
Ya sabéis que desde este espacio me gusta poner en valor aquellos elementos que, en nuestra casa, proyectan futuro y merecen una apuesta decidida. Y si hay un ámbito donde esta visión se ha convertido en realidad, es el de las ciencias de la vida. En Barcelona y Catalunya, este sector hace tiempo que ha dejado de ser una promesa para convertirse en un activo estratégico, consolidado y con una proyección global indiscutible.
Hablamos de uno de los sectores más innovadores, con más capacidad de transformar la economía del conocimiento, la salud y la calidad de vida. Y las cifras lo avalan. Según Biocat, la BioRegió de Catalunya —que incluye biotecnología, farmacéutica, tecnología médica y salud digital— agrupa más de 1.400 empresas, genera cerca de 250.000 puestos de trabajo y representa el 8,7% del PIB catalán. Es un sector dinámico, en crecimiento constante, que atrae inversión internacional y crea ocupación altamente cualificada.
Barcelona es hoy la segunda ciudad europea con más startups en salud, solo superada por Londres. Y es también una de las que más capital riesgo capta en biotecnología y salud digital. En 2023, el sector logró una cifra récord: más de 220 millones de euros en inversión privada, confirmando la confianza de los inversores globales en nuestro ecosistema.
El sector de las ciencias de la vida es dinámico, en crecimiento constante, que atrae inversión internacional y crea ocupación altamente cualificada
Más allá de los datos, el verdadero valor diferencial es un ecosistema sólido, diverso y altamente conectado. Centros de investigación de excelencia como el IRB Barcelona, el VHIO, el IDIBAPS, el ISGlobal o el IDIBELL, junto con el Centre de Regulació Genòmica (CRG) o el Institut de Biologia Evolutiva (IBE), trabajan en genómica, medicina de precisión o biodiversidad, posicionando Catalunya como un hub científico europeo.
Los grandes hospitales como el Hospital Clínic, Vall d’Hebron, el Hospital Sant Pau o Sant Joan de Déu lideran investigación clínica y translacional. Empresas consolidadas como Grifols, Almirall o Reig Jofre conviven con startups emergentes como Pulmobiotics, MJN Neuroserveis, Anaconda Biomed, Top Doctors, Mediktor o HumanITcare, tejiendo una red empresarial innovadora y competitiva.
Los grupos hospitalarios privados, como HM Hospitals o Quirónsalud, también están jugando un papel cada vez más relevante, apostando por la investigación clínica, la salud digital y la colaboración con startups, universidades y centros tecnológicos.
En el ámbito formativo, el Tecnocampus de Mataró (adscrito a la UPF) destaca por su oferta especializada en fisioterapia, enfermería, tecnología médica y eHealth, con una fuerte conexión con la investigación aplicada y el emprendimiento.
Otro proyecto clave de futuro es la Ciutadella del Coneixement, impulsada por la UPF y el Ayuntamiento de Barcelona. Este nuevo campus científico, situado en el Parc de la Ciutadella, aglutinará instituciones como el IBE, el BSC, el CSIC y el PRBB, con un enfoque especial en biomedicina, bioingeniería y ciencias experimentales. Será un motor de investigación, transferencia e interacción con la ciudad.
Este potencial se refuerza con infraestructuras estratégicas como el Parc Científic de Barcelona, el Hub de Recerca Biomèdica de la Zona Franca, el Barcelona Health Hub y el futuro Bioclúster de Bellvitge. Y se completa con equipamientos de referencia mundial como el Barcelona Supercomputing Center (con el MareNostrum) o el Sincrotró Alba, que aportan capacidades diferenciales en cálculo y análisis estructural para proyectos científicos de alto nivel.
La formación de talento especializado es otro de los grandes valores añadidos. Universidades como la UPF, la UB, la UAB o la UVic, junto con centros privados, ofrecen grados y másteres punteros en bioingeniería, biomedicina, bioinformática o gestión sanitaria. Además, cada vez más programas integran tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial, la impresión 3D médica o la genómica.
Este sector no vive aislado, sino que se alimenta de sinergias con ámbitos donde Catalunya también destaca: la tecnología, el diseño, la logística, la IA o el emprendimiento. Es aquí donde nace una bioeconomía emergente, arraigada al territorio y con impacto global.
Ahora bien, no nos podemos relajar. Para mantener este liderazgo es necesario seguir invirtiendo en infraestructuras, retener y atraer talento internacional, facilitar la transferencia tecnológica y apostar por la investigación aplicada. También es esencial simplificar procesos, impulsar la compra pública innovadora y ayudar a escalar las startups del sector.
Para mantener este liderazgo es necesario seguir invirtiendo en infraestructuras, retener y atraer talento internacional
Catalunya tiene todos los ingredientes para no solo continuar liderando las ciencias de la vida, sino para convertirse en un modelo europeo de ecosistema bio-salud. En un mundo donde la salud y la innovación son fundamentales para el progreso y la resiliencia, esta apuesta no es solo económica: es estratégica, estructural y profundamente vinculada al bienestar de la ciudadanía, hoy y mañana.