Responsable de estudios y nuevos proyectos en el Consorcio de Comercio, Artesanía y Moda de Catalunya

Falsos amigos digitales

28 de Mayo de 2025
Joan Morera Morales | VIA Empresa

Cuando aprendemos un idioma, una de las dificultades con las que nos encontramos es aquello que los lingüistas llaman "falsos amigos", es decir, cuando dos palabras se parecen mucho entre dos lenguas, pero tienen significados diferentes. Quien más quien menos, todos hemos patinado alguna vez haciendo un uso incorrecto en inglés de palabras como library (biblioteca), actual (real) o el siempre divertido constipated (estreñido).

 

Pero los falsos amigos no son exclusivos de la semántica. Hace unos días, Google anunció que pronto podremos contar con una solución de traducción en tiempo real durante las conferencias a través de Google Meet. Y esto, que parece una gran noticia, podría convertirse en una nueva forma de falso amigo si, en la práctica, conlleva que usemos la traducción automática y dejemos de ejercitarnos en inglés, alemán o cualquier otro idioma.

Son muchos los que advierten que la IA puede llegar a sustituir a las personas en gran cantidad de trabajos. En realidad, no sólo es probable que lo pueda hacer, sino que, en algunos casos, quizás incluso sería deseable. ¿O no habría valido la pena que una IA hubiera sustituido en sus funciones al presidente de la Comunidad Valenciana el pasado 29 de octubre? Este debate tiene muchas derivadas.

 

"La tecnología puede actuar como un falso amigo si, a la vez que nos ayuda, nos impide desarrollar nuestro potencial humano y profesional"

Una de las preguntas que surgen es cómo mantendremos vivas nuestras habilidades cognitivas si dejamos de ejercitarlas. Muchos de nosotros ya estamos dejando de leer, porque la IA lo hace más rápido y con más detalle; dejamos de escribir, porque la IA redacta mucho mejor; y nos apoyamos en ella a la hora de tomar muchas decisiones, porque la IA tiene mejor criterio y más objetividad... Es innegable que estamos ante una herramienta revolucionaria. Sin embargo, tendrá consecuencias no deseadas si hace que, por culpa de no leer, ni escribir, ni desarrollar el pensamiento crítico, vayamos perdiendo competencias hasta que nuestra aportación al puesto de trabajo sea realmente mínima.

Jeff Bezos prohibió hace años el uso de presentaciones en PowerPoint en las reuniones ejecutivas de Amazon. Consideraba que presentar cualquier idea mediante un memorándum escrito obligaba a desarrollar los proyectos con más rigor y pensamiento crítico, y evitaba la dispersión provocada por imágenes, animaciones y otros elementos que empobrecen el análisis objetivo. Bezos ya intuía entonces que la tecnología puede actuar como un falso amigo si, a la vez que nos ayuda, nos impide desarrollar nuestro potencial humano y profesional.

La IA nos ofrecerá muy pronto soluciones personalizadas, muchas con interacción por voz. Será entonces cuando habrá que decidir cómo la usamos: para mejorar nuestras competencias o bien para ahorrarnos el esfuerzo. Si escribimos un texto, por ejemplo, podemos tener la tentación de que nos lo redacte o bien, con más fair play, redactarlo nosotros y luego pedirle que nos sugiera mejoras en la gramática o el estilo. La primera opción empobrecerá nuestra capacidad de redacción; la segunda, la enriquecerá.

"En nuestras empresas será necesario distinguir entre recursos tecnológicos "amigos", porque nos complementan mejorándonos, y los "falsos amigos", porque nos inutilizan progresivamente"

En realidad, este tipo de decisiones no sólo estarán en manos de cada uno de nosotros; las personas que están al frente de las empresas y organizaciones también tendrán que decidir hasta qué punto el desarrollo de las competencias de las personas que forman parte de nuestros equipos es un activo que valga la pena defender. En otras palabras, en nuestras empresas será necesario distinguir entre recursos tecnológicos "amigos", porque nos complementan mejorándonos, y los "falsos amigos", porque nos inutilizan progresivamente. No será fácil. Nada. Y, para tomar este tipo de decisiones, no sería extraño que el mundo de la empresa tuviera que mirar hacia un ámbito donde la reflexión sobre cómo convivir con la tecnología ya hace tiempo que se vive: la escuela.