Barcelona fue el 2013 el escenario del casamiento de tres días de la sobrina del multimillonario indio del acero Lakshmi Mittal. Sus más de 1.000 invitados conocieron el MNAC, el Museo Marítimo y los hoteles Artes y W, entre otros lugares ilustres de la capital catalana, incluyendo una ruta de shopping . También disfrutaron de un menú elaborado por el mismo Sergi Arola o un pastel de 60 kg ideado por Christian Escribà. Y todo por un precio que oscila entre los 50 y los 60 millones de euros. Una boda magnificent que posicionó Cataluña cómo una de los destinos idílicos en Europa para casarse.
El turismo de los casamientos de destino mueve a escala mundial un total de 74.000 millones de euros anuales. La moda nació en los Estados Unidos, pero ya se ha extendido en todo el mundo. En el Estado español el negocio deja unos 500 millones de euros anuales y tiene Cataluña como principal polo de atracción. Entre el 2012 y el 2016 aumentaron un 116% del número de bodas que se celebraron, mientras que el 2017 se estabilizó con un incremento del 26%. Unas cifras que demuestran que el ámbito, que estos días está de fiesta con la Barcelona Bridal Fashion Week, tiene todavía mucho para ofrecer y muchos profesionales para captar.
Casarse en una masía en l'Empordà
"Cataluña es un destino privilegiado en Europa. Compite directamente con Francia e Italia, los dos lugares por excelencia", señala el fundador de Spain4wedding , José Levy. Con más de 14 años de experiencia en el ámbito nupcial, se lanzó con el proyecto el octubre de 2016 con el objetivo de posicionar España como un referente mundial poniendo en contacto los profesionales con turistas.
Levy: "Cataluña es un destino privilegiado en Europa. Compite directamente con Francia e Italia"
Han empezado por Cataluña porque hasta ahora es el territorio que más atractivo presenta. "Nos piden masías por su exclusividad, pero también paisajes de costa como los de l'Empordà o las zonas vinícolas del Penedès, o la clásica fotografía de Barcelona", apunta. Pero mientras la existencia de lugares especiales es clara y la demanda, incipiente, la oferta de espacios todavía no ha estallado: "Estamos hablando de espacios que están en manso de propietarios privados. Algunos ya han visto que aquí hay negocio, pero muy todavía no lo saben. Falta potenciar muchos espacios que pueden ser interesantes y tener un precio competitivo, especialmente en la zona de la Garrotxa, el interior de Lleida o la costa de Tarragona".
La experiencia se ve como un viaje exótico. "No es más que la excusa para hacer unas vacaciones muy hechas", reconoce Levy, "son gente que pueden pasar un fin de semana aquí o bien una semana entera, sabiendo que implica dormir, comer, comprar....". Y gran parte lo pagan los novios o los padres, el que deja claro que estamos hablando de familias benestants. Es decir, de viajes de lujo donde no se escatima ni un euro para poder pagar una habitación al hotel Condes de Barcelona –en medio del Paseo de Gràcia- o hacer la petición de mano en un barco en medio del mar y cenando bajo la luz de las velas. Porque los compromisos también merecen una celebración como la del mismo casamiento.
Y el número de participantes puede ir desde los dos novios, en una ceremonia sin invitados, hasta fiestas de 800 personas.
Un casamiento 100% catalán
Tenemos paisajes y buen precio, pero también una industria nupcial encabezada por marcas como Pronovias o Rosa Clarà a escala textil o nombres como los de los hermanos Roca o Carme Ruscalleda en términos gastronómicos. "Podemos y queremos llegar alto", asegura Levy respecto al potencial catalán, motivo por el cual cree que, si el sector suma fuerzas, "se puede conseguir que toda la facturación que se genere con la actividad se quede en Cataluña".
Hasta ahora, afirma, el alojamiento, la comida y las compras o actividades turísticas más típicas sí que generan un impacto directo en el territorio, pero elementos como la ropa o la fotografía se compran y contratan en el extranjero. "Nos cuesta porque la competencia es dura y sale mejor comprar en su origen. Por eso tenemos que trabajar para posicionar todavía más las marcas a escala internacional porque digan que quieren traer un vestido de Peiró o comer en el hotel Artes. Es aportar un valor añadido y no tanto competir con precio", insiste.
El Pueblo Espanyol es otro de los espacios que ofrecen a Spain4Weddings y que desde hace años celebran casamientos. Ha sido, pero, en los últimos tres años cuando más han notado el interés de los turistas. "Estiércol desde ceremonias simbólicas hasta religiosas, normalmente en formato pequeño, con pocos invitados, a pesar de que hemos llegado a celebrar alguna fiesta de 100 invitados", explica la responsable del deparament de incentivos, Mireia Guillot. Hasta entonces, el 80% de los clientes venían a través de plataformas de internet, pero ahora han recibido peticiones directamente de wedding planners y de futuros novios.
