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Pablo Gelber: "Hay empresas de medicina que no velan por la salud del paciente"

Uno de los traumatólogos de rodilla mejor valorados explica cómo abandonó los seguros privados y apostó por un proyecto empresarial en solitario innovador

El doctor Pablo Gelber está considerado uno de los mejores traumatólogos de rodilla en el mundo y formador de cirujanos | Cedida
El doctor Pablo Gelber está considerado uno de los mejores traumatólogos de rodilla en el mundo y formador de cirujanos | Cedida
Carlos Rojas | VIA Empresa
Periodista
Barcelona
06 de Agosto de 2025 - 05:30

Ya hace más de dos décadas que el doctor Pablo Gelber (Buenos Aires, 1974) se mudó a Barcelona. Desde entonces, ha pasado por todos los ámbitos del sector de la traumatología de rodilla hasta convertirse en uno de los especialistas en lesiones complejas con más experiencia y exposición internacional, habiendo participado en más de una treintena de congresos en el mundo. Sin embargo, su rasgo diferencial no es sólo la calidad, sino la exclusividad. Hace cuatro años, decidió abandonar el Hospital Universitario Quirón Dexeus para empezar a atender pacientes de todo el planeta por su cuenta. Su premisa es clara: la calidad es más importante que la cantidad.

 

Su autonomía le ha permitido recibir pacientes de todos los rincones del mundo y ofrecer un tratamiento personalizado, alejado de las prisas habituales. Todo un caso de emprendimiento revolucionario, hasta ahora nunca visto en el sector de la traumatología catalana. Ahora, su historia y su modelo empresarial innovador han quedado reflejados en el libro No es el final de tus rodillas (Círculo Rojo, 2025), una publicación de medicina que también aspira a ser diferente.

Hace años que el número de intervenciones no deja de aumentar en todo el planeta. Hay lugares como el País Vasco donde incluso se han duplicado las operaciones de cadera y rodilla en una década. ¿El envejecimiento es la única causa detrás de este incremento?

 

Hay varias. Evidentemente, la esperanza de vida es una de ellas, porque si una persona alarga su vida, aparecen más problemas físicos según pasan los años. Por otro lado, en mi parcela es más relevante que la gente hace mucha más actividad física que antes. No solo el hombre, sino también la mujer, a medida que se ha ido incorporando al mercado laboral. Además, cada vez hay más jóvenes compitiendo deportivamente a edades más tempranas, de forma que si lo sumamos todo se puede explicar que las cifras se hayan duplicado.

Entiendo, pues, que gracias a este aumento el sector se ha hecho muy grande y ahora hay más mercado que años atrás.

Sí, el de la salud también es un mercado de oferta y demanda. Si se produce más demanda de médicos, tratamientos curativos o cirugías, evidentemente habrá más gente que quiera ir allí a cubrir la oferta. Todo ello hace que el mercado aumente, aunque este es muy variado. Tanto en el ámbito mundial como en el nacional es altamente dispar en cuanto a la oferta, tal como sucede en los sectores que no están monopolizados.

¿Puede este panorama generar casos en que se esté sobreoperando a ciertos pacientes, precisamente por la tendencia al alza del mercado?

Sobreoperando y sobretratando. Ciertamente, puede haber aspectos que se desvirtúen y se sobreindiquen. Yo me dedico a la cirugía, pero sucede en campos como la medicina o la salud, que tienen un modelo mixto entre pública y privada con muchas ventajas, pero que a la vez sufren más cuando hay tendencias así. Sobre todo en el caso de los privados, porque quieras o no es un negocio, y la gente come de esto. Es muy triste verlo de esta manera, porque estamos hablando de la salud, pero esto mismo pasa en todos los ámbitos de la población o en cualquier profesión. Te encuentras gente honesta y otra que no lo es tanto.

"En Catalunya no faltan médicos, sino que no hay tiempo porque tienen que hacer muchas actividades que no corresponden a su trabajo"

En general, ¿cómo se encuentra el sector en Catalunya?

Primero de todo me gustaría tumbar un dogma que dice que nos faltan médicos. Esto es una gran falacia. De hecho, España es uno de los estados con una tasa de médicos por habitante más alta de Europa. Médicos sobran muchísimos, pero el porcentaje de conocimiento médico aplicado en relación con el trabajo clínico no debe superar el 20% del tiempo total. Es decir, el médico hace muchas actividades que no corresponden a su trabajo, y por esta razón no tienen tiempo. Esto es lo que genera la falsa percepción de que nos falta personal, tanto en el sector público como en el privado.

Por otro lado, en España hay dos sectores muy diferenciados: la sanidad pública y el sector privado de las mutuas y seguros. Y después existe un tercero muy pequeño, que es básicamente al que yo me dedico. Más allá de todas las críticas que se le puedan hacer, el sistema público que tenemos es muy bueno y es una envidia en todo el mundo. De hecho, que sea tan bueno provoca que el privado, si quiere ser competitivo, deba apostar por una estrategia de precios rompedores. Si no, no pueden optar a tener clientes porque la sanidad pública ya es bastante buena.

