
El reconocimiento de la autoría artística ha sido un tira y afloja desde los principios de la cultura humana. Cada disciplina ha encontrado su propia manera de visibilizar los nombres y apellidos que la han hecho posible, y en el mundo del cine, los créditos se han convertido en el estándar. Sin embargo, no es inusual que el espectador medio los ignore o pase rápidamente para centrarse en la obra en sí misma. Es por esta razón que, cada vez más, las productoras dedican esfuerzos a crear secuencias con un valor intrínseco que atraigan la atención del público. Un nicho artístico en el que se especializa MakMac, un estudio barcelonés responsable de las secuencias de inicio de series como El Señor de los Anillos: Los anillos del poder, Patria o The White Lotus.
La historia de MakMac es la historia de sus dos miembros y cofundadores, Mauro Gimferrer y Marcos Coral, dos “vidas completamente paralelas”, en palabras del mismo Gimferrer. “Somos amigos desde que teníamos 10 años, estudiamos juntos en la escuela, nos apuntamos juntos a un ciclo formativo de grado superior de interiorismo y nos enamoramos del 3D”, relata el artista. Ahora, superando los 40 y después de “picar mucha piedra y con un objetivo muy claro durante años”, han conseguido su sueño: dedicarse a la producción profesional de créditos de cine. Un sueño bien real y reconocido, como demuestra su nominación a los Premios Emmy 2025 por las secuencias de inicio de la tercera temporada de The White Lotus y El Decamerón.
La publicidad como nicho de mercado
Pero vayamos por partes. Después de descubrir el mundo de la animación 3D, que en aquellos momentos empezaba a ganar tracción con empresas como Pixar, Gimferrer y Coral decidieron apuntarse a uno de los pocos másteres que se especializaban en la disciplina en Barcelona. Con todo, los dos artistas no iban en la misma línea que el resto de estudiantes: “Veíamos a los profesores y al resto de la clase, y no era nuestro rollo”. No se veían trabajando en grandes empresas y dedicando uno o dos años animando al mismo personaje para una gran película; ellos preferían proyectos más pequeños que les permitieran explotar su creatividad. Y así es como cayeron en el mundo de la publicidad: “Se nos abrió un mundo en el que no todo era animar a un personaje. Era un nicho; no había casi nadie que estuviera aplicando las herramientas 3D más potentes en campos más sencillos”.
Gimferrer: “La publicidad era un nicho; no había casi nadie que estuviera aplicando las herramientas 3D más potentes en campos más sencillos”
A partir de los primeros contactos, empezando “casi como un hobby”, Gimferrer y Coral cerraron poco a poco los primeros proyectos, con los que consiguieron montar MakMac. Trabajar para todo tipo de empresas en anuncios diversos les permitió pulir sus habilidades y expresarse creativamente, al mismo tiempo que iban consiguiendo un colchón económico.
Sin embargo, con la publicidad no tenían suficiente para su sed artística. “Nos quedaba un poco corto”, admite Gimferrer. Es en este momento cuando identificaron el mundo de los créditos de las películas como una “conexión perfecta” entre sus necesidades como creadores y sus capacidades profesionales. “Tiene un punto mucho más artístico y dentro de un gremio que permite trabajar cosas que te llenan bastante más que la publicidad, donde te puedes sentir más representado”, señala el cofundador de MakMac.
De festivales internacionales a Hollywood
Los primeros pasos del estudio dentro del mundo de los créditos de cine se llevaron a cabo como colaboraciones con festivales de todo el mundo. Ellos se encargaban de diseñarles gratuitamente el vídeo de presentación de los ponentes, con plena libertad creativa, y a cambio, podían visitar los congresos con viaje y gastos pagados y explicar su proceso creativo en una conferencia. "Pudimos presentar en festivales de Ámsterdam, Nueva York, Italia, Francia, Portugal y España", recuerda Gimferrer.
Durante una temporada, los dos creativos viajaron por todo el mundo con esta dinámica, lo que les permitió conocer y darse a conocer entre la gente del sector. "Nos sentíamos como unos rockstars", bromea el cofundador. Con todo, estos viajes no se transformaban en ingresos como sí lo hacían los trabajos vinculados a la publicidad, y en el momento en que ambos necesitaban una estabilidad económica para asentarse vitalmente, decidieron aparcar temporalmente las visitas y presentaciones en festivales para centrarse en los encargos.
MakMac se dio a conocer dentro del sector preparando créditos de inicio de festivales de cine de todo el mundo
Sea como sea, su vinculación con el mundo de los créditos no cesó. En uno de estos congresos, Gimferrer y Coral conocieron a los integrantes del estudio valenciano DVEIN, Fernando Domínguez, Teo Guillem y Carlos Pardo, por los que sentían una gran admiración por su trabajo en el gremio. “Por fortuna, nos llevamos superbien con ellos, y desde entonces somos superamigos y hemos compartido estudio durante ocho o diez años”, explica Gimferrer. Y su relación no sería únicamente personal, sino también laboral, ya que se convirtieron en su puerta de entrada, ahora sí, al mundo profesional de los créditos audiovisuales.
Después de varios años trabajando y ayudándose mutuamente, un día Domínguez les hizo una oferta que aceptaron al instante: “A él le propusieron dirigir los títulos de crédito de la serie del Señor de los Anillos: Los Anillos del Poder, y dijo que lo quería hacer con nosotros”. Dicho y hecho; el proyecto salió exitoso y MakMac consiguió establecer una buena relación con los productores de la serie, que desde entonces han contado con ellos en proyectos como The White Lotus, El Decamerón o Sirens. “20 años después de empezar, estamos donde queríamos”, reconoce Gimferrer.
El cofundador de MakMac tiene claro que no se esperaba “poder tener esta trayectoria en estos momentos”, en que incluso había aceptado de buen grado continuar dedicándose al mundo de la animación 3D para publicidad. “Estamos muy contentos. Es un gremio muy cerrado, muy americano, y cuesta mucho llegar. Pero una vez te ven y puedes demostrar que vales, es un mundo muy respetuoso con el trabajo que haces, muy agradecido, y con un retorno muy bueno si trabajas bien”, considera Gimferrer. Prueba de ello son la categoría a mejores títulos de crédito con la que cuentan los Premios Emmy, a la que han sido nominados este año por la tercera temporada de The White Lotus y por El Decamerón. Un reconocimiento doble que, como sus obras, ayuda a visibilizar a unos autores que también merecen el foco del público.