Definiendo el futuro de Europa

Además de los beneficios individuales para particulares y empresas, completar el mercado único tendrá unas repercusiones macroeconómicas de grandes dimensiones

¿Cuál es el futuro del mercado único y cómo desarrollarlo más profundamente? | iStock
¿Cuál es el futuro del mercado único y cómo desarrollarlo más profundamente? | iStock
Xavier Roig VIA Empresa
Ingeniero y escritor
Barcelona
25 de Abril de 2024

Cuando se habla de Europa, solemos mezclar Italia con nosotros. Solo aquí se comete este error. ¿Que Italia no es un país del norte de Europa? Sí... y no. Algunas regiones del norte, concretamente Lombardía, superan en PIB per cápita a la mayoría de los estados federados alemanes. Además, el norte estuvo ligado al Imperio Austriaco y a Francia hasta, casi, la unificación. No tienen nada que ver con nosotros por mucho que toquen el Mediterráneo. El sur italiano está, ciertamente, rezagado en términos europeos. No así el norte. Cuando alguien nos compara con Italia, suelo argumentar que ellos fabrican Ferraris, Lamborghinis, Maseratis, etc., y nosotros no, claro. Y que, cuando toca, ellos los pueden sacar a pasear.

 

Hay tres sectores en los que los estados y las empresas han impedido la implantación completa del mercado único: las finanzas, la energía y las telecomunicaciones

Pues bien, el año pasado la Comisión Europea encargó dos informes fundamentales para nuestro futuro. Curiosamente fueron encargados a dos italianos. El futuro del mercado único y cómo desarrollarlo más profundamente, al señor Enrico Letta. Y otro informe sobre competitividad al señor Mario Draghi. Dos antiguos primeros ministros de lujo. Europa ha sacado la alta gama, altísima gama, del garaje. Y ahora el señor Letta ya ha entregado el informe a la Comisión (“Much more than a market”). ¿Qué dice este documento? Analicémoslo.

 

El primero que hace el señor Letta es identificar las lagunas del mercado único. La verdad es que se ha avanzado mucho desde la creación de este mercado único. Hay libre circulación de personas, bienes y capitales. Mañana mismo cualquiera de ustedes puede ser contratado por una empresa letona y no tendrán ninguna otra burocracia para empadronarse en la ciudad donde tengan que vivir. O si quieren transferir dinero. O trasladar lo que quieran por coche, tren o avión. O participar en concursos públicos. En resumen, como si estuviéramos en los Estados Unidos. Pero hay tres sectores en los que los estados y las empresas han impedido su implantación completa. En general, por la obsesión de los gobernantes en proteger a sus empresas. Y las empresas, confiadas en que los estados las protegerán. Estas áreas son: las finanzas (sobre todo la banca), la energía y las telecomunicaciones. Y el informe Letta dice que no profundizar totalmente en el mercado único para estas áreas limita las posibilidades de Europa. Parece que ahora las cosas están maduras para que los estados se quiten los miedos y los vicios del pasado, y el plan propone las acciones a llevar a cabo entre ahora y 2029. Con la incorporación de estas tres patas, la integración del mercado único será completa. Si ustedes se detienen a pensar en su vida cotidiana y analizan sus relaciones con estos tres sectores, ustedes mismos detectarán los agujeros. ¡Vamos allá!

1. Mercado Único Financiero

La seu corporativa de CaixaBank a Barcelona | Cedida
La sede corporativa de CaixaBank en Barcelona | Cedida

Aquí los catalanes sufrimos una triple limitación. La Gran Recesión de 2007 nos dejó sin sistema financiero propio. Hablo de la desaparición de las cajas de ahorro. Quiero recordar que representaban el 50% del sistema financiero catalán. Y aún esperamos un debate en el Parlamento. ¡Gran vergüenza! Limitación número uno. Adicionalmente, como resultado de la intervención de España por la Unión Europea (sí, sí, el sistema bancario español estuvo intervenido, ¿lo recuerdan?) y el favoritismo en el proceso de concentración, nos quedamos con pocos, poquísimos bancos con un cierto volumen: CaixaBank, Santander, BBVA y Sabadell. Y basta. El ciudadano catalán se encuentra prisionero de un mercado oligopolístico. Limitación número dos.