¿Y cómo lo hacen?

Ofrecen unos precios prácticamente ridículos, con cuotas mensuales de entre 30 y 40 euros. La cuestión es que todo ello genera que el dinero que se paga por el servicio que ofrecen estas compañías sea casi humillante. Son inferiores a una mano de obra muy poco cualificada. Hay tan buena sanidad pública y tantos asegurados, que el margen de medicina privada queda muy reducido a profesionales que tengan un valor agregado y una ventaja competitiva claramente diferenciada del resto. En este caso, sus potenciales clientes, o pacientes, hacen un esfuerzo económico para afrontar un gasto de un servicio que no pueden ofrecer ni la sanidad pública ni las compañías de seguros. Este es mi sector desde hace un tiempo.

¿Cuándo y cómo decidió alejarse de estos dos grandes grupos que menciona y apostar por esta tercera rama tan exclusiva?

Fue muy progresivo. No podía dejarlo todo repentinamente y montar algo nuevo. Empecé a tantearlo hace siete u ocho años, con intentos tímidos que incrementé con el tiempo. El cambio radical fue hace tres años. Entonces trabajaba en una empresa privada muy importante, monopolística en el sector en España. Este es otro tema que me preocupa, porque es una lástima que el mercado esté así. Desde mi punto de vista, la única manera de ofrecer un servicio diferencial es escapando de estos pulpos devoradores de personas. Y así lo hice. Durante estos cuatro años he cambiado cosas y he ido mejorando mi método. Esto es muy importante, porque hay gente que presume de tener el mismo libreto que hace diez años. No creo que hable bien de ti que en una década no hayas aprendido nada de medicina.

"Conozco técnicas quirúrgicas de cirujanos reconocidos que me hacen poner las manos en la cabeza. Algunas ni siquiera están validadas o incluso caducaron décadas atrás"

Catalunya es un referente mundial en el campo de las health tech y derivados. ¿De qué forma han revolucionado las tecnologías el sector de las cirugías?

Pienso que están mucho más avanzados los lobbies y las supuestas ventajas competitivas mediante las compañías, que obviamente también deben aumentar el margen de beneficios y la cuenta de resultados, que no las mejoras que se aprecian en el paciente final. Como decíamos antes, este es un mercado muy goloso para los negocios. Junto con la alimentación, es el único que tiene como potencial cliente el 100% de la humanidad. Por lo tanto, las compañías que compiten tienen una gran necesidad de destacar entre el resto.

Debemos ser sinceros: hay empresas que no velan por la salud del paciente, aunque lo vendan así. Las compañías de seguros, los fondos de inversión... todos deben tener sus beneficios y esto hace que a menudo caigan en prácticas de dudosa calidad ética. En el sector hay de todo, y cuesta mucho diferenciar, porque las empresas tienen a su alcance un volumen muy grande de medios para intentar convencer a la gente de su innovación. Siempre recomiendo dudar mucho de los espejitos de colores. A mí me gusta mucho estar a la última, pero en el mundo de la medicina se debe ir con cuidado. ¿A que no nos pondríamos una vacuna que se creó ayer sin que se hayan hecho años de ensayos previos? No lo haríamos hasta que no haya pasado un tiempo y se demuestre que el beneficio de esta vacuna es superior del que ofrecía la anterior.

En el caso de la traumatología de rodilla, ¿cómo de diferencial es el tratamiento en un contexto de tantas intervenciones quirúrgicas?

Es increíble. A veces comento a mis estudiantes que en las ramas médicas de la medicina todo está bastante regulado y no hay márgenes, pero que en el caso de cirugías tienes prácticamente licencia para matar. Es decir, puedes hacer lo que quieras y es muy extraño que alguna vez te acusen o te ganen un juicio porque hayas hecho algo mal. Evidentemente, es todo lo contrario si te cargas una arteria importante, el paciente pierde una pierna o incluso muere.

En cuestiones del día a día, el cirujano debe colocar el ligamento cruzado anterior de una forma hiperprecisa para que tenga éxito. Un milímetro más o menos y te condiciona totalmente el resultado: cómo y cuándo funcionará la rodilla, qué podrá hacer el paciente... Pero, en cambio, nadie se enterará. Y aunque lo hicieran, aún se diría que es parte de la intervención.

Esta libertad puede ser peligrosa.

Conozco técnicas quirúrgicas de cirujanos reconocidos que me hacen poner las manos en la cabeza. Algunas ni siquiera están validadas o incluso caducaron décadas atrás. Yo soy conocido por hacer cirugías muy complejas. Recibo pacientes de todas las partes del mundo que buscan un tratamiento porque después de varias intervenciones ya no saben qué hacer, o bien porque les han propuesto diferentes cosas que se alejan muchísimo de lo que entiendo que se debe hacer. Evidentemente, no soy el dueño de la verdad absoluta y no siempre tengo la razón. A veces se pueden hacer tratamientos diversos que también dan buenos resultados, pero igualmente muchos de ellos me parecen llamativos.

Pablo Gelber a la seva consulta | Cedida
Pablo Gelber a la seva consulta | Cedida

¿Hay algún otro rasgo diferencial entre un tratamiento estándar y uno prémium?

