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¿Qué pasa si me hago una foto con la camiseta de España?

El presidente del FC Barcelona ya empieza a no poder mandar en cuestiones que hasta ahora eran innegociables para el club

    Fotografía de Joan Laporta realizada el domingo pasado, 8 de juny, con motivo de la final de la Nations League | Cedida
    Fotografía de Joan Laporta realizada el domingo pasado, 8 de juny, con motivo de la final de la Nations League | Cedida
    Albert Roura | VIA Empresa
    Consultor de comunicación
    14 de Junio de 2025
    Act. 14 de Junio de 2025

    Hay detalles que pasan desapercibidos y que, uno por uno, parecen no tener importancia, pero que analizados globalmente preocupan porque o demuestran una incoherencia alarmante o, aún peor, que el presidente del FC Barcelona ya empieza a no poder mandar en cuestiones innegociables para el Club hasta no hace tanto tiempo. Me refiero a la foto que pudimos ver el domingo pasado, 8 de junio, con motivo de la final de la Nations League que disputaron en el Allianz Arena de Múnich, las selecciones de Portugal, la campeona, con la de España.

     

    Joan Laporta viajó a Alemania invitado por la Real Federación Española de Fútbol, acompañando a su presidente, Rafael Louzán y a otras personalidades. Laporta aparece en una foto, arriba del avión de ida hacia Múnich, agarrando por una camiseta de España (la de Pedri) y exhibiéndola sin mostrar, al menos aparentemente, ningún tipo de incomodidad. Para redondear la jugada, al llegar a la capital bávara, Laporta fue a visitar la concentración de la selección española de fútbol. Esto lo convirtió en el primer presidente de los 125 años de historia del FC Barcelona en hacer algo similar. Un hecho simbólico, pero indiscutiblemente importante para muchos barcelonistas que quizás ni se habían dado cuenta de este hecho que explicamos porque, curiosamente, no se ha hecho mucha ostentación del gesto.

    Unos dicen que Laporta viajó a Alemania porque había muchos jugadores del Barça en la selección: Pau Cubarsí, Pedri, Dani Olmo, Fermín López, Gavi y Lamine Yamal. Pero este único argumento no explica el desplazamiento y aún menos la necesidad de hacerse la fotografía con la camiseta de España. Hay quien dice que el viaje lo hizo para complacer al presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin (la Nations League es una competición que se ha inventado recientemente este organismo) y, con su presencia, hacerse perdonar o al menos rebajar una más que posible sanción por incumplir por segunda vez la normativa del fair play financiero por sus famosas palancas.

     

    En 2023 la UEFA ya sancionó al Barça con una multa de 500.000 euros. El organismo que controla el fútbol europeo castigó al Club al considerar que declaró erróneamente como ingresos operativos los beneficios obtenidos por la venta de derechos televisivos, una práctica que la UEFA no considera válida según sus normas financieras. La UEFA no aceptó la inclusión de ventas de activos como ingresos ordinarios, sino extraordinarios, ya que la venta de patrimonio futuro compromete la sostenibilidad económica del club a largo plazo.

    Reincidentes

    Según la UEFA, la venta del 10% de los derechos televisivos a Sixth Street por 207,5 millones de euros por un plazo de 25 años en 2022 generó una plusvalía de 267 millones y debería haber sido incluido en sus cuentas como "beneficios por pérdidas de activos intangibles". El club apeló la sanción, pero el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) ratificó la multa en octubre de 2024, considerando que la infracción fue "intencionada" y con "importante impacto", ya que la sobreestimación de ingresos por 267 millones de euros en una sola temporada era grave. El TAS también destacó que la reincidencia en violaciones podría agravar las sanciones futuras: la pérdida de puntos o la limitación a la hora de inscribir jugadores. Dicen que la reunión Laporta-Ceferin, “fue muy bien”. Fijaos si fue bien que la UEFA, en lugar de ponernos una multa de 60 millones de euros, como tenía previsto, sólo nos la pondrá de 15 millones, según informaba Fernando Polo, en El Mundo Deportivo, el martes pasado. ¡Si es que estamos de suerte! ¿Qué son 15 millones de multa por hacer las cosas mal? ¡Como si anduviéramos cortos de chaleco!

    Si este segundo argumento era el bueno, tampoco hacía falta ir tanto de la mano de la Real Federación Española de Fútbol y, por lo tanto, se podía ahorrar la foto del avión y la visita a la sede de la selección, si lo hubiera querido.

    Hay quien dice que hay una tercera posibilidad, nada excluyente con las dos anteriores: atar en corto a la Federación porque tiene que haber cambios en la cúpula del arbitraje español y el Real Madrid quiere meter baza como es habitual. Mientras el Barça no aclare con explicaciones claras, razonables y consistentes lo que pasó exactamente con Enríquez Negreira, no le conviene piar mucho en este tema, pero, lógicamente, tampoco puede quedar al margen y cruzado de brazos.

    Escuchamos, pero no juzgamos

    Sea cual sea la razón, o las razones correctas, y pudiéndonos imaginar qué habría pasado si lo hubiera hecho cualquier otro presidente, no entraremos ahora a juzgar si Laporta se puede hacer una foto o no con la camiseta de España o si pasa algo si va a visitar la concentración de su selección, aunque sea el primer presidente de los 125 años de historia del club que lo haya hecho. Algunos socios quizás se escandalizarán porque ni lo sabían, otros pensarán que es un ultraje a la esencia del club, pero habrá también quien dirá que vale la pena y está plenamente justificado el gesto, y otros, incluso defenderán que estos actos se hagan con normalidad. Que cada uno piense y reaccione como le parezca mejor. Lo que sí es justo es que los socios y socias del FC Barcelona estén informados de las actuaciones del presidente del club y obren en consecuencia, si así les place.

    La relación de Albert Luque, Enric Masip y Joan Laporta podría ser uno de los motivos que han llevado al club a cambiar de empresa para organizar el viaje de verano

    Y es que los que son del Barça porque creen que el club es el ejército desarmado de Catalunya o que la entidad es, simplemente, más que un club, tienen motivos serios para preocuparse, eso sí. Aparte de los hechos que acabamos de explicar, debemos remitirnos también a el artículo que dedicamos al ex-cuñado del presidente, Alejandro Echevarría, una figura que tuvo que dimitir de la Junta Directiva del Barça en el primer mandato de Laporta porque quiso ocultar que había sido patrón de la Fundación Francisco Franco. Hoy, este señor tiene un poder dentro del FC Barcelona que supera con creces el de cualquier directivo elegido por los socios en 2021. La última decisión que ha tomado es colocar a una figurade su confianza, por otro lado un buen profesional, en el vestuario del primer equipo para que no se le escape ningún detalle de lo que allí pase o pueda pasar.

    Y hace unos días, Ivan San Antonio, periodista del diario Sport, nos explicó que la relación de amistad que mantienen Albert Luque y Enric Masip, miembro de la comisión deportiva y asesor del presidente del Barça, y Joan Laporta, podría ser uno de los motivos que han llevado al club a cambiar de empresa para organizar el viaje de este verano a Japón y Corea del Sur en la gira del primer equipo. De que Luque y Masip sean amigos nadie debe hacer nada, pero de que el polémico Enric Masip, en nombre del Barça, haga tratos con quien fue director de la selección española de fútbol en la época de Luis Rubiales y cara visible del partido Ciudadanos en su día, ya es quizás más discutible y menos aceptable por aquellos mismos socios y socias por los que el Barça ha sido el ejército desarmado de Catalunya o, simplemente, más que un club.

    Nos reencontramos el 28 de junio, si ustedes lo desean.