Y la montaña parió un ratón, por no usar una expresión más escatológica. Cuatro años de debate, de propuestas de todo tipo, con concursos de ideas fomentados por la gran patronal, como una pista sobre el mar. Con el gobierno de Aragonès dubitativo hasta el último momento, proponiendo la utilización de la pista diagonal cuando ya había convocado elecciones.
Aena con prisas, porque tiene 185 hectáreas de la ciudad aeroportuaria para comercializar y hay que replicar la última década prodigiosa de la que presumía su presidente, Maurici Lucena. Y el presidente Illa, que ya ha tenido que tragarse bastantes sapos con el pacto de investidura con ERC y Comuns y con las ampliaciones de crédito —a falta de presupuestos—, necesita marcar… terreno, que el establishment de Barcelona por algo apostó por él y se estaba poniendo nervioso.
60 metros hacia el sur
Y todos los cambios relevantes con respecto a la propuesta de Aena de hace cuatro años se limitan a hacer correr unos cuantos metros la ampliación de la pista mar hacia el sur —sin tocar formalmente la Ricarda— y mantener la ampliación total en 500 metros. Ni 300 metros, como decían los expertos convocados por el Ayuntamiento y presididos por Santi Vila; ni 350, como aparecía en las últimas filtraciones. ¿O deberíamos decir intoxicaciones?
Dicen que este desplazamiento de 60 metros hacia el sur salvará la Ricarda de verse directamente afectado. No lo indicaban así los mapas que, por ejemplo, Aena presentó en el Cercle d’Economia, el escenario ideal para el desembarco de los monopolios españoles en Barcelona. Ahora, ya se sabe que las lagunas litorales se mueven según los temporales. Quizás es que la Ricarda se ha desplazado 200 metros hacia el norte; o que la quiere desplazar Aena.
"Todos los cambios relevantes con respecto a la propuesta de Aena de hace cuatro años se limitan a hacer correr unos cuantos metros la ampliación de la pista mar hacia el sur y mantener la ampliación total en 500 metros"
Ninguna concesión ni compensación
¿Y del resto? Nada que no figurara ya en la propuesta de hace cuatro años. ¿El aeropuerto de Girona? Sí, la conexión con AVE hasta el centro de Barcelona, no al aeropuerto, que a los viajeros asiáticos, si pudieran aterrizar en la plaza Catalunya, ya les estaría bastante bien. Y no me refiero a los estadounidenses, porque si esto de Trump continúa, quizás acaben no viniendo muchos.
¿Y Reus? No está mal. Ni está ni se le espera. El único aeropuerto existente donde realmente se podría levantar una pista para grandes aeronaves sin muchos problemas no cuenta ni para tener una conexión directa en AVE desde Barcelona.
¿Y la gobernanza del sistema aeroportuario catalán? Pero si Zapatero ya se comprometió a traspasar Girona y Reus y no se salió con la suya. Y eso que Aena no piensa hacer muchos negocios hasta el siglo que viene. ¿Un órgano con participación de las administraciones territoriales como decían las filtraciones interesadas estos últimos días? Tampoco. Que no sólo fuera consultivo... Ni rastro en la descripción que el presidente Lucena, perdón, Illa ha hecho del acuerdo con Aena.
¡Ah! Y una concesión, eso sí. Prometen que dejarán sin efecto la suspensión de la terminal satélite, supresión con la que Aena nos castigaba si no nos ateníamos a su diktat. ¡Una terminal satélite comprometida desde hace veinte años!
"El único aeropuerto existente donde realmente se podría levantar una pista para grandes aeronaves sin muchos problemas no cuenta ni para tener una conexión directa en AVE desde Barcelona"
La falta de credibilidad de AENA
Y mientras tanto, los opositores a la ampliación de la pista tendrán que confiar en los pájaros del Prat para que desde Bruselas pongan el semáforo rojo. Total, los pajaritos —la alondra ricotí, en concreto— ya impidieron consolidar el aeródromo de Alfés en Lleida y el nuevo aeropuerto tuvo que desplazarse a Alguaire. ¿Qué no harán los patos del Prat? Ahora bien, aquel era un proyecto de la Generalitat y ya se sabe que, con nuestro gobierno de feria, todo el mundo se atreve. Por cierto, según explicaban en la zona, las alondras ricotís de Alfés desaparecieron de una temporada para otra sin que nadie les molestara para nada. Ahora, eso sí, volvieron al cabo de unos cuantos años.
