• Innovación
  • Cuantum Medical, el ‘superglue’ catalán para suturar heridas

Cuantum Medical, el ‘superglue’ catalán para suturar heridas

La empresa asentada en el PRUAB desarrolla unos adhesivos líquidos con aplicaciones medicinales que mejoran la protección de las heridas y aceleran el proceso de recuperación

Uno de los investigadores de Cuantum Medical, en el laboratorio de la compañía | Cedida
Uno de los investigadores de Cuantum Medical, en el laboratorio de la compañía | Cedida
tempImageFI6g2E
Periodista
Barcelona
30 de Junio de 2025

De entrada puede parecer un exceso, pero en realidad tiene todo el sentido del mundo. El uso de los adhesivos de endurecimiento rápido o cianocrilatos en el mundo médico se remonta a la Guerra de Vietnam, donde a alguien se le ocurrió que sería buena idea llevarse una botellita de adhesivo para evitar que los soldados se desangraran en medio del campo de batalla. “Estos productos tienen propiedades hemostáticas y bacteriostáticas: cortan el sangrado y protegen contra la infección de bacterias”, desvela el doctor en química orgánica y química de polímeros Rubén Sáez. La solución de entonces fue improvisada y presentaba carencias desde el punto de vista de la toxicidad, pero encendió la chispa para impulsar una nueva aplicación de un material que tiene muchas más aplicaciones que el archiconocido superglue.

 

De ello da constancia el mismo Sáez, director general de Cuantum Medical, empresa fundada en 2015 por un grupo de profesionales provenientes en buena parte de Henkel, uno de los líderes mundiales de las tecnologías de adhesivos. “El mercado de los adhesivos médicos está muy regulado, y pide poner en marcha sistemas de calidad y obtener certificaciones, pero nos pareció un camino que valía la pena emprender”, recuerda el profesional. La principal motivación de los fundadores era poder hacer avanzar un sector que, a pesar del potencial, “a escala tecnológica prácticamente no ha variado en los últimos 50 años”.

Es aquí donde entran en juego los adhesivos médicos de Cuantum Medical, que se aplican en forma de apósitos líquidos en todo tipo de situaciones. “Desde el punto de vista químico, los adhesivos son monómeros, unas moléculas en forma de líquido que, en contacto con la superficie de la piel, sea dañada o intacta, entra en contacto con las proteínas de la piel o la sangre y los otros exudados e inician la polimerización para convertirse en una capa de adhesivo sólido”, explica Sáez. Este proceso se consigue aplicando una capa fina del adhesivo líquido y se completa con un período de entre 30 y 60 segundos, en los cuales el adhesivo se adapta al contorno de la superficie, a la cual queda fuertemente adherida.

 

Los adhesivos líquidos de Cuantum Medical se solidifican después de 60 segundos en contacto con la piel y la protegen mejor que una sutura tradicional

El punto interesante de esta solución es que está diseñada de manera que el adhesivo dure el mismo tiempo que tarda la piel en completar su proceso de curación: “Las heridas se regeneran de las capas inferiores a las capas superiores de la piel, y cuando la última capa de la piel se regenera, el adhesivo se desprende”. Durante este tiempo, la herida queda cerrada “de manera mucho más eficiente que una sutura”, las cuales, a escala microscópica, suelen dejar muchos más espacios abiertos que los cianocrilatos. Además, la propuesta también tiene ventajas estéticas, ya que ofrecen mejores resultados en la cicatrización, y reduce el tiempo de recuperación, dado que la respuesta inflamatoria temprana es menos intensa que la de una cirugía.

Las características de los adhesivos médicos de Cuantum Medical han hecho que la empresa adapte el producto a diferentes formatos. En el caso de la cirugía general, la empresa distribuye el apósito a través de una pequeña jeringa estéril con un cartucho para introducir la sustancia, mientras que en la cirugía oral trabajan con un tubo de aluminio para facilitar su aplicación. “Para el cirujano o el dentista, en vez de tener que estar suturando durante cinco o diez minutos, suponen solo 30 segundos, y para el paciente es mucho más cómodo, ya que evita la contaminación por comida, bebida o tabaco, y no tiene que volver al hospital a retirar la sutura”, explica Sáez.

