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Bandera amarilla en las playas catalanas: el conflicto laboral de los socorristas agita el verano

En el litoral barcelonés, decenas de socorristas mantienen una huelga indefinida desde el 1 de agosto, con servicios mínimos del 50%

La torre 1 de vigilancia de los socorristas, fuera de servicio con motivo de la huelga | ACN
La torre 1 de vigilancia de los socorristas, fuera de servicio con motivo de la huelga | ACN
Natàlia Bosch | VIA Empresa
Periodista
Barcelona
12 de Agosto de 2025 - 05:30

Uno, dos, tres... Y ya van 12. 12 días consecutivos de huelga indefinida del servicio de socorrismo de la ciudad de Barcelona desde que ha comenzado el mes de agosto, con torres de vigilancia precintadas, banderas amarillas y rojas izadas, y un verano en que la seguridad en las playas pende de un hilo. Pero detrás de este panorama se esconde un problema estructural que atraviesa toda la costa catalana en forma de precariedad, externalizaciones y servicios públicos bajo mínimos. El conflicto que ha estallado en la ciudad condal podría ser solo la punta del iceberg de una emergencia más profunda.

 

En Barcelona, decenas de socorristas —integrados en la empresa FCC Medio Ambiente, concesionaria del servicio — se han plantado para denunciar salarios que en muchos casos no alcanzan los 1.200 euros brutos mensuales, turnos largos sin suficiente rotación, condiciones laborales inestables y la práctica habitual de subcontrataciones que priorizan el coste por encima de la calidad y la seguridad.

Todo ello, en un contexto en que las playas suelen recibir miles de usuarios al día, con episodios recientes de olas de calor y riesgos ambientales en constante crecimiento. Los huelguistas han tildado de “papel mojado” los servicios mínimos fijados por el Ayuntamiento de Barcelona. Según aseguran, las condiciones actuales son insostenibles, incluso con toda la plantilla activa.

 

El malestar, alertado por la UGT en junio

A principios del mes de junio, la UGT de Cataluña alertó en un comunicado de que el servicio de socorrismo en las playas catalanas se encuentra en una situación “crítica”, marcada por la ausencia de una normativa que regule los mínimos indispensables como la presencia de socorristas, la duración de la temporada o las condiciones laborales y de infraestructura. “Cada temporada, decenas de personas mueren por ahogamiento, mayoritariamente en playas que, en muchos casos, no disponen de servicio de socorrismo. Donde sí que hay socorristas, la precariedad es la norma”, sentenciaban desde la UGT.

El sindicato reclamaba una temporada mínima de mayo a octubre, la instalación de torres de vigilancia cada 200 metros y puntos de asistencia sanitaria con condiciones óptimas, para proteger la seguridad de millones de bañistas. Ahora, este llamamiento adquiere una urgencia inédita con la huelga indefinida iniciada por los socorristas de Barcelona.

Los detonantes del paro

La decisión de convocar el paro se tomó por unanimidad por el sindicato CGT después de una reunión “fallida” que tuvo lugar el lunes entre el comité de empresa y FCC. Ahora bien, ¿qué detonantes más hay? En un comunicado, la CGT remarcó que la cohesión y determinación de la plantilla se han fortalecido a raíz de la propuesta del Ayuntamiento de fijar unos servicios mínimos del 80% durante la huelga, una medida que el sindicato interpreta como una prueba irrefutable del valor estratégico del servicio.

También han calificado de “paradójico” que ahora el consistorio esgrima exactamente los mismos argumentos que los trabajadores hace años que ponen sobre la mesa: la altísima afluencia de bañistas y el aumento de la temperatura del agua como factores de riesgo directo que incrementan la mortalidad por ahogamiento. Para la CGT, esta actitud evidencia una desidia institucional que, hasta ahora, ha invisibilizado las condiciones precarias de los profesionales y ha infravalorado el impacto real de un servicio, dicen, “esencial” para la seguridad pública.

Los socorristas reclaman ampliar la temporada alta hasta 21 semanas, muy por encima de las actuales 13

Según la ACN, los socorristas defienden que su trabajo va mucho más allá de la vigilancia dentro del agua. Aseguran que atienden asistencias tanto dentro como fuera de la zona de baño, gestionan incidencias en el paseo marítimo e incluso responden a emergencias médicas derivadas del SEM y a accidentes que pasan lejos de los metros habituales de cobertura. Además, ofrecen información y prevención a los usuarios de las playas.

