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Narrativa Fērtil, escribir para cicatrizar heridas

La cooperativa propone cursos de escritura autobiográfica para ayudar a encajar experiencias traumáticas

Los miembros del proyecto piloto de Narrativa Fērtil en la presentación del libro | Cedida
Los miembros del proyecto piloto de Narrativa Fērtil en la presentación del libro | Cedida
Quie Martín
Economista
Barcelona
13 de Octubre de 2022
Act. 13 de Octubre de 2022

Escribir es una potente herramienta para expresarnos y afrontar nuestras emociones, incluso aquellas más escondidas. Suele hacer que nos distanciamos de lo que hemos vivido y que le podamos dar un sentido. Nos ayuda a considerar lo que sentimos de manera más simple al sacarlo de nuestro interior. Este proceso, además, nos ayuda a avanzar de forma eficaz sin quedarnos anclados en el pasado. La escritura nos permite ser detallistas, concretos y distinguir al yo, de los demás. A diferencia de otras formas de expresarte, la escritura pide una formulación y un orden lingüístico concreto. Esta formulación del texto ayuda a tomar conciencia de los procesos emocionales de alta intensidad por medio del orden.

 

Después de vivir una traumática experiencia, uno de los grandes retos es poder integrarla en la identidad de la persona. Las personas somos seres narrativos y nuestro bienestar depende del grado en el que podamos reflejar las tensiones vitales en la historia que explica quienes somos. La escritura creativa tiene como finalidad hacer que la persona sea capaz de expresar y comprender todo lo que siente y vive, reestructurando mentalmente los acontecimientos sufridos.

El objetivo de Narrativa Fērtil es, precisamente, que todas aquellas personas que se acerquen al proyecto puedan hacer este proceso vital tan importante. La cooperativa, constituida este mismo año, propone cursos de escritura autobiográfica para ayudar a encajar experiencias traumáticas.

 

Después de vivir una traumática experiencia, uno de los grandes retos es poder integrarla en la identidad de la persona

Orígenes

Todo empezó el día en que Clara V. Fleck decidió dar un golpe de timón a su vida. Ella dirigía la parte literaria de narrativa infantil y juvenil de la editorial Cruïlla y, cada vez que asumía más responsabilidades, sentía que se estaba alejando de los libros. De esta forma, decide dejar el trabajo y pasa a formar parte del equipo de la Fundación Vicki Bernadet para reestructurar sus líneas estratégicas.

En esta nueva etapa, asesora varias obras de teatro que hablan sobre violencias sexuales. En una de ellas, Aüc. El so de les esquerdes, de Ariana y Clara Peya con la dramaturgia de Carla Rovira, le piden, por primera vez, que, en lugar de asesorar el texto, lleve a escena su propia historia (Clara fue agredida sexualmente cuando tenía 20 años). El día de la representación, aunque la obra es, artística y socialmente, muy potente no acaba de verse reflejada en la historia. “No era lo que yo diría de la violencia sexual. Yo tengo un enfoque feminista menos combativo. Me gusta hacer un feminismo que sume”, explica.

Clara V. Fleck: “No era lo que yo diría de la violencia sexual. Yo tengo un enfoque feminista menos combativo. Me gusta hacer un feminismo que sume”

Es entonces cuando decide presentarse a la beca de innovación de las artes escénicas de la Generalitat, se la conceden, y hace su residencia artística en La Bonne, el Centro de Cultura de Mujeres Francesca Bonnemaison, para comparar la vulneración del cuerpo que ella sufrió con la sufrida por su mejor amigo, afectado por la crisis farmacéutica tainted blood. “Como la hemofilia es una temática que afecta básicamente a hombres, y la violencia sexual afecta, con un índice mucho mayor, a las mujeres, quise comparar las dos heridas, e hicimos una obra de teatro”. La obra fue presentada sólo en circuito profesional y tuvo un resultado tan bueno que la pidieron estrenar, entre otros, en el TNC y en el Teatre Lliure.

Tal fue el interés generado que Eugènia Broggi, editora de L'Altra Editorial, encargó una novela sobre el proceso de escritura de la obra de teatro, que combinaba el texto teatral con todo lo que iba cambiando la vida de Clara en torno a escribir aquella experiencia, que “yo ya tenía sobradamente detallada pero que, en el momento de escribirla, se vuelve a transformar”.

