Espíritu de mesón y platos del siglo XXI. Bar Mono hizo el salto hace unos meses al centro de Sant Cugat con la apertura de su segundo establecimiento. A raíz del éxito de su local en el barrio Gótico de Barcelona, los propietarios decidieron buscar nuevo local para expandirse y pensaron que la ciudad del Valles era un buen sitio. “Queríamos crecer, pero buscábamos un lugar singular”, relata Jordi Tatay, jefe de sala.
El primer establecimiento ocupa un salón mediterráneo diáfano, luminoso y decorado con materiales nobles que respeta las formas originales del palacete donde se encuentra, el Palau Fivaller. Y la apertura en la ciudad del Vallés ha querido estar a la altura. Se ubica en el antiguo restaurante El Mesón, en la Plaça Octavià número 6, muy cerca de su popular Monasterio. El emblemático restaurante abrió puertas en 1964 de la mano de Carmen Rojo y bajo la persiana el año pasado, pocos meses antes del cierre.
A raíz del éxito de su local en el barrio Gótico de Barcelona, los propietarios decidieron buscar nuevo local para expandirse y pensaron que Sant Cugat era un buen sitio
La selvática entrada no engaña. Un sinfín de plantas engalanan con su verde la entrada, una puertecita que da paso a un hall acristalado en el que esperar, todo, en una atmósfera luminosa a rabiar donde familias con algunos niños pequeños se reparten el espacio. La barra, a la izquierda, permite tomar un cóctel antes o después del servicio. En el resto del establecimiento, abierto todos los días de la semana, destacan los detalles tropicales, el ambiente trendy y un cierto aire asiatizado. Pero si hay algo que llama poderosamente la atención es el enorme cuadro con la cara de un simio que decora la estancia principal.
Cada plato, un hit multicultural
Con la misma fórmula de gastrobar y contando al mando de los fogones con el chef Francesc Fernández, la cocina fusiona las raíces mediterráneas con la multiculturalidad y la orientación asiática, integra tapas, platillo, ensaladas, streetfood, brasa o arroces con productos de primera calidad y proximidad. Así que se puede comer un poco de todo, incluso en el menú de mediodía (con más de 20 platos).
Fernández es el encargado de innovar, crear platos y proponer otros que ya figuran en el catálogo que cualquier aficionado a los restaurantes conoce. Por ejemplo, su exitoso canelón de aguacate, atún rojo y mango, plato emblema de su hermano barcelonés inspirado en uno de elBulli icónico que se hizo propio del extinto Tickets (ahora Teatre) y que se ha copiado en infinidad de restaurantes. Aquí, Fernández encuentra el equilibrio perfecto entre la grasa del pescado azul y el aguacate redondeado por el picante del cebollino, la mostaza, el toque del jengibre, el limón y el crujiente del sésamo caramelizado. “Si podemos, no dejamos que nadie se vaya sin probarlo. Y muchos repiten cuando vuelven. Es uno de nuestros best sellers”, detalla el camarero.
Bar Mono no busca ser un restaurante de precios populares, sino garantizar la posibilidad de comer muy bien y en el centro de Sant Cugat cualquier día del año
En el repertorio también figuran otros platillos deliciosos para compartir como los contundentes huevos estrellados con jamón ibérico cortado a cuchillo, las croquetas de chuletón de buey a la brasa o de pollo rustido, el tartar de salmón con pan carasau (una especialidad de Cerdeña elaborada con harina y cereales) elaborado con una receta tradicional, la picantona bomba de la Barceloneta o los fingers de pollo (con un rebozado ligero) con mayonesa de Chipotle. El picante sigue el gusto occidental pero el mix de especias es muy interesante. Los arroceros tienen otro motivo para visitar el restaurante: el arroz con secreto ibérico y trompetas de la muerte (en una ración más que generosa). Y los más carnívoros pueden tirarse a la degustación de una pierna de cabrito a baja temperatura o un solomillo a la brasa y foie. La brasa Josper, el horno más famoso y patentado de la cocina (nació en 1969, de la mano de Pere Juli y Josep Armangué en Pineda de Mar, Barcelona), es uno de los atractivos del restaurante ya que permite la cocción de las carnes y verduras sin perder jugosidad (combina en su interior una parrilla y un horno).
En Bar Mono también encontramos una extensa carta de vinos, tanto de proximidad como los clásicos de bodegas nacionales e internacionales. Y una de cocteles para finalizar la comida acompañando un postre. Por ejemplo, su exitoso Lemon Pie o el bizcocho de cacao, crema Rocher y helado de avellana. Bar Mono no busca ser un restaurante de precios populares, sino garantizar la posibilidad de comer muy bien y en el centro de Sant Cugat cualquier día del año.
Bar Mono Sant Cugat
Dirección: Plaza Octavià, 6
Teléfono: 936 745 228
Precio medio: 35 euros