
En el año 2000, Mayi, después de estudiar ingeniería en diseño industrial y, siguiendo el consejo de sus padres de que lo mejor era trabajar en el entorno familiar, se incorpora con el primer catálogo y un aumento de ventas del 50% ese mismo año. En 2002, Jordi le dijo a su padre que ya no quería subirse más a un furgón. Empiezan a distribuir con marca propia, Mator, generadores de aire caliente y máquinas de limpieza. Crean tiendas de “Máquinas y Máquinas” de alquiler de maquinaria. Les preocupa ser barridos del mercado por grandes multinacionales. Juanjo hace un MBA y Jordi un máster en marketing.
En 2004 abrieron una delegación en Madrid, con Ana Lis al frente, acompañada de su novio, un primo como comercial y un tío en el montaje. En 2007, el ya matrimonio volvió a la nueva sede, en Vilasar de Dalt (Barcelona). Se inició la línea de negocio de grupos electrógenos y se decidió concentrarlo todo en unas nuevas instalaciones, pero la Gran Depresión paralizó el proyecto hasta 2019. La superaron gracias a la diversificación: en 2009 entraron en el negocio de frío industrial. Sin éxito, intentaron entrar en el sector del marketing olfativo y en el de bicicletas urbanas con un triciclo eléctrico. En 2010 abrieron delegaciones en Sevilla y Valencia y entraron en el negocio de bombeo de agua.
Como preferían echar más horas que delegar, ellos mismos llevaban la contabilidad. En 2009 una inspección fiscal acaba en una sanción de 1,2 millones, que pone en duda la continuidad de la empresa. No hubo ningún reproche dentro de la familia.
Para mejorar la comunicación familiar contrataron los servicios de un coach.
En 2012, José muere por un virus de quirófano durante una operación de bajo riesgo. Abren una sede en Bilbao. Jordi afirma: “Somos la leche, pero nadie lo sabe” y diseña un plan de comunicación basado en la presencia visible de Juanjo en todas las asociaciones sectoriales con clientes. En 2014 entran en el negocio de iluminación y alta presión. En 2015 abren una delegación en Marruecos y en 2017 en Murcia, aunque finalmente tienen que cerrar ambas.
En 2004 abrieron una delegación en Madrid, con Ana Lis al frente, acompañada de su novio, un primo como comercial y un tío en el montaje
En 2019 muere Juana. Su obsesión había sido que los descendientes estudiaran, y que “los meses caen como el agua”. A los 43 años, cuando Juanjo se hizo cargo de la administración, estudió Graduado Social y después Derecho.
Jaime después de estudiar arquitectura, acaba de planificador urbanístico en Arabia Saudita. No recibe acciones de las empresas operativas, ya que siguen el principio de “la empresa para el que la trabaja”.
Con la covid-19 la facturación cayó un 32% teniendo que reducir plantilla a 45 personas. El suministro a hospitales de campaña y morgues provisionales mantuvo parte de la actividad. Tuvieron presente el consejo de su padre: “da igual que llueva, nieve o diluvie; si has quedado a una hora con el cliente tienes que estar en el sitio”.
En 2022, pensando en el futuro, empiezan a incorporar directivos no familiares; pero no consiguen ponerse de acuerdo a la hora de planificar la relación futura entre la familia y la empresa
En 2022, pensando en el futuro, empiezan a incorporar directivos no familiares; pero no consiguen ponerse de acuerdo a la hora de planificar la relación futura entre la familia y la empresa. Tratan de transmitir a los continuadores los valores de los fundadores, pero no está claro cómo se entenderán los once miembros de la tercera generación. Tampoco tienen acordado el pacto de salida de socios ni el de reparto de beneficios.
El grupo de TST en 2024 ha facturado 15 millones, un ebitda de 4,5 y 132 empleados.
Este segundo capítulo ayuda a reflexionar sobre la necesidad de saber delegar, la importancia de la comunicación y la conveniencia de la diversificación.