Los casamientos representan cerca del 25% de la facturación de la parte de alquiler de espacios del recinto, que ofrece la reserva de zonas concretas -mientras la actividad del parque sigue de manera normal- a un precio de entre 400 y 700 euros por la ceremonia y de 2.500 por el espacio donde hacer un banquete.
La reserva de espacios para casamientos al Pueblo Espanyol supone cerca del 25% de los ingresos del alquiler para acontecimientos privados
Así, de abril y noviembre, es posible encontrarse alguna pareja de novios recorriendo las calles de esta recreación de varios lugares de España. Un recinto que, según Guillot, interesa a los turistas para ser "muy céntrico, diferente de cómo es el centro de Barcelona y ofrecer un encanto especial para los novios y la familia".
En Jordi Tudela es otro de los profesionales que ha sacado partido al boom de Cataluña como destino de casamientos. Tudela es fotógrafo y ha visto como en los últimos años a pasado a cubrir un tercio de sus trabajos con peticiones de parejas extranjeras, el que le permite incrementar el trabajo de fines de semana y, "si hay suerte, sumar otro acontecimiento entre semana y tener más trabajo", comenta.
Tudela: "Cómo mejor sea el trabajo y más grande, más bastante tienes, es un círculo. Va bien para abrir un mercado nuevo"
Este tipo de cliente paga de media unos 3.500 euros por el servicio, pero puede ir desde los 1.650 euros con las fotografías más básicas y sin álbum ni vídeo. A pesar de que es trabajo, Tudela el que más destaca es el hecho de poder darse a conocer: "Me da la oportunidad de trabajar más días, de hacer que ruede mi nombre y ganar fuerza. Cómo mejor sea el trabajo y más grande, más bastante tienes, es un círculo. Va bien para abrir un mercado nuevo".
Además, el hecho de contratar un profesional del territorio ayuda a visibilitzar lugares quizás no explotados hasta ahora o profesionales del territorio que permitirían localizar en la zona el máximo posible de la actividad de la cadena.
Barcelona, la nueva Florencia
Los británicos son los turistas principales de Cataluña, los siguen el resto de países europeos y, algo más lejos, se encuentra Rusia, mercado donde el territorio tiene puestos los ojos por todo el que puede aportar. Ahora bien, son unos clientes que también puede captar Florencia, principal destino Europeo. Y es que fue precisamente la Toscana la región encargada de exportar esta tendencia norteamericana de concebir la boda como un viaje exótico.
Barcelona es la ciudad que parece que puede hacerle la competencia. Ciertamente, el casamiento de la sobrina del empresario Mittal abrió la puerta a situar la ciudad condal al mapa de los futuros marido y mujer, pero desde entonces no se ha vuelto a ver una celebración de esta magnitud. Y esto es el que ahora se quiere captar, porque el turista con un poder adquisitivo medio-alto ya está, según Levy, casi al bolsillo.
Para conseguirlo, Turismo de Barcelona desarrolló el 2016 el programa Barcelona Weddings, "que tiene que permitir promocionar la ciudad y su entorno como un referente internacional", explica su directora, Mercedes Garcia, quien explica que los paraísos exóticos han dejado de estar de moda por las parejas de alto nivel adquisitivo, que buscan ahora lugares "modernos y con un valor añadido más allá del solo y la playa". Requisitos que la capital catalana cumple con unas buenas conexiones, clima, cultura y gastronomía.
Garcia: "El impacto económico tiene repercusión sobre otros sectores y se multiplica"
El organismo no cuenta con datos que puedan cuantificar el impacto, puesto que los visitantes formalizan el casamiento en su país y en Cataluña hacen celebraciones simbólicas. Aun así, Garcia explica que las estancias que hacen son de entre dos y tres y con 100 invitados de media por fiesta, el que acaba revirtiendo directamente en la economía barcelonesa gracias a la contratación de servicios para la ceremonia y el gasto en los otros días dedicados a hacer turismo. "El impacto económico tiene repercusión sobre otros sectores y se multiplica", insiste la directora de Barcelona Weddings.
Porque no es sólo el banquete, se trata también de floristería, peluquería, moda, transporte, seguridad... Servicios que la entidad ofrece a través de los miembros adheridos al programa, el cual va dirigido a los destination wedding planners encargados de organizar los casamientos. Si el trabajo de promocionar Barcelona se hace bien, es un grueso de negocio que puede complementar el turismo tradicional y que se concentra durante los meses de verano. Hasta ahora los casamientos también se acostumbran a celebrar entre los meses de junio y septiembre, a pesar de que Garcia recuerda que es "un sector fácilmente desestacionalitzable".
Por lo tanto, la ciudad tiene en sus manos dar un impulso al turismo con este tipo de clientes. Porque a diferencia de Levy de Spain4Weddings, y a pesar de que el contexto es favorable, Garcia considera que Barcelona encara no está posicionada como destino de casamientos y que hay mucho trabajo a hacer.