Imaginas hacer la vuelta en el mundo en una caravana, pero sin moverte? O disfrutar de la calma de unas vacaciones de lujo en una rulot vintage? Y aprovecharías esta desconexión por, precisamente, reconnectar con la natura y vivir una experiencia pedagógica? Estas son algunas de las propuestas del nuevo concepto de glamping , donde la clásica idea del camping se reconvierte para ser una experiencia única.
La clave es reducir las plazas para apostar por un servicio de valor añadido. Es decir, menos cantidad y más calidad. Los 56 miembros de la Asociación de Campings de Costa Dorada y Tierras del Ebro invertirán esta temporada un total de 20 millones de euros para hacer este paso, el que los ha permitido tener hasta ocho complejos de la provincia entre el 117 mejores de Europa.
La vuelta en el mundo desde el camping
Uno de estos campings reconocidos a escala internacional es el Sangulí Salou. Su propuesta es una zona clásica con diferentes tipologías de parcelas y otra bajo el concepto de resorte dividida en cuatro zonas temáticas: África, Polinesia, Caribe y Mediterráneo, cada uno con una decoración y ambiente diferente. "Queremos que los clientes no sólo vengan a alojarse, sino que sus vacaciones sean una experiencia que recuerden y expliquen cuando vuelvan a casa", apunta el director general del complejo, Xavier Blasi, sobre la estrategia.
Piscina de una de las zonas temáticas | Camping & Resort Sangulí Salou
África es el área donde más recursos han destinado los últimos años. Se han sumado 70.000 metros cuadrados más de espacio, los cuales han ampliado las 23 hectáreas que el total del camping ya ocupaba, y cada año el equipo trabaja en alguna mejora general del espacio.
Esta estructura por zonas empezó a tomar forma el 1991, cuando se construyó una zona ambientada con los primeros bungalows y caravanas, una apuesta que ha ido registrando buenos resultados hasta el momento. Y ahora precisamente el Camping & Resort Sangulí Salou se encuentra en plena temporada alta, cuando se puede lograr la plena ocupación con 6.000 personas.
Blasi: "Cada vez el cliente es más exigente y busca algo más que marchar de casa"
Comenzaron la temporada a principios de primavera y prevén que se alargue hasta noviembre. Son un total de nuevo meses de actividad gracias, afirma Blasi, al glamping: "En base de tiendas, bungalows y mobilehomes hemos alargado la temporada turística y la captación de nuevos y diferentes clientes que, hasta ahora, siempre se alojaban en hoteles. Los ofrecemos un producto alternativo con muchas ventajas, sobre todo para familias con niños".
El turista nacional "tiene un gran pes", afirma el director general, a pesar de que tienen visitantes de Irlanda, Holanda, Francia y el Reino Unido, especialmente, que vienen en familia buscando la desconexión que ofrece Costa Dorada. "Cada vez el cliente es más exigente y busca algo más que marchar de casa", añade, "la especialización en mercados determinados como el infantil, el familiar, el deportivo o el pedo friendly te consolidan y te permiten llegar además público". Un público que, recuerda, "cada vez quiere más".
Un verano en colores
Otra opción original es pasar el verano en una caravana vintage a Mont-Roig el Campo. Es la propuesta que el camping Miramar sacó al mercado hace siete años, cuando la actual dirección adquirió la empresa. "Vimos que había clientela fija que vendía los fines de semana y veranos, tenían ya un lugar fijo. No podíamos ofrecer alojamiento a gente de fuera. Aprovechamos que había cuatro caravanas abandonadas y optamos para reformarlas y darlas como opción a quienes no tienen y quieren probarlo", explica la administradora, Laura Mas. Entonces había el boom de las food trucks y estos vehículos rediseñados, por el que no se lo pensaron y se pusieron manso a la obra ellos mismos, sin la ayuda de nadie externo.
Empezaron con estas cuatro, pero ahora ya tienen una treintena. Al principio las alquilaban familiares y amigos de los clientes del camping que iban a pasar unos días, pero al final el boca-oreja ha hecho que cada vez sean más los curiosos de fuera que lo quieren probar. Y también ha ayudado Instagram, con influencers como @xeniaolivia, @almohadilla o @misstrendybcn .
