Montesquiu (Barcelona) celebra sus 70 años + 1

Javier de las Muelas, empresario de Dry Martini y Gimlet, adquirió el establecimiento en 1991

El restaurante Montesquiu en Barcelona | Cedida El restaurante Montesquiu en Barcelona | Cedida

“Desde 1991, cuando adquirí el restaurante Montesquiu, iniciamos una etapa donde hemos querido ampliar nuestra oferta, pero siempre conservando esa pasión y esencia que lo hacen un lugar único”. Quien habla es Javier de las Muelas, exitoso empresario, propietario también de los míticos Gimlet y Dry Martini de Barcelona, considerado uno de los mejores bares del mundo. Este legendario establecimiento se ha convertido en un local con una propuesta gastronómica ecléctica y con productos de primer nivel, en el que se podría comer 365 días al año sin tener que repetir nunca el mismo plató: “Es el lugar donde se reúnen, generación tras generación, muchos vecinos del barrio de Sarrià-Sant Gervasi, así como otros barceloneses que lo consideran ya su casa”, apunta De las Muelas.

Una historia que se remonta a 1952

Su historia se remonta a 1952, cuando nació como una pequeña bodega de barrio, de aproximadamente 50 m2, en la parte alta de la ciudad. En aquel entonces vendían vinos y licores a granel, y hielo a trozos para las neveras. Su primera evolución por parte de la familia Torremadé fue la incorporación de un grifo de cerveza en la barra, momento en el que inauguraron el tapeo tal y como lo conocemos hoy: empezaron a servir pequeñas tapas en platos y recipientes distintos para saber qué había comido cada cliente al pasar por caja. Calamares a la romana, aros de cebolla, callos, albóndigas, gambas en gabardina, bravas… Comenzaba la historia del “Quiu”, el local donde los universitarios de las residencias de la zona acudían. Y fue en 1991 cuando un joven empresario (de las Muelas) vio el potencial de aquella discreta esquina entre las calles Mandri y Bigai.

De las Muelas (propietario): “Desde 1991, cuando adquirí el Montesquiu, iniciamos una etapa donde hemos querido ampliar nuestra oferta, pero siempre conservando esa pasión y esencia que lo hacen un sitio único”

El 16 de septiembre de 1991 firmó la compraventa, muy seguro que había encontrado un local que debía mantener la filosofía original para que siguiera funcionando. En la carta de invitación a la inauguración del nuevo local, Javier de las Muelas destacaba el trato que la familia Torremadé había dado a sus "amigos-clientes" a lo largo de los años. Esto, junto con las típicas jarras y tapas, y la peculiaridad del ambiente, transformaron el local en un "clásico" del barrio. Conservó y mejoró la decoración y mantuvo la forma de servir al cliente y este aspecto cercano y un punto desenfadado muy distinto al habitual en la zona.

Els treballadors de Montesquiu durant la celebració dels 70+1 anys | Cedida
Los trabajadores de Montesquiu durante la celebración de los 70+1 años | Cedida

La ampliación, en 2009, con la compra de dos locales contiguos de la calle Bigai, dotó al restaurante con los 270 m2 actuales (con terraza) y su característica disposición en “L”. Fue una inversión que redecoró el espacio, pero que mantuvo la zona desenfadada de tapeo con su barra larga, mesas y taburetes añadiéndole un nuevo espacio más cómodo donde poder degustar los platos del restaurante de forma relajada y tranquila. En la carta se hicieron hueco entre los clásicos, platos novedosos en aquel momento como la carne de Wagyu (una rareza en la época), las tortillitas de camarones o el surtido de mini-hamburguesas. También el ya prestigioso coctelero, añadió a la oferta cócteles y tragos que ya eran un hit en sus otros locales (gintonics, margaritas y mojitos de colores).

Cambiar porque no cambie nada

La carta del Quiu ha ido acompañado de la evolución gastronómica de la propia Barcelona, incorporando una oferta tan sencilla y gustosa como variada y ecléctica. De las Muelas defiende que “todo vale”, de unas papas arrugas canarias, a un pollo tikka masala, pasta fresca o un tataki de atún. "Para mí lo importante es que la tradición se pueda mezclar con nuevos platos".

La famosa truita de patates | Cedida
La famosa tortilla de patatas | Cedida

Es “el bar de tu padre y el de tu hijo”, “tu segunda casa”, sintetiza el empresario cuya proyección internacional no ha dejado de crecer, llegando a acuerdos con compañías hoteleras de lujo y gestionando restaurantes y coctelerías en Madrid, San Sebastián, Londres, Singapur, Bali, Río de Janeiro, Berlín, Sorrento, Tenerife, Tailandia y México.

El restaurante celebra su cumpleaños recuperando una selección de las tapas de 1952 servidas en los diferentes recipientes que utilizaban para distinguirlas. Lugares de encuentro, de tertulia que evolucionan (aunque sólo sea un poco) con sus tiempos. La reciente pérdida de Joan Bayén al frente de un lugar como Pinocho nos hace pensar que Barcelona no va tan sobrada de referentes. Hoy, mañana y siempre. Deseamos larga vida al Montesquiu.

Restaurante Montesquiu

Calle de Mandri, 56, 08022 Barcelona

Precio medio: entre 25 y 30 euros

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