Píldora filosófica: Cuando dos universos se cruzan

Cuando vives fuera y vuelves a casa acompañada, a menudo sientes que dos universos se cruzan. Tu realidad de allí y tu realidad de aquí, de repente, están jugando a las cartas en el comedor de casa de los abuelos, tomando algo en una terraza o haciendo observaciones sobre el estilo arquitectónico de la catedral de Girona. De repente, algo se cruza en tu cabeza, donde dos cosas que no se habían combinado nunca ahora conviven en armonía y, dentro de poco, tendrán recuerdos juntos.

Este momento, sin embargo, también tiene una cara triste. Sabes que tus realidades, más allá de momentos puntuales, permanecen apartadas; que tienes un poco de vida aquí y allá que nunca acabarán de poder cerrar un círculo pequeño. Es bonito por la parte de la abundancia, pero menos práctico si quieres que todo conecte al cien por cien. Aun así, yo esta semana estoy contenta, porque dos de mis universos se han cruzado y todo ha ido bien.