València es una ciudad que parece ser feliz. Tamaño manejable, clima envidiable, sólo hay que ver la sonrisa de la gente cuando el 'solete' hace de las suyas aunque sea en el mes de diciembre. Y la felicidad no es gratis, como bien sabemos. Implica renunciar a algunas cosas para que el cómputo total sume excelente. Es lo que invita a pensar este miércoles las vistas de la Casa de la Ciencia, el inmueble que hace de sede del CSIC Comunitat Valenciana. No sabía que la majestuosa plaza de la Virgen, donde se sitúa, acogía esta institución, ¡caray con la ubicación!
Allá estaba VIA Empresa porque se ha celebrado una interesante (y necesaria!) jornada sobre la comunión casi obligada entre ciencia y mercado. Expertos en transferencia tecnológica han explicado cuánto cuesta trasladar los éxitos de los investigadores a la empresa, capital para hacer de este un país emprendedor, cómo ha reclamado con conocimiento de causa el científico José Luís García-Giménez, CEO de EpiDisease, una spin-off ubicada en el Parque Científico de la Universitat de València dedicada a realizar estudios de epigenética. "Los investigadores necesitamos trasladar la tecnología al mercado. La investigación tiene que ser trasferible, no traslacional, sobre todo es imprescindible para que sea un país de emprendedores", alega este doctor licenciado en Química y Bioquímica.
Con un currículum brillante –fue galardonado en el primer Certamen Nacional de Jóvenes Emprendedores en 2013 de INJUVE, Ministerio de Sanidad- y con todo el esfuerzo evidentemente realizado a lo largo de su proceso emprendedor -"hace dos años no sabía ni mirar un balance", reconoce-, a García-Giménez se le ve feliz. Y eso es mucho.
La mesa redonda en la que ha participado García-Giménez | CEEI Valencia
José Luís García-Giménez: "Los investigadores necesitamos trasladar la tecnología al mercado, es imprescindible para que sea un país de emprendedores"
Contagiar de felicidad a los turistas es un reto para la Administración, que busca nuevas fórmulas para atraer visitantes. Y eso que ahora el centro de la ciudad es amaso de los turistas: las estadísticas hablan de cerca de 5 millones de pernoctaciones y de más de 2 millones de viajeros en 2018. Lo que es cierto es que en la céntrica plaza de la Reina es difícil no tropezar con japoneses que fotografían la Catedral o italianos que comen churros en la terraza o no chafar (sin querer) las camisetas del Madrid o del Barça que los manteros exponen sin complejos. Pero se buscan compradores. Gasto es la palabra.
Por eso ahora València Turisme empieza a explotar turísticamente cinco rutas comerciales por establecimientos históricos de la Calle Ruzafa, la Paz y el Mercado Central, Ciutat Vella, la Milla de Oro y l'Eixample. Es el nuevo programa Valencia Shopping, rutas que mostrarán tiendas centenarias, que el director de la Fundació Turisme València, Antoni Bernabé, y el regidor de Turismo, Emiliano García, han presentado esta semana.
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El director de la Fundación Turismo Valencia, A. Bernabé, y el regidor de Turismo, E. García | Cedida
Otra propuesta es hacer la visita en los espacios en qué Valencia es referencia cinéfila: el Tranvía a la Malva-rosa de José Luis García Sánchez; la cárcel Modelo de Berlanga; la Albufera de Juan de Orduña. Me explican desde València Turisme muy amablemente que esta Navidad hay dos días en que las rutas son gratuitas (¡yo no me las perdería!). Quizás falta glamour, como aquella Vicky Cristina Barcelona que Woody Allen regaló a mi querida Ciudad Condal, pero sobra belleza. La Albufera da tantos planos perfectos que es un error no conocerla.
Y sí, en VIA Empresa, a veces, hablamos de cine, titulamos 'pensando en el cine' como hago hoy. A veces no, muy a menudo. Hace tiempo la cinéfila Judith Vives reseñaba semanalmente una película vinculada con la empresa. Porque el cine también es negocio y, además, hace felices a los clientes.
Quizás (nos) falta glamour, como aquella 'Vicky Cristina Barcelona' que Woody Allen regaló a Barcelona
La felicidad es un estado de ánimo plenamente satisfecho, describe el diccionario. También era el nombre de una pequeña joyería de barrio, ya desaparecida, donde mi familia ha comprado habitualmente. Era un buen nombre para bautizar un negocio en una época en que la emprendeduría como concepto todavía no estaba en los vocabularios. Tenía que ser aquella la misma etapa en que el negocio de Dulcesol despuntaba entre los consumidores valencianos. De la marca de bollería –de la que, para ser honrados, tengo que declararme fan absoluta durante mi niñez- ha hablado el empresario y CEO de Vicky Foods Rafael Juan este martes en el Sabadell Hub Empresa. Juan ha explicado la transformación digital de su empresa, que desde hace unos meses ha cambiado de nombre en claro homenaje a su madre, la fundadora, con una slide que titula: "Una dulce historia". Feliz, ¿no?
En la conferencia Juan explica la renovación digital, la apuesta por el contacto en redes sociales, la importancia del engagement... pero yo veo sobre todo satisfacción en su discurso. Está feliz de lo que hace. No tiene miedo a exponer públicamente los comentarios en los que le critican por viajar lejos con la familia o las capturas de pantalla de los Stories en que se burlan del sabor de algunos de sus productos. Lo combina con aquellos en los que aplauden lo que hace. No tiene miedo porque confía en el trabajo que hace y en su empresa. Ciertamente, una corporación que mira tan adentro y bautiza con el nombre de su mujer más importante su proyecto empresarial (de éxito) sólo puede ser una empresa satisfecha. O una empresa con un responsable de marketing muy habilidoso, todo hay que decirlo.
Explicación de Rafael Juan sobre Vicky Foods | NNG
De mujeres también ha ido la semana valenciana, que poco a poco calienta motores para las celebraciones navideñas y vacía las agendas para hacer hueco a la pandereta y la zambomba. En la Marina, Insomnia ha acogido la jornada La responsabilidad de las empresas: comunicación e imagen de la igualdad organizada por EVAP, la asociación de empresarias y profesionales de València. Por otro lado, y en el terreno de la cifra pura y dura, el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y la Fundación BBVA han celebrado un seminario sobre PIB y trabajo al hogar que entre sus numerosas conclusiones revela, de nuevo, como las mujeres son (somos, en primera persona del plural) las más entregadas al cuidado del hogar y al trabajo no remunerado.
Como pez fuera del agua, he sido una periodista entre economistas que hablan de economía en lenguaje de economistas, pero me he sentido feliz. Será esa sensación de satisfacción de la cual habla el diccionario de la RAE cuando define esta situación. Mirando por la ventana del CSIC también me ha pasado. ¿Será la ciudad?