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Gallecs, el proyecto delirante que todo el mundo ha olvidado

El objetivo de las autoridades consistía en crear una ciudad dormitorio para quitar presión demográfica a Barcelona

    Varias fábricas en Parets del Vallès | ACN
    Varias fábricas en Parets del Vallès | ACN
    09 de Mayo de 2025

    Hoy en día, la zona conocida como Gallecs es un espacio rural de más de 750 hectáreas flanqueado por Mollet del Vallès, Parets del Vallès, Palau-solità i Plegamans, y Polinyà. Una alfombra verde y de tierra fértil que ofrece paisajes de gran belleza. Pero las cosas podrían haber sido muy diferentes si hubiera salido adelante un proyecto franquista surgido del Plan Director del Área Metropolitana de Barcelona de 1968 y del Plan Actur (Actuaciones Urbanísticas Urgentes) de 1970 que preveía sustituir el entorno natural virgen por una ciudad -surgida de la nada- de 130.000 habitantes (algunas fuentes lo elevan a 150.000 habitantes).

     

    Decididos a ejecutar el proyecto, las autoridades iniciaron las expropiaciones en 1971, en una superficie de casi 1.500 hectáreas, el doble del parque actual, mientras que siete años después el Consejo de Ministros dio su visto bueno. Pero los poderes del momento no contaban con la oposición y el rechazo de los habitantes de la zona, que en 1977 se levantaron en pie de guerra para mantener la consideración de aquel territorio como zona natural y agrícola. En aquel primer año de protestas, los organizadores lograron reunir a diez mil personas en la manifestación. La coincidencia con el cambio de régimen dio oxígeno a las protestas, que se extendieron como la pólvora ante un Estado que hacía aguas y que tenía en ese momento demasiados frentes abiertos. También el colapso económico provocado por la crisis del petróleo de 1973 contribuyó a frenar los propósitos iniciales. Una de las herramientas de los defensores del espacio natural fue la ocupación de masías que estaban abandonadas, con lo que se consiguió vigorizar la red de oposición al proyecto.

    Toda aquella iniciativa colectiva de defensa del territorio pronto fue bautizada de manera genérica como “Movimiento Salvemos Gallecs”, y tenía como principal entidad la Comisión para la Defensa de Gallecs. El momento álgido de las protestas se desarrolló entre 1977 y 1981, mientras que a partir de esta fecha el movimiento empezó a perder gas, en paralelo al abandono del proyecto inicial del franquismo (la organización promotora de las protestas aún alargaría un par de años su vida, hasta disolverse en 1983).

     

    Toda aquella iniciativa colectiva de defensa del territorio pronto fue bautizada de manera genérica como “Movimiento Salvemos Gallecs”

    Para ponerlo todo en contexto, hay que tener en cuenta las dimensiones de una ciudad de 130.000 habitantes. Hoy en día, con un volumen de población de Catalunya mucho más elevado, una ciudad con esta demografía sería la séptima población catalana, justo por detrás de Lleida y empatada con Tarragona. También supone justo la mitad que la segunda ciudad más poblada del país, l’Hospitalet de Llobregat. Todo ello en términos actuales, pero si viajamos en el tiempo hasta finales de los setenta, con una Catalunya de sólo cinco millones y medio de habitantes, las comparaciones aún resultarían más dolorosas.

    El objetivo de las autoridades consistía en crear una ciudad dormitorio para quitar presión demográfica a Barcelona, con un planteamiento similar al que había dado vida a entidades municipales como Bellvitge o la antigua Ciudad Badia. Aquí también podemos añadir que el ideario estético del franquismo tampoco ayudaba a crear paisajes urbanos integrados con el entorno, que es lo que habría pasado si Gallecs se hubiera culminado.

    El objetivo de las autoridades consistía en crear una ciudad dormitorio para quitar presión demográfica a Barcelona

    A finales del año 2004, y después de treinta y cinco años de conflicto, la Generalitat declaró la zona como espacio natural, lo que impedía que se pudiera edificar. Hoy en día, el propietario de estas tierras es precisamente la Generalitat, que gestiona el llamado Parque Agroecológico a través del Consorcio de Gallecs. Unas decenas de campesinos explotan las tierras gracias a las licencias que el gobierno catalán otorgó en su día. La actividad agrícola se complementa con zonas de ocio y algunas pequeñas áreas residenciales.

    Aunque el gran conflicto de Gallecs ya es historia, en la actualidad han surgido nuevas batallas, porque la voluntad de la Generalitat relativa a que todos los cultivos de las parcelas sean de carácter ecológico (hoy este enfoque ocupa el 40% de las tierras) ha provocado un choque con Unió de Pagesos, que está en contra de esta monopolización.