Igual, con un poco de suerte, en Bruselas vuelve a movilizarse la armada del PP y como se trata de un proyecto de los socialistas de Madrid y de Barcelona, hacen lo posible por impedirlo, como con el catalán en el Parlamento Europeo. Los enemigos de mis enemigos…
Más seriamente, en Bruselas pueden reclamar que los compromisos en materia ambiental asumidos por Aena a raíz de la anterior ampliación se hagan efectivos de una vez, antes de volver a prometer grandes compensaciones ambientales por las maldades causadas con la pista mar. La falta de credibilidad de Aena, que actúa en Catalunya, como todos los monopolios españoles, como en tierra de conquista, es uno de los problemas de fondo de toda esta cuestión. Que si las compensaciones ambientales pendientes, que si la terminal satélite fantasma…
"En Bruselas pueden reclamar que los compromisos en materia ambiental asumidos por Aena a raíz de la anterior ampliación se hagan efectivos de una vez"
Números que no cuadran
¿Y los turistas? No, que los que vendrán serán hombres de negocios, que no hacen mucho turismo, excepto el de señoritas. Mientras tanto, las jovencitas coreanas han sustituido a los japoneses e inundan el país haciéndose selfies para Instagram en los lugares más inverosímiles.
De todos modos, hay algunos números que no cuadran. El número actual de visitantes que llegan ahora en aviones de gran formato —estos para los que dicen que hace falta una pista más larga— son un millón. Los viajeros que ahora llegan de destinos intercontinentales son cuatro millones en total. Si dicen que aspiran a captar el doble de viajeros que llegan en grandes aeronaves, ¿cómo piensan pasar de 50 a 70 millones de viajeros? Aunque entre todo recibiéramos el doble de viajeros intercontinentales —de cuatro a ocho millones— hasta un aumento total de 20 millones aún falta mucho. ¿Dónde los pondremos si Collboni mantiene el numerus clausus de plazas de hotel y piensa eliminar los apartamentos turísticos en Barcelona a partir de 2028? Quizás en hoteles en la zona aeroportuaria de Aena en El Prat…
Más viajeros de negocios conllevan más turistas convencionales
En el discurso que empieza a imponerse, necesitamos visitantes de más calidad y de más poder adquisitivo —como los asiáticos y los de congresos—. ¿Alguien piensa que será posible sin aumentar paralelamente el turismo de alpargata? ¿Les haremos pagar un peaje como en Venecia? ¿Aumentaremos los precios de los hoteles hasta la estratosfera cuando los hoteleros acaban de informar de que los bajan, después de cuatro años de subidas continuas?
Y, en última instancia, ¿continuaremos desarrollando el modelo económico que tenemos ahora? ¿Este que mantiene el crecimiento del PIB por encima de la media europea a base de hacer llegar inmigrantes para ocupar puestos de trabajo de baja productividad y reducidos salarios? ¿Para aumentar la población hasta los 10 millones con personas que son receptoras netas de prestaciones del estado del bienestar? ¿O con expatriados que podrían no serlo, pero a los que se ofrece un tratamiento fiscal de los ingresos que aquí generan que los sitúa en la misma categoría que los anteriores? ¿Y que, además, expulsan a los residentes habituales porque ganan más y pagan menos?
Sí, no se trata en el fondo ni de los patos del Remolar, ni de los negocios suculentos de Aena, ni de las oportunidades de negocio del sector de la construcción —3.200 millones de euros de inversión presupuestada— y de todos los servicios que arrastra. Se trata en última instancia de qué modelo económico y de sociedad queremos y de cómo lo hacemos para materializarlo.