Muchísimos, pero sobre todo el tiempo. Esto sucede mucho en la sanidad pública y en la privada. Si solo hay cinco minutos para estudiar una articulación, no tienes tiempo de construir una relación médico-paciente. Para mí es categórico entender qué quiere y qué necesita cada persona. La individualización del tratamiento solo se puede ofrecer si dispones de los tiempos y los medios, porque cada persona es un mundo diferente totalmente. En el caso de la traumatología, este es un nicho que prácticamente no existe.

Antes comentaba su evolución hasta acabar en este nicho prémium, pero ¿cuándo detectó esta necesidad por primera vez?

Tuve la suerte de que durante mi infancia me dediqué a la parte más humanista y de las artes. Mi entorno familiar era muy próximo a la psicología y la inteligencia emocional, y esto hace que siempre lo tengas muy presente. Me molestaba bastante este componente mental cuando trabajaba en los otros dos sectores. Me di cuenta de que ya no disfrutaba de mi trabajo y que ni siquiera recordaba el nombre de mis pacientes. Algunos me saludaban por la calle y yo ni sabía quiénes eran, y esto es terrible porque para ellos eres una persona muy importante. Todo esto es la muerte como persona y como médico, porque si no te gusta lo que haces, mal asunto.

Con el paso del tiempo me di cuenta y, cuando gané reconocimiento, decidí actuar: estirar el tiempo de consultas, dejar las compañías de seguros, investigar qué hacían otras especialidades o incluso otros ámbitos empresariales... En definitiva, salir de la caja de la medicina. Ahora lo disfruto mucho más, aún mantengo la relación con pacientes que traté hace años. Dar este paso no solo me cambió empresarialmente, sino también desde un punto de vista humano, porque provocó que reconectara con mi vocación.

¿El suyo es un caso aislado o responde a una tendencia en el sector fruto de este panorama tan complicado?

Hay más casos en otras especialidades. Por ejemplo, en la cirugía estética. Pero en el mundo de la traumatología no conozco a ninguna otra persona que ofrezca un servicio tan completo como el nuestro. Tenemos muchos pacientes que vienen de fuera, y nosotros los atendemos desde que llegan al aeropuerto. Los recogemos allí, los llevamos a un hotel o apartamento que le hemos gestionado y se le provee de todo, incluso un teléfono 24 horas los siete días de la semana. Obviamente, esto solo se puede ofrecer cuando te dedicas a la cirugía privada y si decides apostar por la calidad en lugar de la cantidad. Nosotros no buscamos aumentar en gran manera el número de pacientes, porque si no la calidad asistencial decaería.

¿Cada vez es más importante construir marca personal también en el sector de las cirugías?

Ahora se ha hecho más habitual, pero en mi caso siempre fue un tema que me preocupó y que entonces no se hacía. Los primeros años te miraban mal, se pensaban que querías vender algo. Ahora todo el mundo se ha sumado. Cuando potencias tu marca personal no quieres vender nada, sino aumentar tu presencia. Si crees en lo que estás haciendo, no tiene nada de malo darlo a conocer.

"El 99% de las presentaciones de los médicos son horribles y aburridas; no hay interés por captar la atención ni trabajar el mensaje"

Por otro lado, como he dicho antes, siempre me ha atraído mucho la parte audiovisual y artística y de pensar fuera de la caja. La comunicación también me apasiona, y en este apartado es muy fácil destacar en el mundo de la medicina, porque el 99% de las presentaciones de los médicos son horribles y aburridas. No hay interés por captar la atención ni trabajar el mensaje. Personalmente, todo esto me ayudó mucho a posicionarme muy bien. Por otra parte, creo que todas estas cosas las debe trabajar uno mismo. Tengo muchos colegas de profesión que sus presentaciones las prepara un becario, y esto no puede ser. Es como si un pintor le dice a un alumno que dibuje por él. Cada uno se debe preparar su marca y pensar cómo se muestra al mundo.

En su caso, todo esto ha derivado en un libro que ha escrito sobre su carrera profesional, No es el final de tus rodillas. ¿Tiene más vocación de enseñar o de potenciar la marca personal?

Un poco de todo. Ya he hecho muchos capítulos de medicina y la mayoría acababan impresos y en la estantería. Hoy nadie se lee libros de medicina, está todo en Internet. Pero no había ningún libro de la persona que se dedica a la rama de medicina, es decir, un proyecto más personal que explicara por qué el médico ha triunfado, por qué le ha ido bien, detallando cómo forjó su método.

En mi caso, no busco vender el método Gelber, sino explicar cómo soy y por qué todo lo que he hecho me ha ayudado a posicionarme como un doctor totalmente diferente en el ámbito de la cirugía de rodilla. También es un trabajo de introspección: explico vivencias de mi infancia, épocas duras, lo que me marcó como profesional y como persona. Todo se orienta hacia el final del libro para explicar lo que entiendo de la rodilla y de cómo debe ser la relación médico-paciente, que es extrapolable a otras ramas de la medicina.