• El silencio como herramienta digital: cómo comportarnos en los grupos de WhatsApp

El silencio como herramienta digital: cómo comportarnos en los grupos de WhatsApp

La aplicación exige nuevas formas de cortesía y autocontrol para mantener la convivencia digital

Grupos familiares, escolares, de trabajo o de amigos conviven dentro de la misma pantalla cuando hablamos de WhatsApp | iStock
Grupos familiares, escolares, de trabajo o de amigos conviven dentro de la misma pantalla cuando hablamos de WhatsApp | iStock
Agustí Rodríguez, opinador de VIA Empresa
Periodista y consultor de comunicación
Barcelona
15 de Noviembre de 2025 - 04:55

En WhatsApp las notificaciones suenan más a menudo que las campanas de un pueblo porque esta red social se ha convertido en una de las principales herramientas de comunicación cotidiana. El 95% de los ciudadanos tienen esta aplicación en su móvil y es utilizada a diario.

 

Grupos familiares, escolares, de trabajo o de amigos conviven dentro de la misma pantalla, y a menudo nos encontramos inmersos en conversaciones donde es tan fácil escribir como equivocarse. La inmediatez de esta aplicación, que en apariencia nos acerca, también puede llevarnos a responder con impulso, sin la pausa necesaria para pensar el tono, el momento o la intención.

La primera norma de oro es no escribir nunca en caliente. Cuando un mensaje nos molesta o nos incomoda, el mejor botón no es el de "enviar", sino el de "bloquear pantalla". Dejar pasar unos minutos -o unas horas- puede transformar completamente nuestra respuesta. Escribir en un momento de enfado puede dañar relaciones, generar malentendidos y, sobre todo, dejar una huella digital difícil de borrar. Como dice la vieja sabiduría popular: "Palabra dicha, piedra lanzada". En WhatsApp, una palabra escrita también puede hacer mucho ruido.

 

La primera norma de oro es no escribir nunca en caliente, porque hacerlo en un momento de enfado puede dañar relaciones, generar malentendidos y, sobre todo, dejar una huella digital difícil de borrar

Los grupos de WhatsApp son un microcosmos de la sociedad. En ellos encontramos diferentes edades, maneras de expresarse y sensibilidades. Por eso, hay que aplicar el mismo sentido común y respeto que tendríamos en una conversación presencial. Hacer bromas está bien, pero sin ridiculizar a nadie. Compartir información es útil, pero solo si es veraz y relevante. Y, sobre todo, hay que evitar los comentarios irónicos o las discusiones públicas que pueden escalar rápidamente. Si hay un desacuerdo, mejor resolverlo en privado, con calma y empatía.

Una de las cuestiones más delicadas es el respeto por los horarios. No todo momento es bueno para escribir. Enviar mensajes a las once de la noche o a primera hora de la mañana puede parecer una acción inocente, pero a menudo es percibida como una intromisión. Los grupos de WhatsApp no deberían convertirse en extensiones de nuestra jornada laboral ni en espacios donde la actividad es constante. De hecho, cada vez más empresas y equipos de trabajo establecen franjas de silencio digital, inspiradas en el derecho a la desconexión reconocido legalmente. El descanso mental es tan necesario como el físico, y un mensaje fuera de hora puede interrumpir este equilibrio.

Escribir en fin de semana puede generar presión en aquellos que prefieren desconectar, o hacerles sentir culpables por no responder

¿Y qué pasa con los fines de semana? Es una cuestión que divide a muchos equipos. Algunos defienden que los grupos de trabajo deben estar activos solo si hay una urgencia real; otros ven en ello una forma de estar conectados y cohesionados. Sin embargo, el sentido común nos dice que la frontera entre trabajo y vida personal es frágil y hay que protegerla. Si un mensaje no es urgente, puede esperar al lunes. Escribir el fin de semana puede generar presión en quienes prefieren desconectar, o hacerles sentir culpables por no responder. El respeto digital también es dejar espacio a los demás.

También es importante reflexionar sobre cómo interpretamos el silencio. No responder inmediatamente no es una falta de interés, sino a menudo una muestra de autocontrol o de respeto por el propio tiempo. Aprender a leer sin necesidad de contestar al momento es una nueva forma de madurez comunicativa. La comunicación responsable no es solo decir las cosas bien, sino también saber cuándo decirlas.

Otra cuestión clave es la privacidad. No todo lo que ocurre dentro de un grupo debe hacerse público ni reenviarse. Las capturas de pantalla, los comentarios fuera de contexto o los rumores son prácticas que erosionan la confianza. En un entorno digital, la discreción es una forma de respeto y, sobre todo, de convivencia.

No responder inmediatamente no es una falta de interés, sino a menudo una muestra de autocontrol o de respeto por el propio tiempo

En definitiva, el buen uso de WhatsApp no depende tanto de las normas técnicas como de las humanas: respeto, empatía y mesura. En tiempos de inmediatez, el verdadero lujo es saber detenerse antes de responder, y respetar el derecho de los demás a no estar siempre disponibles.

En definitiva; WhatsApp sí, pero con cautela.