
Hasta hace poco tiempo, entrar en una tienda con el perro era una excepción ante la norma. También lo era encontrar alojamientos pet friendly para vacaciones, y sentarse a tomar un café en el interior de un establecimiento sin terraza con tu peludo, suponía casi una temeridad. Hoy en día, sin embargo, las cifras apuntan a que la tenencia de un animal de compañía se ha convertido en un fenómeno social en auge que condiciona cada decisión, tanto de ocio como de consumo.
Según datos del INE, en 2024 en España había tres millones más de perros que de niños menores de 14 años, un dato que refleja la transformación del perfil demográfico y, por tanto, de la demanda. Este cambio ha abierto la puerta a una oferta comercial en constante crecimiento y especialización: alimentación gourmet, ropa, ortopedia, servicios de belleza e incluso pasteles o helados adaptados para las mascotas.
En Catalunya, esta tendencia se refuerza con datos oficiales del Centro de Estudios de Opinión (CEO) y la Generalitat, que indican que el 44% de los hogares tienen al menos un animal de compañía. En consecuencia, empresas de todo tipo se apresuran por entender y seducir a este nuevo perfil de consumidor, el binomio — a menudo indivisible — entre persona y mascota.
Estados Unidos lidera el mercado
Si buscamos la cuna de esta revolución, hay que mirar hacia Estados Unidos. Según un estudio de Euromonitor International, se trata del mercado de mascotas más maduro a escala global. Las ventas están impulsadas por el elevado gasto por mascota, la fidelidad a marcas de gama alta y un ecosistema comercial plenamente integrado, que combina comercio electrónico, tiendas físicas, servicios veterinarios y espacios de ocio.
La cuna de la revolución son los Estados Unidos, mientras que Brasil y Tailandia son las estrellas emergentes
El estudio también afirma que el mercado global del pet care creció un 5,9% en 2023, hasta alcanzar una recaudación de 197,6 millones de dólares. Todo ello impulsado por la humanización de las mascotas y la alta demanda, que perfila un ecosistema altamente desarrollado en salud y bienestar de los animales, tal como apunta Elif Polat, investigadora y consultora de Euromonitor International. “Se prevé una tasa de crecimiento anual del 4% en productos de alta calidad como alimentos secos o golosinas para perros y gatos durante los próximos cuatro años”, asegura Polat.
Brasil y Tailandia: países con alto potencial de crecimiento
Si los EE.UU. son el mercado consolidado, Brasil y Tailandia son las estrellas emergentes. En Brasil, la combinación de clase media urbanizada y la adopción masiva durante la pandemia ha convertido al país en el mercado latinoamericano más grande, con un crecimiento previsto del 7% anual. Aquí triunfan los productos asequibles, pero con enfoque en salud preventiva y nutrición, un nicho donde las marcas locales e internacionales compiten para ofrecer calidad a buen precio.
En Tailandia, el crecimiento es aún más destacable, concretamente de un 9% anual, situándolo entre el top 10 mercados mundiales. La digitalización del consumo, la influencia de las redes sociales y el aumento de hogares unipersonales han disparado la demanda de gatos y de mascotas pequeñas. Las empresas tailandesas responden con formatos digitales, alimentos funcionales y servicios de lujo que convierten el pet care en lifestyle.
Polat: “Se prevé una tasa de crecimiento anual del 4% en productos de alta calidad durante los próximos cuatro años"
Zara Home y la apuesta por la exclusividad
Geografía aparte, la huella del consumidor peludo ya se hace notar con fuerza en muchos sectores tradicionales. En el retail, por ejemplo, tiendas de ropa y accesorios han incorporado colecciones para mascotas. Es el caso de Zara Home, la cadena de Inditex fundada en 2003 y especializada en moda y decoración para el hogar, que a finales de 2020 estrenó su primera colección de productos para mascotas, coincidiendo con la campaña de Navidad.
La firma no sólo pretendía ofrecer accesorios como collares y correas de materiales premium, sino también elementos para el confort y el cuidado de los animales, como cojines, camas y juguetes, dirigidos a un consumidor dispuesto a invertir en calidad y diseño para sus animales de compañía. Le siguió el grupo sueco H&M, que también apostó por este segmento con una línea propia para mascotas, más enfocada en jerséis y complementos.
Airbnb, Booking y el viajero de cuatro patas
El sector turístico no ha quedado al margen de esta transformación. Plataformas como Airbnb o Booking han integrado de manera estructural la opción “acepta mascotas” como filtro destacado en las búsquedas de alojamientos. Pero más allá de una etiqueta, Airbnb, por ejemplo, ha trabajado para fomentar la oferta de casas y apartamentos que realmente estén adaptados a las necesidades de quien viaja con animales: espacios abiertos, zonas verdes cercanas, alojamientos con accesorios básicos como comedores o camas, y un largo etcétera. Ya no se trata sólo de permitir la entrada de animales, sino de integrarlos como parte de la experiencia de viaje.
Federal Café o Frend Coffee: adaptabilidad en el sector hostelero
El sector de la restauración también ha tenido que adaptarse a esta nueva realidad. En Barcelona, un ejemplo emblemático es Federal Café, una cadena de cafeterías de estilo australiano que ya hace años que apuesta por un modelo abierto, inclusivo y adaptado a una clientela pet friendly. Lejos de limitarse a ofrecer terrazas habilitadas, muchos de sus locales permiten el acceso de mascotas al interior, con espacios amplios, recipientes de agua disponibles y una actitud activa de aceptación hacia el cliente que no se quiere separar de su perro.
En paralelo, han emergido conceptos locales como Frend Coffee, situado en el municipio de Sabadell, que nace con la vocación de ser mucho más que una cafetería: un espacio comunitario donde personas y mascotas comparten momentos. Aquí, mientras el cliente disfruta de un café de especialidad o una propuesta gastronómica saludable, su perro puede socializar e incluso probar alguna golosina adaptada.
El futuro es ‘pet friendly’
En definitiva, la revolución peluda ya no es una moda pasajera, sino un movimiento que transforma el consumo y la vida urbana. En Catalunya y en el resto del Estado, la pet economy se extiende mucho más allá del retail: incluye servicios veterinarios premium, tecnología para el bienestar animal e incluso experiencias turísticas y gastronómicas diseñadas para familias de cuatro patas. Las mascotas han dejado de ser simples animales para convertirse en miembros de pleno derecho del hogar, y las empresas que no lo compartan corren el riesgo de quedarse fuera de un mercado tanto emocional como rentable.