo, si te soy honesta, el objetivo principal sería declararnos en bancarrota, porque eso querría decir que nosotros ya no somos necesarios”, concluye Rueff.