Fleck: "La agresión fue una experiencia que, en el momento de escribirla, se transformó"

Con la obra de teatro y la novela para ser estrenadas, Clara se da cuenta de que está a punto de sufrir una gran exposición pública muy importante en torno a una historia que tampoco es fácil de contar. Necesita dar sentido a esta exposición y decide presentarse al programa Art for Change de la Fundación La Caixa, que beca la participación de un artista con un colectivo vulnerable, y ofrecer una herramienta que le hubiera gustado encontrar en el momento de la agresión, utilizando su experiencia. Se desarrolló un programa piloto para supervivientes de abusos sexuales infantiles y la experiencia fue tan "brutal" que decidieron convertirlo en cooperativa y ensanchar la oferta por otras experiencias traumáticas.

Más que cursos, familia

Actualmente Narrativa Fērtil ofrece tres cursos. Reescrivim el abuso sexual infantil, que replica el programa piloto y pasa, unidad por unidad, cada uno de los temas grandes de la narrativa, Reescriure’s, que, aunque no es específico de abusos, se dirige a gente que ya ha realizado el curso introductorio y analiza un aspecto narrativo de cada uno de los autores escogido, y Reescriure’ns, que no es específicamente para gente que haya sufrido abusos y que se lleva a cabo con el mismo sistema que Reescrivim.

En los diferentes cursos se trabaja con entidades especializadas en temáticas concretas (el programa piloto, por ejemplo, se desarrolló con la fundación Vicky Bernadet), que realizan la supervisión psicológica de los participantes mientras la cooperativa ofrece el curso de literatura. El proceso, aunque terapéutico, es artístico. Está desarrollado por artistas, no por terapeutas.

Los pliegues, que son los puntos más frágiles del papel, son como las cicatrices: nos ayudan, a replegarnos y, después, a desplegarnos

De cada curso se publica un libro-objeto, una caja con una primera una página plegada en modo de origami, en la que se explica que los pliegues, que son los puntos más frágiles del papel, son como las cicatrices: nos ayudan a replegarnos y, después, a desplegarnos. Cada pliegue corresponde al relato de uno de los alumnos, editados individualmente, pero todos ellos están juntos, manteniendo la subjetividad de los relatos pero, al mismo tiempo, compartiendo un espacio común que configura una voz. De ahí el nombre del libro: Juntos/Doblados.

Sin embargo, el motivo más grande de orgullo es la familia que todos los participantes acaban formando y que se puede ver reflejada en la especial anécdota que explicó Clara: “Cuando nos apuntamos en el programa de Barcelona Activa, los de Tandem social, que se encargaban de llevar el curso, nos pidieron un vídeo de dos minutos para explicar el proyecto. Yo fui a la grada construida sobre el túnel donde me violaron, me senté y expliqué el proyecto en un pequeño vídeo. Este vídeo se hizo cuando el libro todavía no se había editado y, por tanto, los alumnos sabían muy poco de mi historia. Cuando lo hube hecho, se lo envié, explicándoles que habíamos entrado en el programa y, uno de ellos, que no es ni de Barcelona, ​​fue a la grada, se tomó una foto y escribió el guión que él hubiera dicho desde esa grada; su trayecto hasta entonces. El momento en que yo recibí esto, me di cuenta que esa grada ya no era mi grada, sino nuestra grada y que era una grada casi milagrosa. Había una acogida en las historias duras de mucha gente que nos estamos juntando para darnos la mano y andar juntos.”

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Conversación de Clara con el participante que la sorprendió | Cedida

Hasta donde sea, pero poco a poco

La cooperativa ya ha colaborado con grandes nombres del mundo cultural como Ivan Morales, dramaturgo y actor que adaptó teatralmente el libro Instrumental de James Rhodes, Anna Alarcón, que hizo un monólogo de un texto póstumo de la Sarah Kane, Maria Pau Pigem, que hizo la película Las Crisálidas, y Maria Climent, autora de Gina. Pero, de momento, “nosotros estamos todavía en la revolución de los lápices”, bromea Clara cuando se le pregunta por el futuro de la cooperativa.

El proyecto todavía está juntando a personas que quieran transformarse y que quieran transformar las cosas desde la escritura. Haciendo el proyecto poco a poco, pequeño y sentido, colaborando con gente potente, como los profesores, que han entendido perfectamente la próxima filosofía de la cooperativa. "Seguramente acabaremos tocando puertas altas pero, por ahora, nos gusta hacerlo pequeño y cuidado".