Es evidente que para mantener el ritmo de crecimiento de la demanda energética necesitamos disponer de energía. Esta se puede obtener produciéndola, desde el territorio, o exportándola de fuera, y se debe cumplir con las resoluciones europeas. Por lo tanto, se está creando el relato de que todo vale para disponer de ella
Esta no es la posición del Colegio de Ingenieros Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de Girona. Para nosotros la prioridad, y el camino a seguir, es hacer decrecer la demanda de energía con la modernización y eficiencia de los procesos y la sustitución de todo elemento susceptible de funcionar con energía por elementos más eficientes energéticamente. El objetivo debe ser que tanto de los sectores industriales, comerciales, residenciales y, en definitiva, de todas las actividades se reduzca el consumo aparejado con instalaciones que sean respetuosas con el territorio. Para ayudar en este propósito, se propone que la administración lo haga con la creación de un Plan Renove energético de todos los sectores y al mismo tiempo, entre otras cosas, aprovechar todas las superficies de zonas sin ninguna afectación de actividades productivas o paisaje para producirla.
El apagón eléctrico de abril provocó un susto considerable en la sociedad. De repente nos dimos cuenta de la fragilidad de nuestra vida cotidiana sin energía eléctrica, con situaciones que no podíamos ni imaginar, como que en cualquier actividad del día a día usamos aparatos con energía eléctrica, desde el simple hecho de comprar en una carnicería donde la báscula o el datáfono funcionan con electricidad, etcétera. De repente resultó que con el plástico, no íbamos a ninguna parte si no se disponía de efectivo. Ahora incluso el Banco de España recomienda disponer de un rinconcito de dinero “de verdad” para evitar quedarnos sin recursos en caso de una situación similar a la pasada. Aquel día las comunicaciones digitales desaparecieron: sin ordenador, wifi, correo, WhatsApp... de repente estábamos incomunicados y la economía en parada total.
La incorporación de energía fotovoltaica a la red debe gestionarse con mucho cuidado para evitar posibles sobretensiones. Se están instalando plantas de acumulación en todo el territorio, con nuevos inversores para controlar posibles fallos del sistema, pero a las instaladas les hace falta revisión para dotarlas de los elementos de seguridad que sean necesarios. No se pueden implantar proyectos, sin evaluarlos correctamente, ni en cualquier lugar, con una mirada de sostenibilidad y de preservación de los terrenos agrícolas o paisajísticos. Ahora mismo el coste de la energía es asumible y, en cambio, el del producto agrícola se va encareciendo. Son unas cuestiones que deben tenerse en cuenta con el “todo vale”. Hay alternativas de terrenos y zonas, seguramente no tan rentables para obtener beneficios rápidos para los inversores o empresas grandes, para hacer allí instalaciones de producción de energía, sin destruir terrenos agrícolas o paisaje, que desafortunadamente en tiempos pasados de crecimiento económico se hizo. No repitamos los mismos errores. La autosuficiencia debemos alcanzarla tanto en el campo energético como en el agrícola.
"Ahora mismo el coste de la energía es asumible y, en cambio, el del producto agrícola se va encareciendo. Son unas cuestiones que se deben tener en cuenta con el 'todo vale'"
Dado que la generación de energía es una prioridad de país y que, realmente puede ser una ventaja competitiva para poder evaluar correctamente los proyectos, entendemos que la Administración debería incrementar sus recursos humanos para realizar con más rapidez los informes técnicos, urbanísticos o medioambientales. Hay que crear un nuevo departamento ad hoc para estos proyectos y, además, debería incidir en que, una vez obtenidos sus permisos, las distribuidoras de energía faciliten con más agilidad la conexión de las instalaciones fotovoltaicas.
Los ingenieros son la pieza fundamental para llevar a cabo las acciones necesarias para la modernización e innovación de todos los sectores y hacerlos más eficientes energéticamente, y reducir su consumo, con la consiguiente disminución de la exigencia de producción de energía y la preservación del territorio.