La Liga ha empezado. Un año más, y van más de cien, las tardes del domingo estarán consagradas al dios esférico. Es cierto que el campeonato liguero todavía no ha cumplido un siglo, data del 1929, pero las competiciones futbolísticas son bastante anteriores, de forma que la costumbre de dedicar el día del Señor a seguir la jornada de fútbol está profundamente arraigada en esta sociedad. Oscurecida toda la actualidad por el caso Rubiales, que también ha servido como demostración práctica de la teoría del caos, la pelota rueda ya por los céspedes de la península y archipiélagos y hay que preguntarse: ¿de quién es todo esto?
Si nos entretenemos a mirar quién es el amo de cada uno de los clubes que compiten en la primera división española, comprobaremos que el negocio no es tan español como se podría pensar. En la máxima categoría hay veinte clubes, de los cuales cuatro tienen un modelo de propiedad asociativo, de forma que son dieciséis los que tienen estructura de sociedad anónima. Las cuatro excepciones son Barça, Athletic Club, Osasuna y Real Madrid, que cuando se aprobó la ley del deporte de 1990 supieron encontrar una rendija -bastante forzada, por cierto- para poder continuar manteniendo su estatuto societario y no tener que transformarse en sociedad anónima. De los otros dieciséis, los que sí que son SADs, podemos hacer una división a partir de la nacionalidad de su propietario: español (un 70%) o extranjero (un 30%).
En la máxima categoría hay 20 clubes, de los cuales 4 tienen un modelo de propiedad asociativo y 16 son los que tienen estructura de sociedad anónima
En el primer grupo encontramos al Deportivo Alavés, un caso curioso porque comparte propiedad con un equipo de baloncesto de la élite estatal. Su máximo accionista es Josean Querejeta Altuna (1957), antiguo jugador de baloncesto y propietario también del Saski Baskonia de la liga ACB. Por su parte, el Atlético de Madrid está controlado por una sociedad llamada Atlético HoldCo, que tiene el 70% del capital. A su vez, los máximos accionistas de esta sociedad son la familia Gil, herederos del inolvidable Jesús Gil y Gil, que adquirió el club en 1987. Por debajo de este singular clan madrileño está el fondo norteamericano Ares Management y el productor cinematográfico y presidente de la entidad Enrique Cerezo Torres (1948).
Un equipo que tiene el accionariado bastante repartido es el Real Betis, donde cada uno de sus dos máximos accionistas posee un 10% del capital. El primero de estos dos amos principales es Ángel Haro García (1974), empresario del sector de las energías renovables (Wingenia) que figura en el top 500 de fortunas españolas, con un patrimonio estimado de 100 millones de euros. El otro es José Miguel López Catalán (1970), empresario del sector de los videojuegos (Viva Games, Genera Interactive, Play Talas, Bravo Estudios) y consejero delegado del club. Otra entidad del sur es el Cádiz, que tiene como máximo accionista (65%) una sociedad llamada Locos por el balón, propiedad a partes iguales de Manuel Vizcaíno Fernández (economista, 1965) y David García Buitrago (mano derecha durante muchos años del agente de futbolistas Quique Pina). Los problemas legales propiciaron que la justicia ordenara hace un par de años la disolución de esta sociedad, de forma que cuesta mucho saber en qué situación han quedado sus acciones en el club de fútbol gaditano. En todo caso, Vizcaíno es el actual presidente de la entidad. Otro accionista relevante es Rafael Fernández Bernal (26%) y recientemente se produjo la entrada del inversor americano Ben Harburg, que adquirió el 6% del capital.
Dando un salto hacia Galicia, llegamos al Real Club Celta, que está en manos de la familia Mouriño (nada que ver con el entrenador portugués de infausto recuerdo), gracias a los dos tercios del capital que controlan. Antes del traspaso de poderes al negocio familiar (Grupo Corporativo GES), quien lideraba era Manuel Carlos Mouriño Atanes (1943), nacido en Vigo y que hizo fortuna en México, pero desde hace poco el liderazgo es para su hija Marian Mouriño Terrazo. En cambio, en el club no se ha producido el mismo relevo y el presidente continúa siendo Mouriño padre. Otro club con propiedad española es el Getafe, que tiene como presidente y máximo (y casi único) accionista al empresario Ángel Tuestes Sánchez (1952), que después de hacer fortuna con la construcción diversificó sus negocios. Quien tiene la UD Las Palmas en sus manos es un personaje con cierta aura siniestra, la empresario de seguridad Miguel Ángel Ramírez Alonso (1969), que en estos momentos se enfrenta a una causa donde se le piden 21 años de prisión y más de 100 millones de euros en multas por un presunto delito de fraude a la Seguridad Social. Aparentemente, controla un 80% de las acciones del club.
Barça, Athletic Club, Osasuna y Real Madrid son las cuatro excepciones que tienen un modelo de propiedad asociativo
Otro propietario controvertido es el del Rayo Vallecano, que en 2011 compró las acciones del equipo madrileño que estaban en manos de la familia Ruiz-Mateos (el 98% del capital del club). Su nombre es Raúl Martín Tomada (1977) y es empresario, además de ser licenciado en ciencias actuariales y supuestamente inventor de varios dispositivos publicitarios. Se sabe que es simpatizante de VOX (invitó a Abascal al palco del campo), una circunstancia que choca con la ideología de buena parte de la afición del Rayo, que se define como antifascista y de extrema izquierda. Por eso algunos medios lo han bautizado como "el enemigo público número 1 de Vallecas".
Un caso del todo atípico es el de la Real Sociedad, donde ningún accionista atesora más del 2% del capital del club. Eso sí, el consejo de administración acumula un 30% de la sociedad. El presidente de los txuri urdiñ desde 2008 es Jokin Aperribay Bedialauneta, accionista de SAPA, empresa de tecnología militar.
Por su parte, el Sevilla FC estuvo controlado durante bastante tiempo por una sociedad llamada Sevillistas del Nervión, detrás de la cual estaba el expresidente José María del Nido Benavente y Rafael Carrión Moreno. El entendimiento se rompió y actualmente hay dos grupos que pugnan por el poder al club, el de la familia del Nido (37,8% de las acciones) y el de un grupo encabezado por el presidente José Castro Carmona (1958) donde están los intereses de las familias Guijarro, Carrión y Alés (37,8%). A estos dos grupos, que están empatados, hay que añadirle el de los americanos 777 Partners, que hace no muchos años adquirieron el 8% del club. Este fondo es especialista en el sector del fútbol y ya tiene participaciones en Genoa, Standard de Lieja, Estrella Roja, Vasco da Gama, Melbourne Victory FC y Hertha de Berlín.
El Villarreal CF se encuentra en manos de una familia muy conocida, los Roig, propietarios, entre otros, de Mercadona
Finalmente, en la nómina de clubes controlados por ciudadanos españoles también está el Villarreal CF, en manos de una familia muy conocida, nada más y nada menos que los Roig, propietarios, entre otros, de Mercadona. Así como en Mercadona el máximo accionista es Juan Roig, en el caso del club de fútbol, la propiedad es para su hermano Fernando Roig Alfonso (1947), que también es el amo de la empresa Pamesa de cerámica. Años atrás esta firma dio nombre a un potente equipo de baloncesto de Valencia que también le pertenecía. La familia tuvo igualmente intereses en el Valencia CF, donde uno de los hermanos, Paco, fue el presidente.
En el próximo artículo analizaremos los clubes con propietario extranjero, así como algunas curiosidades de equipos de otras categorías.