• Hablamos a partir de septiembre
Politóloga y filósofa

Hablamos a partir de septiembre

21 de Junio de 2025
Arianda Romans | VIA Empresa

La nostalgia de los finales de curso ya no es lo que era. Antes, terminar la escuela era el momento en el que, como niño, sentías que comenzaba la libertad de un verano de jugar y no tener que cumplir con el que era tu único deber: ir a la escuela. Ahora, como adultos, no solo ya no tenemos más que algunos días de vacaciones reales, sino que, en algunos trabajos, en verano es justamente cuando hay mayor volumen de trabajo o presión para cerrar ciclos. Si vives en países fríos, no tiene ningún sentido irte de vacaciones en agosto, porque es de los pocos meses en que se está bien en casa y puedes aprovechar para trabajar a un ritmo más tranquilo. En cambio, noviembre es un buen momento para irse de vacaciones a destinos con mejor tiempo, menos aglomeraciones y precios más asequibles. El verano adulto no es tan evidente como el verano de la infancia. 

 

"El verano adulto no es tan evidente como el verano de la infancia"

La entrada al verano, sin embargo, la nota todo el mundo: el cambio de temperaturas, la sensación de descanso, las ganas de ir a la piscina o a la playa los días más calurosos. Aquel no sé qué que nos hace estar más relajadas, más tranquilas, cuando parece que nada tiene tanta urgencia ni tanta prisa como lo puede tener en octubre, en febrero o en mayo. Y en el hipotético caso de no querer asumir o pensar en alguna cosa en este momento, cuando llega el verano siempre hay una frase estrella que queda bien con todo: si te parece bien, de esto hablamos a partir de septiembre. Y verano resuelto.