La diversificación del negocio

El camino hasta el mercado no ha sido un trayecto fácil para Cuantum Medical, que tuvo que dedicar los primeros años como empresa a cumplir todos los requisitos que exige la normativa para operar en el mercado. “Los productos sanitarios se regulan por clases de peligros. En el caso de los adhesivos tisulares —aquellos que se emplean para cerrar heridas traumáticas o quirúrgicas—, la clase 1 es la clase de peligro más baja, que sería un apósito líquido para distribución en farmacia; la clase 2 serían adhesivos para intervenciones quirúrgicas, para uso tópico o interno; y la clase 3, aplicaciones de uso interno, al sistema vascular, venas del cerebro…”, desvela el director general. La empresa consiguió las certificaciones del segundo nivel en 2020, pero cuando se disponían a empezar a comercializar el producto, llegó la pandemia, que les obligó a posponer la salida al mercado. Una espera que no desaprovecharon, ya que dedicaron a “poner más peso en el desarrollo de la tecnología”. 

Esta insistencia en potenciar la innovación científica del producto es la que ha conseguido posicionar Cuantum Medical dentro de un mercado poblado por enormes multinacionales. “Nos hemos encontrado con que uno de nuestros puntos fuertes, que nos permite abrirnos camino siendo una empresa pequeña, es nuestro profundo conocimiento”, considera Sáez. Esto es así no solo por la comercialización de sus propios productos, sino también por las alianzas que tejen con otras compañías del sector, a las cuales Cuantum aporta el conocimiento tecnológico.

Sáez: "Uno de nuestros puntos fuertes, que nos permite abrirnos camino siendo una empresa pequeña, es nuestro profundo conocimiento”

Fruto de estas colaboraciones, la empresa ha expandido su orientación inicial hacia el mercado médico. Sin dejarlo de lado, la compañía también ha trabajado en aplicaciones más industriales vinculadas al mundo de la salud, como pueden ser la fabricación de dispositivos médicos, el ensamblaje de catéteres o la creación de puntas de agujas, así como propuestas más alejadas vinculadas a sectores como la automoción o los audífonos. La empresa también trabaja en el mundo de la cosmética, con adhesivos líquidos que pueden actuar como alternativa de las tradicionales lacas de uñas, ya que ofrecen una protección mucho más fuerte; o bien en el mundo veterinario, del cual han aprovechado que existen menos barreras de entrada que en el mundo de la medicina humana para replicar la gama de adhesivos médicos principales adaptados al mundo animal.

Expansión a nuevos mercados

Estas dinámicas han hecho que Cuantum Medical se oriente más hacia el mercado B2B, trabajando casi siempre con proveedores que les ayudan a desplegar sus productos a nuevos mercados. Esta estrategia les ha permitido mantenerse como una compañía de base eminentemente técnica, con una plantilla de 10 trabajadores de alta formación y una cartera de tres patentes en el mercado y otros tres proyectos del ámbito industrial que aún no se han hecho públicos. Combinados con proyectos de investigación con financiación pública, Sáez asegura que tienen un “plan de negocio bastante ambicioso” con el cual prevén aumentar la facturación a un ritmo del 50% anual, la cual en la actualidad se encuentra en una franja de entre dos y cinco millones de euros.

Todo este crecimiento se ha hecho desde el primer momento desde las instalaciones del Parc de Recerca UAB (PRUAB), entidad con la que la empresa tiene una estrecha relación, ya que tanto el fundador como varios de sus miembros se han formado en las aulas de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). De hecho, Henkel ya dispuso de un laboratorio en las instalaciones del Parque de Investigación durante varios años, y cuando el equipo constituyó la nueva empresa y tuvieron que buscar una ubicación, la decisión fue clara. La empresa no solo lleva a cabo sus operaciones desde el PRUAB, sino que también colabora en varios proyectos de investigación con facultades y centros adscritos de la UAB y se ofrece como destino de prácticas para los alumnos de algunos de los másteres de la Facultad de Química: “Hacer una etapa formativa en una empresa, por mucho que a veces se discuta, tiene un impacto muy positivo. Genera un motor de crecimiento muy positivo, teniendo siempre la protección de los derechos trabajadores-investigadores y tratando a la gente como se merece”. “El alumno hace una investigación aplicada, y en una empresa como Cuantum no solo aprende sobre química, ya que se habla de todo: sistema de calidad, gestión… Salen con una visión muy amplia, y para la empresa es mano de obra cualificada con un coste competitivo”, concluye el director general de la compañía.