Durante la negociación, el Ayuntamiento ofreció ampliar la temporada alta una semana más, del 30 de mayo al 13 de septiembre, pero los vigilantes reclaman ampliar este periodo de trabajo hasta 21 semanas, muy por encima de las actuales 13. Además, el consistorio propuso incrementar la plantilla en dos vacantes para el operativo de playas, hecho que supondría un aumento total de cuatro trabajadores en temporada baja. Actualmente, hay 30 socorristas en esta etapa, pero los trabajadores piden llegar a los 40 para garantizar su seguridad.

Refuerzo supramunicipal para una vigilancia más continuada

En paralelo al conflicto laboral, diversas administraciones supramunicipales ya hace tiempo que señalan la necesidad de ampliar la cobertura temporal del servicio de salvamento y socorrismo más allá de los meses de verano. Un ejemplo significativo es la convocatoria de subvenciones publicada por Dipsalut, el Organismo de Salud Pública de la Diputación de Girona, destinado a todos los ayuntamientos del litoral gerundense para garantizar la seguridad en las playas. Esta línea de ayudas propone la cobertura de un periodo mucho más extenso que la temporada habitual: del 16 de octubre de 2024 al 15 de octubre de 2025, casi todo el año.

La cobertura casi anual que propone Dipsalut refuerza la idea de que la seguridad en las playas ya no puede limitarse solo a los meses de verano

El objetivo, tal como recoge la convocatoria, es reforzar los servicios de vigilancia, salvamento y socorrismo teniendo en cuenta los efectos del cambio climático, el incremento de la frecuentación fuera de temporada y los riesgos sanitarios asociados al uso del litoral. Esta visión contrasta con las temporadas cortas y fragmentadas que todavía actualmente son la norma en muchos municipios, y alimenta las reivindicaciones sindicales que abogan por un modelo más estable, regulado y dimensionado.

Sin mediación a pesar de las protestas

A pesar de haber protagonizado numerosas concentraciones y protestas en la plaza de Sant Jaume o ante la sede del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), así como una reunión de mediación que se alargó ocho horas, los socorristas han rechazado la propuesta del Ayuntamiento. Denuncian que ninguna instancia municipal ni ningún actor político ha actuado como mediador efectivo en el conflicto, y que la oferta es la misma que se les hizo el pasado 18 de julio. Por este motivo, el Comité de Huelga de la CGT continúa pidiendo un plan de mejoras inmediatas de cara a 2026.

Pancarta i xiulets de protesta a la plaça de Sant Jaume | ACN
Pancarta y silbatos de protesta en la plaza de Sant Jaume | ACN

Desde el consistorio barcelonés, sin embargo, se rechazan las acusaciones de dejadez. Según fuentes municipales consultadas, el nuevo contrato para el servicio de salvamento y socorrismo se licitó en 2024, ahora hace un año, e incorporó “un conjunto de mejoras consensuadas con la plantilla”. Entre las novedades, destacan una formación anual de 30 horas para los socorristas, una mayor dotación de material y equipamientos de protección, así como más horas destinadas a la planificación y preparación de la temporada.

Este nuevo acuerdo representa un incremento presupuestario del 69% respecto al contrato anterior: de los 1,7 millones de euros se ha pasado a 2,5 millones anuales. De acuerdo con el consistorio, esto permite que la jornada laboral del servicio de socorrismo en Barcelona se pague un 40% por encima de lo que marca el convenio sectorial de referencia.

La primera teniente de alcaldía de Barcelona, Laia Bonet, expresó el pasado viernes su “preocupación” por el mantenimiento de la huelga indefinida y ha apelado directamente a la “responsabilidad” de los trabajadores para poner fin al conflicto. En declaraciones a los medios, Bonet calificó de “sorpresa” el rechazo del preacuerdo por parte de la asamblea de socorristas, después de un proceso de negociación y mediación que, según dice, había culminado con una propuesta de mejora sustancial del servicio.

En 2024 se licitó un nuevo contrato para el servicio de salvamento y socorrismo que supuso un incremento presupuestario del 69%

“Estamos en pleno agosto y a las puertas de una nueva ola de calor con un servicio que es básico”, advirtió. “Los esfuerzos son incomparablemente mayores que cualquier otra población y con un contrato nuevo y acordado con ellos hace un año”, aseguró, anunciando que el consistorio solicitará una nueva reunión de mediación con la voluntad de retomar el diálogo.