
El verano, aunque pueda parecer lo contrario, es una época en la que se desnudan aún más las diferencias del sistema educativo, más allá de las desigualdades que se evidencian a lo largo del curso escolar, tomando como base el horario lectivo. Así lo constata un informe reciente del Instituto Ivàlua, en el que se concluye que para avanzar hacia una escuela más inclusiva y equitativa resulta necesario implantar políticas universales de comedor y fomentar el acceso a actividades extraescolares que acompañen especialmente a los niños y jóvenes más vulnerables.
Estas herramientas facilitan, según el informe, no solo una política para mejorar el estado de salud y bienestar nutricional y la reducción del absentismo escolar, sino también que lo hace con los resultados académicos de estos niños y jóvenes. El documento avala la importancia de garantizar la accesibilidad a las extraescolares, ya que estas actividades tienen efectos positivos sobre el desarrollo cognitivo y personal, especialmente entre los estudiantes de contextos vulnerables. Los efectos son más notorios y sostenibles cuando la participación es masiva y el acceso está garantizado para todos, evitando barreras sociales o económicas.
Entre las recomendaciones del informe del Instituto Ivàlua, se encuentran la necesidad de articular el despliegue normativo, la infrafinanciación o la falta de reconocimiento de los profesionales. Es en este escenario donde se mueve la actividad de la cooperativa Quàlia. Ubicada en Tàrrega, en su ADN no hay ánimo de lucro y sí, la voluntad de fomentar actividades de ocio y tiempo libre inclusivo y transformador entre los jóvenes y niños con discapacidades.
Nacida en el seno de la Associació Alba en 2011, Quàlia se 'independizó' de la entidad para emprender un camino en solitario, acompañada de algunos valores que la han orientado en este trayecto: actividades de tiempo libre, de ocio, centros de verano, colonias, campos de trabajo, cuidados o comedores escolares. En estos últimos, ha apostado por una alimentación saludable, sostenible y de proximidad. El director de la cooperativa, Lluís Nadal, explica que el hecho de optar a licitaciones públicas que incluían comedores escolares es lo que les ha permitido generar músculo financiero. "Como entidad social, buscamos el negocio en estos proyectos para acabar revirtiéndolo al territorio".
Quàlia utiliza los beneficios de las acciones vinculadas a la escuela ordinaria para destinarlos a los centros con necesidades especiales
Superar la rentabilidad
De hecho, Quàlia utiliza los beneficios de las acciones vinculadas a la escuela ordinaria para destinarlos a los centros con necesidades especiales, donde llevan a cabo tareas de acompañamiento y monitorización. Dado que la Administración no pone los recursos para cubrir todo el abanico de necesidades, el valor añadido de la cooperativa radica en organizar casals, actividades extraescolares y de verano en poblaciones donde hacerlo no resultaría rentable. Nadal matiza que, "de la cincuentena de centros de verano que organizamos, únicamente seis serían viables económicamente". De nuevo, la ecuación: generar actividad ordinaria para trasladarla a la social.
Entre colonias, casals y campos de trabajo, Quàlia atenderá a más de 3.000 niños y jóvenes durante el verano, de los cuales un 10% son personas con discapacidad. Durante todo el curso, la entidad está detrás de 50 comedores escolares, colaborando en algunos con las Asociaciones de Familias de la Escuela (AFA). Respecto a la alimentación que se proporciona, Nadal señala que "se trata de productos cocinados el mismo día, de proximidad y de temporada en un 95% de los casos y casi la mitad de las veces de carácter ecológico". El comedor escolar es una herramienta más para reafirmar una mirada de Quàlia, basada en el proyecto cooperativo y potenciar la comunidad educativa.
Durante el verano, atenderá a más de 3.000 niños y jóvenes, de los cuales un 10% son personas con discapacidad
Nadal detalla la filosofía de la entidad, aludiendo a desarrollar proyectos educativos en la franja llamada el espacio del mediodía, una tierra de nadie fuera del horario lectivo tradicional, que "a menudo se trata como una educación de tercera". En este vértice es donde Quàlia despliega sus programas de acompañamiento, centrados en lograr un ocio inclusivo, fundamentado en la igualdad de oportunidades, independientemente del territorio donde se lleve a cabo.
Compromiso colectivo
Según Nadal, "Quàlia se reafirma como la cooperativa social de referencia en educación, ocio y transformación social en el territorio leridano". Así, subraya la clara apuesta por el territorio, las personas y los valores, "Para nosotros es una prioridad seguir construyendo comunidad y futuro desde la proximidad y el compromiso colectivo". La cooperativa, especializada en servicios de comedor, educativos y de ocio con vocación transformadora, cerró el año 2024 con un balance de 7.420 personas atendidas en 52 municipios de 13 comarcas de las Terres de Lleida y la Conca de Barberà.
En un futuro próximo, Quàlia quiere extender su modelo inclusivo y transformador a espacios como los centros de día o las residencias de ancianos. "Hay momentos de alimentación, de ocio y de tiempo libre que no se valoran, por lo que necesitamos generar redes de apoyo". Nadal cree que en estos ámbitos se propicia la estigmatización del colectivo, acción que se debe revertir.
Tal como propone el informe del Instituto Ivàlua, una escuela más inclusiva y equitativa requiere regular el derecho al ocio en condiciones de igualdad de oportunidades, eliminar las barreras económicas para garantizar que las personas más vulnerables puedan acceder al ocio, incorporar la perspectiva de género en la formulación de políticas de ocio educativo y definir una estrategia para garantizar el acceso de los niños con necesidades educativas especiales en el ocio educativo. Unos consejos de los cuales deberían tomar nota las diferentes administraciones.