Catalunya, con una larga y rica tradición vinícola —desde los elegantes vinos tintos del Priorat a los refinados espumosos del Penedès—, vive un momento en el que los consumidores buscan mucho más que un buen sabor: quieren vinos con historia, identidad y arraigo al territorio. En este contexto nace Corpinnat, una marca colectiva de la Unión Europea fundada en 2018 por seis bodegas históricas del Penedès: Gramona, Llopart, Nadal, Recaredo, Sabaté i Coca y Torelló Viticultors. Todas ellas comparten un mismo objetivo: reivindicar el origen, la calidad y el prestigio de los grandes espumosos del Penedès a través de una manera de trabajar sostenible y profundamente comprometida con el territorio.
Según el estudio La cadena de valor vitivinícola en Catalunya, elaborado por Acció conjuntamente con Innovi, el clúster vitivinícola, en Catalunya hay 1.384 empresas dedicadas al cultivo y cuidado de la viña, la vendimia, la vinificación, el almacenamiento, el embotellado y la comercialización de vinos. En conjunto, este sector da empleo a unas 10.400 personas y genera un volumen de negocio anual de 3.267 millones de euros, una cifra que representa el 1,2% del producto interior bruto del país.
Paralelamente, el ecosistema vitivinícola se encuentra en pleno proceso de transformación, con una clara apuesta por la sostenibilidad. Esta orientación impulsa el sector hacia la oferta de productos más saludables, el incremento de los vinos ecológicos y el refuerzo de los vinos de gama prémium.
El ecosistema vitivinícola se encuentra en pleno proceso de transformación, con una clara apuesta por la sostenibilidad
En esta misma línea, Pere Llopart, presidente de Corpinnat, ha explicado a VIA Empresa que las diecinueve bodegas que actualmente forman parte de la marca —Gramona, Llopart, Nadal, Recaredo, Sabaté i Coca, Torelló Viticultors, Huguet de Can Feixes, Júlia Bernet, Mas Candí, Can Descregut, Pardas, Bufadors, Cisteller, Viader, Mas de la Basserola, Celler Kripta, Demost, Mas Bertran y AT Roca— trabajan bajo un modelo de elaboración con altos estándares de calidad.
Este modelo combina la proximidad y el vínculo con el territorio, las viñas propias, la vinificación íntegra en la propiedad, el cultivo ecológico, la vendimia manual y crianzas prolongadas, siempre superiores a los dieciocho meses, con muchos vinos por encima de los 30 y 60 meses, así como la garantía de contratos de larga duración que aseguran un precio mínimo a los viticultores (1,10 céntimos el kilo de uva, en 2025).
En 2024 Corpinnat comercializó 2.225.456 botellas y alcanzó una facturación de 26.871.025,50 euros
Y parece que, de momento, no les va nada mal. En 2024, Corpinnat contaba con 1.277 hectáreas cultivadas, de las cuales 1.249 eran productivas, abarcando 46 municipios del Alt Penedès, el Baix Penedès, el Alt Camp, el Anoia y el Baix Llobregat. En este mismo periodo, se comercializaron 2.225.456 botellas y se alcanzó una facturación de 26.871.025,50 euros. Las exportaciones sumaron 17,02% con presencia en 66 países.
La alianza empresarial que redibuja el sector de los espumosos
La marca colectiva Corpinnat se ha incorporado a Pimec como nuevo socio colectivo, un paso que consolida su presencia dentro del tejido empresarial catalán. Con esta adhesión, Llopart ha destacado que la alianza con la patronal de la pequeña y mediana empresa “nos da apoyo en ámbitos clave, como el asesoramiento legal, la estrategia empresarial y la sostenibilidad, así como para hacer frente a las nuevas tendencias del sector”.
Llopart ha destacado que la alianza con la patronal de la pequeña y mediana empresa “nos da apoyo para hacer frente a las nuevas tendencias del sector”
Estas nuevas tendencias muestran que las generaciones más jóvenes han reducido el consumo de vino, pero muestran una sensibilidad mucho más alta por el origen y la manera cómo se elaboran los productos que consumen. Llopart apunta que la tendencia se orienta cada vez más hacia productos sostenibles, un hecho que incide directamente en las prácticas y los procesos de trabajo en las bodegas.
Entre aranceles y cambio climático
Además de la evolución de los hábitos de consumo, el sector vitivinícola también debe hacer frente a importantes retos, como el incremento de los aranceles. El cambio climático es otra amenaza de peso, ya que afecta cada vez más los niveles de producción.
Así, a pesar de los retos que afronta el sector —como el incremento de los aranceles y el impacto del cambio climático—, también se abren nuevas oportunidades en la demanda de vinos artesanos, ecológicos y prémium, el vino sin alcohol y el enoturismo vinculado al territorio. En este contexto, el objetivo de Corpinnat es claro: consolidarse como un referente de los grandes espumosos, tanto en Catalunya como a escala mundial, y “hacer sentir al mundo la voz de nuestro territorio, que es lo más importante que tenemos, convirtiéndonos en un motor transformador que redefina el sector”, concluye Llopart.