Como resultado de la intervención de España por la Unión Europea y el favoritismo en el proceso de concentración, nos quedamos con pocos bancos con un cierto volumen

Ahora bien, el informe del señor Letta intenta que el mercado bancario europeo sea único. Y acabar con las limitaciones (la una y la dos) que los clientes catalanes sufrimos. Pero, adicionalmente, acabar con una limitación (la tres, para nosotros) que los europeos en general padecen: no poder ser clientes de los bancos que existen en Europa. Se trata de que, si los bancos lo desean, puedan establecerse en cualquier estado miembro de la UE sin limitaciones. No hay duda de que el hecho aumentará la competitividad bancaria y redundará en beneficio de los clientes particulares y empresas. A los europeos quizás se les quita un peso de encima. ¡A los catalanes nos quitarán tres!

2. Mercado Único de la Energía

Europa avança cap al mercat únic de l'energia | iStock
Europa avanza hacia el mercado único de la energía | iStock

Si miran ustedes los precios de los coches, o de cualquier otro bien, dentro de los países de la UE no encontrarán mucha diferencia. Varían según el poder adquisitivo que, lógicamente, los productores aprovechan. Un coche en Francia o en Alemania tal vez valga 500 euros más. O 2.000, dependiendo de los modelos. Nunca mantienen diferencias acusadas porque, de lo contrario, saldría un comerciante y compraría coches en España para venderlos en Alemania, pongamos por caso.

El precio de una unidad de energía neta (sin impuestos) vendida en Francia no tiene nada que ver con el precio en Catalunya

Este fenómeno, sin embargo, no tiene lugar con el kw/hora de energía. El precio de una unidad de energía neta (sin impuestos) vendida en Francia no tiene nada que ver con el precio en Catalunya. O en Polonia. Este hecho coloca a las empresas en desigualdad de condiciones a la hora de competir. Y, aunque los costes de transporte siempre deben considerarse, la Unión Europea debe unir las redes a lo largo de todo el territorio -las redes están, pero no están conectadas entre los estados- y, además, la electricidad debe poder transportarse y conducirse a través de todo el territorio para compensar las carencias y los excesos regionales en cada punto. En este aspecto los catalanes también saldremos ganando.

3. Mercado único digital y de telecomunicaciones

Empreses com Netflix formen part de la nova globalització | iStock
Empresas como Netflix forman parte de la nueva globalitación | iStock

Aquí estamos en una situación similar a la de la banca. Las empresas extranjeras pueden instalarse en cualquier territorio, pero, antes, deben convertirse en "nacionales" y adaptarse a las regulaciones y limitaciones de cada estado. Sin hablar de las cuotas y las restricciones que, en general, las empresas de telecomunicaciones pequeñas deben pagar y sufrir por el uso de las redes desplegadas por las empresas de telecomunicaciones "nacionales". Un dolor de cabeza. El Parlamento y el Consejo ya hicieron una gran tarea en abolir el "roaming" dentro de la UE. A pesar de todo, aún falta trabajo por hacer

Las empresas de telecomunicaciones más pequeñas deben pagar y enfrentar dificultades por el uso de las redes desplegadas por las empresas de telecomunicaciones "nacionales"

Más allá de las telecomunicaciones está el mundo digital. Y ahora les pongo un ejemplo. ¿Ustedes no se han encontrado nunca con que la compañía de vídeos en streaming que tienen contratada no emite una serie que se ha estrenado, pongamos por caso, en Italia? Si buscan, verán la razón: la ha comprado Movistar. O sea, un consumidor español no tiene los mismos derechos de consumo que un italiano. Y viceversa. ¿Cómo es posible que una empresa multinacional como Netflix, pongamos por caso, no pueda emitir lo mismo en todo el continente? Pues eso es un mercado digital fragmentado; no un mercado único. Con eso pretenden acabar, también, las medidas del informe Letta.

Resumen

Quien piense que la Unión Europea permanece impasible ante los desafíos, se equivoca. Se hacen muchas cosas a escala europea cuyo beneficio se atribuye como propias a los estados miembros. Sería bueno abrir una ventana informativa que nos pusiera al día de qué significaría la no-Europa. Una especie de versión real continental de la famosa película ¡Qué bello es vivir!

Quedamos a la espera del informe Draghi que, conociendo al autor, podrá ser muchas cosas, pero nunca acusado de falta de sentido práctico y pragmatismo. Mientras esperamos que los próximos cinco años se eliminen estas barreras que he comentado y que nos molestan en el día a día (“che ci danno fastidio” diría el señor Letta). Porque, además de los beneficios individuales para particulares y empresas, completar el mercado único tendrá unas repercusiones macroeconómicas de grandes dimensiones.