Los próximos días se llevarán a cabo las elecciones para renovar el plenario de la Cámara de Comercio de Barcelona. Estas elecciones no son una cuestión menor dado el peso que tiene esta institución y el censo de empresas y autónomos llamadas a votar, que superan las 425.000 en toda la demarcación. Este censo demuestra, por sí mismo, la vitalidad de nuestro tejido económico y empresarial, y todas estas empresas y sus necesidades deben estar en el centro del debate y nuestra atención. Fui candidata hace cuatro años por Eines de País y me vuelvo a presentar con Eines de País - Un Pas Més, y es con esa condición que escribo este artículo.
Cuatro años después de esas elecciones y de nuestra victoria electoral, no es éste el lugar para hacer balance detallado del trabajo realizado. Ya hemos hablado ampliamente de ello durante la rueda de prensa de balance de la legislatura o durante las presentaciones de los proyectos, de los balances económicos y de progreso y bienestar, y de las memorias económicas que se realizan cada año. Sin embargo, sí querría remarcar algunos ejes que han marcado nuestra acción de gobierno y de los que me siento orgullosa. Hemos democratizado la institución, eliminando la inmensa mayoría de “sillas de plata”, que garantizaban un lugar en el plenario a cambio de una aportación económica, y por tanto hemos aumentado el número de vocalías escogidas por sufragio. Hemos descentralizado la Cámara, abriendo y reforzando las delegaciones territoriales en toda la demarcación, lo que nos ha permitido acercar nuestros servicios a las empresas, entidades y autónomos. En paralelo, hemos multiplicado por 10 los convenios firmados con Ayuntamientos.
Eines de País hará, también, Un Pas Més para hacer de la cámara, la Cámara de todos, y para trabajar por la mejor política económica para este país, que es, sin duda, un estado propio
Hemos abierto las puertas de la Cámara de par en par. Damos más servicios a más empresas que nunca, y ayudamos a nuestros empresarios y empresarias a digitalizarse, modernizarse, formarse, exportar más y abrir nuevos mercados. Pondré un ejemplo muy concreto: de las nueve plantas de la sede corporativa de la Diagonal, los servicios de la Cámara ahora ocupan dos y media; el resto son espacios a disposición de empresas, entidades y autónomos para trabajar, formarse, reunirse y hacer contactos, y disfrutar de los servicios que les ofrece la cámara. Cuando hay problemas también nos hemos arremangado. Durante la pandemia la Cámara no se recluyó en sí misma, sino que salió a ayudar a todas las empresas en el momento que más lo necesitaban. Puedo afirmar hoy, cuatro años después, que la Cámara de Comercio de Barcelona ha dejado de ser la Cámara de varios para convertirse en la Cámara de todos. Lo podemos explicar y defender con la cabeza alta, y es lo que queremos hacer cuatro años más.
Por esta razón, nos gustaría mucho debatir con la otra candidatura sobre programas, propuestas y proyectos. No tenemos nada que esconder, todo lo contrario. El derecho a la información es vitalidad en una sociedad democrática. Sin embargo, nos hemos encontrado solos en esta petición y no hemos podido debatir y contrastar, lo que sin duda perjudica a la participación en las elecciones. Un debate habría servido también para defendernos de algunos ataques que hemos recibido basados en falsedades e informaciones sesgadas. En cualquier caso, Eines de País seguirá teniendo, hasta el último momento, toda la disponibilidad para debatir y atender cualquier petición de información porque no podemos entender que, bien entrado el siglo XXI, no se puedan debatir ideas y programas para facilitar la información a los electores a fin de que se puedan crear su opinión antes de votar. Eines de País hará, también, Un Pas Més para hacer de la cámara, la Cámara de todos, y para trabajar por la mejor política económica para este país, que es, sin duda, un estado que defienda los intereses de las nuestras empresas y nuestras personas autónomas.