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La historia de IVI, el instituto que ha ayudado a nacer a 200.000 bebés

El Instituto Valenciano de Infertilidad forma parte del grupo IVIRMA, el más grande de todo el mundo con 65 clínicas en 11 países, ahora estudia salir a Bolsa

El profesor Remohí, fundador del IVI | Cedida
El profesor Remohí, fundador del IVI | Cedida
València
02 de Diciembre de 2019

El Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) es líder en el sector y toda una referencia mundial. Hace poco se conocía la noticia de que IVIRMA -la fusión de IVI y RMA New Jersey que se cerró en 2017- se planteaba salir a Bolsa en un plazo de dos años, con la intención de "encontrar un socio económico que adquiera una parte minoritaria" de su capital. Si en 2017 era el grupo de medicina reproductiva más grande del Estado y con más presencia de Europa, la unión los ayudó a convertirse en el grupo más grande a escala mundial, con 65 clínicas en 11 países (como Reino Unido, Portugal, Italia, Chile, Argentina, Panamá, el Brasil, Emiratos Árabes y Omán).

 

Tienen 2.400 trabajadores, de los cuales el 83% son mujeres y han ayudado a nacer a 200.000 bebés. La salida al mercado financiero puede ser ahora un paso más en la historia del rey de la reproducción asistida, que ha evolucionado mucho durante sus 30 años de vida. Repasamos la trayectoria de la empresa de la mano de su fundador y co-presidente, el profesor valenciano José Remohí.

Con ahorros y ayuda familiar: un inicio con dos años sin salario

Retrocedemos a 1990. Entonces Remohí y su socio, Antonio Pellicer, trabajaban como residentes de Ginecología del Hospital Clínico de València. Los jóvenes, fuera del trabajo, hacían investigaciones por su cuenta con animales en un piso alquilado. "La esterilidad era una área de la medicina muy inicial. En los Estados Unidos estaba ganando importancia la reproducción asistida, se estaban desarrollando las técnicas de fecundación in vitro que en España estaban, todavía, en un momento muy inicial", recuerda el profesor. Por eso, al terminar los estudios, cruzaron el océano para hacer un fellowship en la especialidad de reproducción asistida.

 

Instal·lacions de l'IVI a València | Cedida
Instalaciones de la IVI en Valencia | Cedida

Inicialmente se financiaron con sus ahorros y con la ayuda de sus familias. "Pasaron más de dos años sin que pudiéramos cobrar ningún tipo de salario y seguimos manteniendo la inversión en investigación. Siempre hemos tenido una visión de estar ligados a la universidad, por eso, a pesar de que estábamos en un sector privado de la sanidad, no nos desvinculamos nunca de ella", asegura. Ahora bien, identificaron que no se invertía bastante en la vía pública en reproducción asistida, y por eso se decidieron a crear una estructura privada similar a la que conocieron en los EE.UU. Hoy en día Remohí subraya que todavía se invierten muchos más recursos en la sanidad privada que en la pública.

El fundador de IVI apunta que "los laboratorios son todavía artesanales porque el factor humano no está automatizado"

El profesor explica que la reproducción asistida "ha evolucionado muchísimo en estos 30 años", sobre todo "gracias a la investigación": "Es un trabajo esencial para nosotros, igual que compartir después nuestros conocimientos". Sin embargo, afirma que los laboratorios "son todavía artesanales", puesto que "el factor humano no está automatizado" y en la actualidad continúa siendo "imprescindible". Además, dice que la calidad de los laboratorios marca "la diferencia entre unas clínicas y otras", aunque "los pacientes no lo ven". Sostiene que una de las claves de su éxito es esa "modernización" de los espacios: "Hace que tengamos más embriones y de mejor calidad. Nos permite transferir sólo uno; no como antes, que se transferían dos o tres. Como resultado, tenemos mejores tasas de embarazo múltiple".

¡Cuál sería el tratamiento "estrella" de IVI? Remohí cuenta que los últimos años han visto un aumento de la demanda de los tratamientos con estudio genético, de preservación de la fertilidad –que atribuye al "retraso en la edad de la maternidad"-, y los tratamientos con óvulos dados -por el mismo motivo-. "Tenemos que recordar que, cuanto mayor es una mujer, peor es su reserva ovárica, lo que hace que a menudo la única solución sea recurrir a la donación", explica el ginecólogo y añade: "Preservar la fertilidad es uno de los avances que nos cambiará la vida. Nosotros fuimos los primeros en introducirlo en Europa y hoy no hay ninguna clínica en el mundo que no desarrolle nuestras técnicas".

Hoy el IVI recibe unos 20.000 pacientes al año en el Estado, una cifra que ven crecer cada año "de manera bastante sensible": "Es un indicador que demuestra que la reproducción asistida es una realidad social cada vez más presente cuando las parejas deciden buscar el embarazo. Es muy significativo también el aumento de tratamientos en mujeres que se plantean una maternidad en solitario".

Remohí: "La gestación subrogada tendría que ser legal, con una fuerte regulación sobre la madre para evitar su comercialización"

Hablamos de los cambios morales e ideológicos de la sociedad, puesto que son importantes en el sector de la reproducción asistida. No es lo mismo hablar de infertilidad ahora que en los 90. Así lo explica Remohí: "La percepción social ha cambiado mucho. Hace 20 o 30 años los pacientes venían a nuestras clínicas con reservas, no querían encontrarse con ningún conocido en las clínicas... había una cierta vergüenza. Hoy en día, a pesar de existir todavía un poco de tabú, la reproducción asistida se ha convertido en una cosa mucho más normalizada. Esto ha sido también gracias a los medios de comunicación".

Un dels laboratoris de l'IVI | Cedida
Uno de los laboratorios del IVI | Cedida

Ahora, este sector se encuentra con nuevas polémicas sociales. Una de ellas es el debate de la maternidad subrogada, hoy prohibida por ley y rechazada por el movimiento feminista. El profesor se manifiesta a favor: "Es una cosa que con el tiempo llegará también a España; de hecho, ya está sobre la mesa de muchos debates políticos. Nuestro objetivo es ofrecer soluciones a los pacientes con dificultades para concebir respetando la legalidad vigente. Consideramos que la gestación subrogada tendría que ser legal, con una fuerte regulación sobre la madre para evitar su comercialización. Nos gustaría que la ley cambiara para poder ayudar a las parejas que no tienen otra posibilidad de tener un hijo propio".

Y ahora, ¿hacia dónde mira el IVI, más allá de la posible salida a Bolsa? "El objetivo general de IVI es mantener nuestra posición líder en reproducción asistida. Es nuestra esencia, la base de nuestra actividad. Para ello tenemos que mejorar, avanzar en investigación, no podemos pensar que nuestro trabajo ya está hecho. Hemos conseguido muchos avances científicos y grandes resultados, pero siempre aspiramos a más. Tenemos que perfeccionar nuestros tratamientos, la selección de embriones. Ahora aplicamos técnicas de inteligencia artificial, siempre con la intención de obtener el éxito junto a nuestros pacientes", sostiene el profesor Remohí.