La gracia está al jugar con los colores, cada una tiene un de diferente como dominante, y el escenario es un claro reflejo de la moda actual 'cuquisme' que tanto circula en las redes de fotografías. Por eso las marcas tampoco se ha podido estar de sacar zumo en el espacio. La Brava Fabrics, Paez y Frehsly Cosmetics son dos de las que han querido aprovechar el "potencial fotogènic" que Mas destaca del entorno. "Llama la atención y salen fotografías como las que se hacen ahora para vender a Instagram", añade. Pero los colores también son motivo de elige para el cliente convencional. "La gente escoge normalmente su preferido", comenta a guisa de anécdota.
Imágenes del interior de una caravana con colores azules y verdes | Miramar
Para ellos, la temporada va desde medios de mayo hasta la segunda quincena de octubre y la plena ocupación, como por todas partes, es en julio y agosto. Los precios por noche oscilan entre los 59 euros y los 79 euros por caravana en función de la temporada, un coste que aumenta su atractivo. Hoy por hoy el 90% del cliente es nacional, sobre todo por el poder de difusión que tienen las redes.
Durante las vacaciones también se aprende
La propuesta de Ecocamp Vinyols es diferente. Ellos abogan por las vacaciones en familia y con valores educativos. Este proyecto empezó en Vinyols i els Arcs el 2005 con Maria Rosa Ribes y su marido, labrador, que reconvirtieron unas tierras para hacerlas ecológicas. "La socia fundadora vio que aquí hay mucho explicar. Quería comunicarlo y hacer eco y decidieron hacer un camping", explica la responsable de atención al cliente del complejo, Laura Aragonés.
Por eso prefiere hablar de la infraestructura como "una finca agrícola donde se ha integrado un camping". Es totalmente opuesto al que se puede encontrar a Costa Dorada, donde manda el camping de playa, con mucha música y con una parte importante de clientes extranjeros, en este espacio prefieren apostar para "transmitir una educación medioambiental".
Los niños aprenden a cosechar las verduras y cocinarlas | Ecocamp Vinyols
Tienen una treintena de bungalows, 10 tiendas de algodón estilo safari y una cuadragésima de parcelas. Todo ello los permite superar los 370 huéspedes con plena ocupación. También hay un restaurante con productos ecológicos y alineado dentro del movimiento slow food, así como huertos y granjas con animales porque los más menuts se alejen del entorno urbano y conozcan qué es el origen del que comen.
Su oferta lúdica está formada por gincanas familiares, muestras de como cultivar la tierra o cuidar de los animales y actividades similares con vertiente social. Aragonés destaca, además, la facilidad que dan a los niños menores de tres años: "No pagan nada y los ayudamos en todo. Tenemos instalaciones habilitadas porque puedan ser autónomos. La finca no es peligrosa, está preparado porque los padres se relajen y se estimule el aprendizaje y autonomía de los niños".
Aragonés: "Vamos más allá porque nuestra visión de negocio sigue este camino. El proyecto ha sido nuestra manera de transmitir los valores que tenemos"
Su temporada empieza el 1 de marzo y se extiende hasta el puente de la Purísima de diciembre. Un tiempo bastante amplio para ofrecer actividades tematitzades como hacer helados con fruta de temporada que cosechan los niños, celebrar la Castañada y Halloween o ir a buscar el Tió por el bosque cuando se acerca la Navidad.
Huir del clásico resort
"No dejaremos de ver el camping tradicional, al menos no en la zona de Costa Dorada. La gente quiere pasar el día en la playa y tener el camping a pie de agua", lamenta Aragonés. Por eso su apuesta es abogar por un target más concreto como el turista sostenible: "Nosotros vamos más allá porque nuestra visión de negocio sigue este camino. El proyecto ha sido nuestra manera de transmitir los valores que tenemos".
Claramente, Ecocamp Vinyols huye de la idea del camping como resort, igual que el Miramar. "La competencia más cercana tiene complejos muy grandes y con muchas actividades. Vayas donde vayas hay cosas para niños y adultos, mientras que nuestro espacio es más sencillo, sin ser aburrido. Vienes y estás tranquilo", destaca Mas, porque el que ellos vienen es "desconexión".
Son dos propuestas diferentes pero que ratifican una tendencia: el sector va hacia la tematización. Diferenciarse es la clave para captar un turista que no se había planteado nunca la caravana o el bungalow y también para atraer el forofo al camping que busca nuevas experiencias.